Morphosis
Thom Mayne: "Nuestra arquitectura se desarrolla a partir de un moderno concepto de democracia"
Excesivo, desbordante de locuacidad y de cuerpo, atolondrado en la expresi¨®n, levantador de pesas. El Thom Mayne, casi prof¨¦tico, cabeza del grupo Morphosis, es un creador intuitivo que act¨²a como un volc¨¢n donde se aglomeran sin fundir los fen¨®menos heterog¨¦neos de fin se siglo. Este ejemplar californiano, que empez¨® causando sensaci¨®n en Estados Unidos hace 10 a?os, se ha proyectado de un lado a otro del Pac¨ªfico, desde Santa B¨¢rbara hasta Chiba, en Jap¨®n. Su pulsi¨®n deconstructiva llevada a extremos de ingenier¨ªa circense se conecta en Espa?a especialmente con la obra de Enric Miralles, un profesional que como tipo intelectual, fisogn¨®mico y humano repite como una gota de agua las caracter¨ªsticas del pol¨¦mico arquitecto catal¨¢n. La actualidad de su visita a Espa?a, con motivo de un ciclo de conferencias en la Escuela de Arquitectura de Madrid, se ha visto reforzada por la revista El Croquis, con la publicaci¨®n de un n¨²mero dedicado a su obra. Su proximidad, que hace m¨¢s visible el nuevo experimentalismo norteamericano, crece adem¨¢s en los ambientes europeos con los proyectos que Thom Mayne tiene elaborados en Francia y Alemania.Pregunta. Su arquitectura es compleja, desarticulada, agresiva. ?Podr¨ªa verbalizar qu¨¦ le induce a producir esta din¨¢mica de quebraduras en sus formas?
Respuesta. Vivimos en un mundo tan complejo que no podr¨ªa darle una buena respuesta a menos que empleara cinco o seis d¨ªas explic¨¢ndoselo, para lo cual no creo que se encuentre dispuesto. Si me obligara a resumir, no obstante, podr¨ªa decir que mi obsesi¨®n es comunicarme con el p¨²blico, porque la arquitectura, por encima de la pintura o la escultura, es la m¨¢s social de todas las artes.
P. Pero usted construye de una manera no precisamente al alcance de un entendimiento mayoritario. Su Was house, en Beverly Hills, por ejemplo, es un artefacto tan dif¨ªcil de entender como de habitar. No en vano ha levantado pol¨¦micas.
R. Existe una percepci¨®n conceptual del mundo fuera del alcance de un p¨²blico poco cultivado. Pero existe otra forma de acercamiento no conceptual, sino inmediata y emocional a los productos. La gente puede juzgar por sus impresiones directas, experimentar si les gusta una cosa o no sin plantearse las razones.
Por lo general, la gente ama las edificaciones s¨®lidas, las casas bien fundamentadas en evocaci¨®n de la casa tradicional de los abuelos. Pero, en la actualidad, los cambios de valores, la circulaci¨®n constante, los desplazamientos, las mutaciones, se oponen a este concepto de estatismo. ?Puede la arquitectura actual traducir esos cambios y movimientos, ser aut¨¦nticamente contempor¨¢nea? ?ste es el desaf¨ªo del grupo Morphosis.
Para m¨ª, la b¨²squeda de la autenticidad no puede basarse en ninguna ra¨ªz filos¨®fica entendida como un fundamento intemporal, inmune a los cambios, debido a que la arquitectura es en esencia ya hist¨®rica, la b¨²squeda de la autenticidad es un proceso progresivo que exige al arquitecto evaluar su ¨¦poca una y otra vez.
P. ?De qu¨¦ modo, por ejemplo?
R. Por ejemplo, en el grupo concedemos m¨¢s importancia al espacio que al lugar, particularmente en la medida en que la noci¨®n de lugar evoca una fetichizaci¨®n del contexto construido y existente anticipadamente. Para Morphosis, un espacio homog¨¦neo no puede continuar siendo un modelo adecuado de democracia. Nuestra arquitectura se desarrolla a partir de un moderno concepto de democracia, una democracia contempor¨¢nea con un entorno de individuos y grupos diversos, situados simult¨¢neamente en muchos espacios tecnol¨®gicos, materiales, pol¨ªticos, etc¨¦tera.
P. Su propia vida, con su abuelo nacido en Londres y su abuela en Copenhague, hijo de emigrantes y habitando una zona tan heterog¨¦nea como Los ?ngeles, parece haber influido en su superposici¨®n de formas.
R. Acumulaci¨®n e investigaci¨®n de formas diferentes s¨ª, pero nunca collage. El collage es lo menos adecuado para representar la democracia actual. El collage que emplearon los posmodernos es eminentemente falso y obedece tan s¨®lo a la frivolidad de las modas. En este sentido, el pastiche posmodernista fue incorregiblemente hip¨®crita y, a la larga, su insinceridad ha inducido al cinismo.
P. ?Entonces?
R. Efectivamente, mi vida es una mixtura. Mi padre era fil¨®sofo y acab¨® en los negocios; mi madre se diplom¨® en la Sorbona y era pianista. Se trasladaron a California y se divorciaron. Yo me he psicoanalizado. Amor-odio es lo que siento yo por esa parte del mundo, muy favorable en todo caso para producir y recibir cosas nuevas.
P. Como las influencias deconstructivas japonesas que se traslucen en parte de sus obras.
R. No lo crea. Mis influencias se encuentran, sobre todo, tras Gropius y en arquitectos como Hertberger, Van Eyck y Stirling. En cuanto a los arquitectos japoneses, aprecio a lsozaki, que se comporta como una esponja absorbiendo cuanto ve. Pero, de todas formas, es cierto que hoy en la arquitectura, como en otros ¨¢mbitos, si se viaja desde Australia a Carolina del Sur, desde Finlandia a Nueva Zelanda, uno puede ver repetidos los mismos modelos.
Por una parte, hay una mixtura de corrientes, y por otra, un contagio casi inmediato. Ahora bien, puedo decirle que en Jap¨®n precisamente he advertido en los ambientes de la arquitectura un fuerte rechazo a las oleadas que llegan de Estados Unidos, especialmente respecto al posmodernismo, al que se ha calificado de perversi¨®n moral. Ciertamente Estados Unidos ha sido m¨¢s receptivo a ellas. Pero nuestro trabajo, el trabajo de Morphosis, es agresivamente abstracto y, por ello, no est¨¢ alienado con ning¨²n contexto o grupo espec¨ªfico. Al mismo tiempo es capaz de injertarse en diferentes contextos, explorando las idiosincrasias de cada uno de ellos sin comprometer su propia identidad decisiva. ?ste es nuestro principio de trabajo. Morphosis esboza un proyecto positivo para la arquitectura y sus posturas velan por las obligaciones culturales m¨¢s profundas. Por ello, considero que nos mantenemos en la autenticidad.
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