La nota cotiza en Bolsa
Tres vocaciones m¨¦dicas entre diez alumnos de COU representan una proporci¨®n importante. Si la muestra fuera realmente significativa, ello podr¨ªa indicar que se est¨¢ produciendo un cambio en las tendencias de los ¨²ltimos a?os. Las facultades de Medicina fueron las primeras en establecer el n¨²merus clausus. La calificaci¨®n media de selectividad para el acceso a ellas se dispar¨® ya a partir del a?o 1979 pr¨¢cticamente en toda Espa?a, porque la demanda estudiantil se mantuvo, pero luego comenz¨® a descender cuando el coco del nivel de exigencia pareci¨® espantar definitivamente, a la clientela: 5.842 alumnos nuevos en el a?o acad¨¦mico 1986-87, 5.393 en 1988-89 y 5.357 en 1989-90.Y, puestos a especular con el nivel de representatividad de este peque?o grupo de estudiantes de COU del Felipe II, el hecho de que s¨®lo una alumna manifieste su intenci¨®n de cursar una de las dos especialidades del campo de las ciencias econ¨®micas tambi¨¦n resulta sorprendente. ?Significa eso que puede haber empezado a remitir la explosi¨®n de una demanda incontenible desde la d¨¦cada de los ochenta? En los mismos a?os acad¨¦micos citados se matricularon en el primer curso de las dos especialidades 22.041, 22.374 y 27.972 alumnos, respectivamente.
El economista Emilio Ontiveros, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, dice que si realmente esos diez alumnos constituyeran una muestra significativa, esa aislada vocaci¨®n por las ciencias empresariales ser¨ªa "una excelente noticia", y "no s¨®lo por el beneficio que supondr¨ªa para la mejora de la calidad de la ense?anza". Piensa que ello podr¨ªa significar que empieza a remitir cierta irracionalidad en las decisiones de los estudiantes a la hora de elegir sus estudios superiores.
Valor absoluto
El sistema de selectividad ha producido, seg¨²n Ontiveros, "entre otras perversiones lamentables", que la excesiva consideraci¨®n que se le viene dando a la calificaci¨®n m¨ªnima necesaria para acceder a los diversos estudios haya determinado que muchos conviertan esa nota en una especie de valor absoluto, hasta con cierta connotaci¨®n mercantilista y especulativa: una modalidad de acci¨®n que cotiza en Bolsa.
Hay estudiantes brillantes que renuncian a evidentes habilidades y aptitudes para determinados estudios y deciden dedicarlas a otros s¨®lo porque a ellos se accede con una nota muy elevada. "Con un 8,5 o un 9 puedo estudiar teleco, y es absurdo que dilapide ese capital estudiando Empresariales cuando tal vez para cursar esa carrera me baste con un 6,7", se dicen.
El catedr¨¢tico de la Aut¨®noma se congratula tambi¨¦n por la firmeza que manifestan estos diez j¨®venes estudiantes, y apunta una explicaci¨®n posible: "Aparte de que hayan contado con un COU verdaderamente orientador, tal vez los padres de familia hayan empezado a renunciar a presionar a sus hijos en el momento de elegir carrera".
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