Aumenta en Hollywood la consulta al p¨²blico para cambiar las pel¨ªculas
Los espectadores pidieron a Coppola que cortara la cabeza a Dr¨¢cula
Las sneak previews o proyecciones para p¨²blico anteriores al estreno de una pel¨ªcula se practican desde los primeros tiempos de Hollywood, pero en la actualidad parecen ejercer m¨¢s poder que nunca sobre los autores. Las cintas se presentan en un primer montaje, con la banda sonora sin terminar de mezclar y, en general, utilizando la m¨²sica de alguna otra pel¨ªcula. El p¨²blico, en su mayor¨ªa de peque?as ciudades norteamericanas, debe rellenar al terminar la proyecci¨®n una tarjeta calificando la pel¨ªcula, sus int¨¦rpretes y algunas de las escenas de acuerdo con las cuatro posibilidades que se le ofrecen.
El a?o 1993 ser¨¢ recordado como aquel en el que. el cine de Hollywood se rindi¨® sin condiciones a la dictadura de la mercadotecnia y la encubierta censura de la junta de calificaci¨®n de las pel¨ªculas. Por supuesto que este pacto diab¨®lico, en tanto venga acompa?ado de unos sustanciosos resultados en la taquilla, no es puesto en tela de juicio por casi nadie dentro de la industria.Basada en los resultados de las sneak previews se planear¨¢ la estrategia de lanzamiento publicitario, y en la mayor¨ªa de los casos se ajustar¨¢ el montaje o se volver¨¢n a rodar nuevas secuencias, especialmente nuevos finales. En el caso particular de Dr¨¢cula, de Francis Ford Coppola, la mala respuesta del p¨²blico ante las primeras proyecciones oblig¨® a rodar un nuevo final y posteriormente a?adir un plano en el que Wynona Ryder sesga la cabeza del conde, interpretado por Gary Oldman, pues la versi¨®n que inclu¨ªa este detalle fue la que recibi¨® mejores calificaciones por parte del p¨²blico.
En las tarjetas de evaluaci¨®n, el p¨²blico debe encuadrarse dentro de unos par¨¢metros respondiendo a su sexo y edad. De este modo, los encargados de publicidad saben hacia qu¨¦ demograf¨ªa enfocar el lanzamiento. En vista del estado del mercado de Hollywood, los ejecutivos de los estudios saben que una pel¨ªcula de esta magnitud, estrenada en m¨¢s de mil cines a lo largo y ancho del pa¨ªs, debe responder con inmediatos resultados en taquilla. Lo que se conoce t¨¦cnicamente como abrir, es decir, los ingresos en taquilla en el primer fin de semana tras el estreno. Una pel¨ªcula de estudio que abre con unos beneficios escasos apenas tendr¨¢ tres semanas de vida en cartel, sepultada bajo la avalancha de nuevos estrenos. As¨ª se escribe la historia de los fracasos m¨¢s sonados del a?o pasado: Toys, de Barry Levinson; H¨¦roe accidental, de Stephen Frears, o Chaplin, de Richard Attenborough.
Entre los ¨¦xitos, El guardaespaldas responde al ejemplo exacto de pel¨ªcula que tuvo una mala acogida en sus primeras proyecciones. A partir de ese momento, Kevin Costner y Lawrence Kasdan, protagonista y guionista-productor, respectivamente, expulsaron de la sala de montaje al director, Mick Jackson, y decidieron volver a montar la pel¨ªcula.
Indecent proposal, de Adrian Lynne, responde al mismo equilibrio de mercadotecnia. Tras interpretar las tarjetas calificatorias, se decidi¨® que la clave del ¨¦xito residir¨ªa en arrastrar al p¨²blico femenino. A partir de ah¨ª se desarroll¨® toda la campa?a de publicidad, el nuevo montaje de la pel¨ªcula y la inclusi¨®n de una nueva banda sonora con temas musicales que atrajeran a este sector demogr¨¢fico. La exactitud de la estrategia devuelve actualidad al pensamiento del genial periodista H. L. Mencken: "Nadie se ha arruinado nunca por subestimar la inteligencia del p¨²blico norteamericano". Quiz¨¢ habr¨ªa que ampliarlo al p¨²blico de todo el mundo.
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