Pendientes del tel¨¦fono

"Me compr¨¦ un contestador, porque ten¨ªa miedo y no pod¨ªa estar siempre al lado del tel¨¦fono". Lo dice Mar? Carmen Mar¨ªn, de 25 de edad, esposa del sargento Ernesto Terry, de 28 a?os, al que una mina le destruy¨® un pie en Mostar el s¨¢bado 15 de mayo, cuando prestaba sus sevicios como casco azul del contingente desplazado a Bosnia. Como ella, las familias de los 900 -soldados espa?oles destinados en Bosnia viven en permanente incertidumbre.

Desde que Ernesto Terry comenz¨® a desempe?ar su misi¨®n en Bosnia, hac¨ªa un mes, el tel¨¦fono sonaba casi a diario para decir: estoy bien", pero ese s¨¢bado Mari Carmen se llev¨® un sobresalto. No era ¨¦l. Ese mismo d¨ªa se reuni¨® con su marido, pero en el hospital G¨®mez Ulla, en Madrid. "?Gracias a Dios que quedar¨¢ bien de sus lesiones, a pesar de que le han puesto 150 puntos!", comenta.Los cascos azules espa?oles tienen acceso gratuito al tel¨¦fono para poder hablar diariamente con sus familias desde que se inaugur¨® el sat¨¦lite espa?ol Hispasat , en diciembre de 1992. "S¨®lo pod¨ªamos hablar 5 minutos, porque todos quer¨ªamos llamar y se formaban colas", comenta un cabo que no quiere dar su nombre. "¨²nicamente hay terminales en Jablanica, Dracevo y Medjugorge, por lo cual no pod¨ªamos llamar cuando est¨¢bamos trabajando en otro sitio, ya que los tel¨¦fonos civiles no funcionan comenta, en Madrid, el capit¨¢n Jos¨¦ Mar¨ªa Vega, que pas¨® una temporada en Bosnia. Los soldados destinados en Split (Croacia) no tienen problemas."Al principio, estaba tranquila porque otros soldados, que hab¨ªan estado all¨ª, dec¨ªan que no era peligroso, pero empec¨¦ a tener miedo cuando enviaron a mi marido a Mostar y las cosas empezaron a en¨ªpeorar" afirma Mari Carmen. "Como sab¨ªa que yo estaba preocupada, Ernesto me llamaba casi a diario".

Las familias no pueden comunicarse directamente con los soldados."Por eso, es normal estar pendiente de la prensa y la televisi¨®n", comenta Mar¨ªa Arias, madre del cabo F¨¦lix Llanos, tambi¨¦n accidentado en Bosnia y repatriado a Espa?a. "La informaci¨®n m¨¢s fiable es lo que ¨¦l me contaba cuando llamaba".Mar¨ªa Arias, que reconoce haber pasado mucho miedo, cuenta que hay una oficina de informaci¨®n puesta en funcionamiento por el Ministerio de Defensa para mandar mensajes urgentes a los soldados que est¨¢n en el frente. "Todo son facilidades", dice.Avi¨®n estafetaEn la oficina se reciben unas 10 llamadas diarias de familiares. "Los familiares nos llaman y nosotros les hacemos llegar los mensajes a los soldados", cuenta un responsable de la oficina. Mar¨ªa Arias se muestra muy satisfecha con el trato recibido. "El coronel me llam¨® personalmente a Asturias para comunicarme el accidente de mi hijo y han intentado buscarme alojamiento en Madrid, mientras cuido a F¨¦lix en el hospital G¨®mez Ulla. Lo que ocurre es que tengo familiares aqu¨ª".

Un avi¨®n estafeta lleva a los soldados todos los jueves unas 200 cartas y unos 200 paquetes de comida, ropas, etc. "Los soldados escriben menos", comenta una encargada de organizar el correo entre las familias y los soldados. Estos env¨ªan unas 150 cartas y unos 30 o 40 paquetes semanales. En general, los familiares se toman su particular guerra con resignaci¨®n. Mari Carmen asegura: "La mujer de un militar se lo tiene que tomar bien".