Movimientos de tropas en Chile mientras son procesados jefes militares
Soldados fuertemente armados se apostaron ayer en torno al edificio de la Comandancia del Ej¨¦rcito, donde el jefe de la instituci¨®n, el ex dictador Augusto Pinochet, se reuni¨® con los generales para analizar la apertura de un proceso judicial por presunta estafa, que involucra a uno de sus hijos y a altos oficiales. El inusitado refuerzo de la guardia, en un recinto ubicado muy cerca del palacio de Gobierno, e informes posteriormente desmentidos de movimientos en otras unidades, provocaron alarma, mientras el presidente chileno, Patricio Aylwin, se encontraba en Dinamarca, en una gira por Europa.
En Santiago, un portavoz del Gobierno calific¨® de normal la situaci¨®n y atribuy¨® el redoble de la vigilancia a la seguridad de la reuni¨®n de generales despu¨¦s de que en la v¨ªspera hubiera algunos atentados con bombas y una marcha que culmin¨® con incidentes y detenidos.Desde Copenhague, Aylwin declar¨® que la democracia no corre peligro en Chile. El jefe del Estado afirm¨® que la reuni¨®n del alto mando del Ej¨¦rcito "habr¨ªa sido convocada para referirse a un asunto que est¨¢ en manos de los tribunales de justicia".
Aylwin se refiri¨® as¨ª a la reciente renuncia del Consejo de Defensa del Estado ante la justicia, por el presunto delito de fraude al risco, a trav¨¦s de la compra de una empresa que efectu¨® el Ej¨¦rcito en 1989, durante el ¨²ltimo a?o de la dictadura. El Ej¨¦rcito pag¨® cerca de tres millones de d¨®lares, en tres cheques, a Augusto Pinochet Hiriart, hijo del general Pinochet, por un paquete de acciones que le permit¨ªa quedarse con la propiedad de Valmoval Limitada, una empresa en quiebra, fabricante de fusiles.
Una comisi¨®n de la C¨¢mara de Diputados investig¨® esta adquisici¨®n en 1990, primer a?o de transici¨®n a la democracia. Aunque el informe de los diputados revel¨® irregularidades, no estableci¨® culpables, despu¨¦s de que en diciembre de ese a?o el Ej¨¦rcito presionara acuartelando sus tropas. La C¨¢mara traspas¨¦ los antecedentes a la Contralor¨ªa General de la Rep¨²blica y al Consejo de Defensa del Estado, dos organismos aut¨®nomos.
El caso, que la prensa bautiz¨® como los pinocheques, estaba casi olvidado, despu¨¦s de que la Controlar¨ªa no tomara medidas. Pero s¨ª lo hizo el Consejo de Defensa del Estado, que en abril pasado interpuso la denuncia por estafa al Quinto Juzgado del Crimen de Santiago. En la denuncia, seg¨²n versiones period¨ªsticas, aparecen involucrados dos generales del Ej¨¦rcito y oficiales de alta graduaci¨®n. El diario gubernamental La Naci¨®n indic¨® ayer que cinco generales ya han declarado en el proceso, lo que, sin embargo, fue desmentido por un abogado cercano a la instituci¨®n.
Unidades de ¨¦lite
"El Ejecutivo no tiene ninguna intervenci¨®n en la materia y yo no veo por qu¨¦ el ejercicio de las atribuciones propias de los tribunales de justicia puedan motivar inquietud y deliberaciones en ninguna instituci¨®n", manifest¨® ayer el presidente Patricio Aylwin a los periodistas que lo acompa?an en su gira por Dinamarca. Aylwin indic¨® que la situaci¨®n estaba bajo control en Santiago de Chile.
La vigilancia de la sede de la Jefatura del Ej¨¦rcito, por parte de docenas de soldados de las tropas de ¨¦lite, con uniforme de combate, chalecos antibalas y provistos de ametralladoras y lanzacohetes, no parec¨ªa proporcionada para la seguridad de la reuni¨®n de generales. Parlamentarios expresaron ayer su preocupaci¨®n por la coincidencia del refuerzo de la guardia con la apertura del proceso de los pinocheques.
El jueves, una marcha organizada por el Partido Comunista, que encabeza la oposici¨®n de izquierda al Gobierno, culmin¨® con una treintena de detenidos y disturbios entre los manifestantes y la polic¨ªa, que emple¨® mangueras y gases para disolverlos. Durante y despu¨¦s de la marcha, el Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez Aut¨®nomo, un grupo guerrillero de extrema izquierda que sigui¨® en armas pese al comienzo de la democracia, se adjudic¨® la explosi¨®n de cinco bombas que s¨®lo causaron da?os menores.
Uno de los artefactos estall¨® en la tumba del ex presidente chileno Eduardo Frei, padre del candidato de la coalici¨®n de Gobierno a la elecci¨®n presidencial de diciembre, el democristiano Eduardo Frei Ruiztagle. Ninguno de los incidentes tuvo magnitud como para justificar el refuerzo de la vigilancia.
Ins¨®lito despliegue
La inquietud del Ej¨¦rcito no se extendi¨® al resto de las ramas militares. El jefe de la Armada declar¨® que su instituci¨®n estaba trabajando con normalidad y no hubo informes sobre movimientos en el resto de las Fuerzas Armadas.
Al atardecer concluy¨® la reuni¨®n de los generales, que se retiraron del recinto sin hacer declaraciones a los numerosos periodistas congregados en el lugar. La vigilancia no fue, sin embargo, depuesta. Una veintena de j¨®venes protest¨® en las cercan¨ªas contra el Ej¨¦rcito.
El ins¨®lito despliegue de vigilancia puso de manifiesto el car¨¢cter peculiar de la transici¨®n a la democracia en Chile, en que el Ej¨¦rcito ha conservado una cuota importante de poder. C¨ªrculos militares consideran que la permanencia de Pinochet al mando del Ej¨¦rcito ha servido como seguro para impedir, de hecho, juicios contra los c¨ªrculos castrenses.
La transici¨®n, pese a su ¨¦xito econ¨®mico y a la estabilidad general lograda, ha transcurrido observando con sobresalto a las Fuerzas Armadas. En diversas oportunidades, miembros del Ej¨¦rcito han sido sorprendidos espiando a pol¨ªticos, e incluso interviniendo en las pugnas internas de la derecha, sin recibir sanciones convincentes.
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