Autismo
Dos di¨¢logos que explican muchas cosas sobre el PSOE y sobre el desarrollo de esta campa?a. El primero, en los estudios de Antena 3, el lunes pasado, poco despu¨¦s de que acabara el debate. Felipe Gonz¨¢lez se encuentra con Antonio Asensio, el presidente de la cadena.- "?Qu¨¦ tal, Antonio, c¨®mo ha ido?".
- "Ha ido regular".
- "Bastante peor que regular, creo".
- Al instante aparece Txiki Benegas, responsable de organizaci¨®n del partido. Se abalanza sobre Felipe.
- "Felicidades, presidente. Has estado fabuloso".
El otro lo protagoniza, en Cuenca, Antonio, militante del partido. Est¨¢ a punto de entrar en la plaza de toros donde Felipe Gonz¨¢lez va a hablar, plaza rebosante, con mucha gente que se quedar¨¢ fuera.
- "?Qu¨¦ tal las cosas por aqu¨ª?".
- "Regular".
- "?Regular?".
- "S¨ª, ¨¦sa es la verdad. Estamos escondidos, agazapados. Mire, cuando ganamos en el 82 la gente ten¨ªa miedo de decir que era socialista. El golpe de Estado, los militares, todo eso. Ahora la gente tiene verg¨¹enza de decir que es socialista. Ser¨¢ el caso de las ciudades peque?as, me figuro, vamos. O ser¨¢ general..."
Cuando el secretario de organizaci¨®n de un partido oculta la verdad a su m¨¢ximo dirigente, algo no marcha en ese partido. Eso en el supuesto compasivo de que Benegas estuviera ocult¨¢ndole realmente la realidad y no estuviera convencido de que Felipe hab¨ªa estado fabuloso. Cuando un militante de base advierte en s¨ª mismo y en los dem¨¢s el temor a manifestarse como socialista, algo, indudablemente, se ha roto en el tejido de ese partido. Volver a la realidad y recomponer ese tejido va a ser una de las m¨¢s acuciantes responsabilidades del socialismo espa?ol, sea cual fuere el resultado electoral.
Mientras tanto, parad¨®jicamente, casi pat¨¦ticamente, los socialistas conf¨ªan en que ese temor a mostrarse como tales explique el mal ce?o de las encuestas electorales. El voto que no osa manifestarse sobre todo en las peque?as ciudades puede ser, a su juicio, la explicaci¨®n de la victoria.
Sobre los socialistas como perseguidos habl¨® tambi¨¦n ayer Felipe en la ciudad donde todav¨ªa monse?or Guerra Campos tiene plantado su mitrado lugar. Ten¨ªa entre el p¨²blico a Francisco Tom¨¢s y Valiente, ex presidente del Tribunal Constitucional, y a Mar? Carmen, la ventr¨ªlocua. A los dos los cit¨® como ejemplo de compromiso, subrayando su coraje en estos tiempos en que decirse pr¨®ximo al PSOE implica penitencia. Habl¨® Felipe de la necesidad de recuperar la tolerancia -"manteniendo la sonrisa y el estilo": este hombre no va a cambiar a pesar de que el p¨²blico quiera verlo en oficio de barbero-, y subray¨® la b¨¢rbara altivez de aquellos que hablan en Espa?a de "echar fuera a los socialistas". "?C¨®mo van a echarnos si somos m¨¢s?", se interrogaba el candidato, a punto de perder la sonrisa y el estilo.
En eso conf¨ªan: en ser m¨¢s y demostrarlo suave, secreta, democr¨¢ticamente el d¨ªa 6 de junio. El voto del silencio: en eso conf¨ªan. En la vieja y cauta mayor¨ªa silenciosa. Tiene raz¨®n Felipe: este pa¨ªs ha cambiado much¨ªsimo.
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