La derecha indeseable
EN EL DEBATE del otro d¨ªa, mirando fijamente a la c¨¢mara (parece el Tony Kamo de la pol¨ªtica), Aznar pregunt¨® con dramatismo si alguien pod¨ªa creerle capaz de ir a recortarles la pensi¨®n a los jubilados. Yo, desde luego, no le creo capaz. Ni tampoco supongo que vaya a suprimir el divorcio, a abolir la cicatera despenalizaci¨®n del aborto, a restringir la universalizaci¨®n de la Seguridad Social o a retrotraer la cuesti¨®n militar a la situaci¨®n en que estaba hace una d¨¦cada y que tantos sustos nos dio. Pero a¨²n menos le creo capaz, ni a ¨¦l ni a su partido, de haber luchado en su d¨ªa por ninguna de esas libertades democr¨¢ticas. Y no comprendo como quienes las aprecian y disfrutan pueden votar hoy al partido que no quer¨ªa consentirlas s¨®lo por castigar reciente errores de quienes s¨ª ayudaron a traerlas.Si por la derecha fuese (y recordemos que el Partido Popular es la derecha, no UCD), ahora en Espa?a tendr¨ªamos tambi¨¦n Naseiros, Hormaecheas y Filesas, pero, en cambio, no divorcio o aborto parcialmente despenalizado. En el terreno educativo, es seguro que no se habr¨ªa consentido la m¨ªnima separaci¨®n Iglesia-Estado: ?no se empe?an ahora otra vez en traer la asignatura obligatoria de religi¨®n al bachillerato? La derecha siempre ha confiado en lo que Napole¨®n llamaba la "gendarmerie sacr¨¦e", la santa bofia. Y las libertades pendientes no tendr¨¢n en sus manos mejor futuro: ?acaso van a ser los que ayer denunciaron la inmoralidad de la campa?a del preservativo los que mejor reconozcan los derechos de los homosexuales?, ?o los m¨¢s receptivos ante los problemas de la inmigraci¨®n (ya se est¨¢ viendo c¨®mo van las cosas en Francia con sus colegas", ?o los m¨¢s flexibles con los insumisos? Por no mencionar los temas culturales: puede que Felipe Gonz¨¢lez tenga la sensibilidad social de una almeja, pero todos conocemos berberechos con mayores s¨ªntomas de pasi¨®n por la cultura que ?lvarez Cascos o Loyola de Palacio.
Es muy significativo que Aznar, tras no decir nada de c¨®mo pensaba resolver el paro o corregir la desigualdad social, s¨®lo fue expl¨ªcito cuando habl¨® de penalizar el consumo de drogas (tema, por cierto, del que demostr¨® en pocas palabras saber a¨²n menos que el m¨¢s indocumentado de los socialistas, lo cual no es peque?a haza?a) y luchar m¨¢s "en serio" contra la inseguridad ciudadana. o sea, que la derecha nada indica de c¨®mo producir m¨¢s anahorias ni de c¨®mo repartirlas mejor, pero es muy clara cuando promete m¨¢s palo...
?Ha cambiado la derecha espa?ola de su tr¨¢gica indecencia, tanto tiempo demostrada? Para empezar, sin duda ya es algo que pretendan llegar al Gobierno por v¨ªa pac¨ªfica y legal en vez de como sol¨ªan.
Tampoco en otros aspectos dudo de su voluntad de cambio, pero la imagino semejante a la expuesta en El zapato de raso por el gran reaccionario Paul Claudel: "?No, no, qu¨¦ diablos! No es posible que se quede uno conservado eternamente en la misma conserva. A m¨ª me gustan las cosas nuevas. ?Que me den lo nuevo! Lo quiero, lo exijo. Me hace falta lo nuevo a toda costa. Pero cosas nuevas que sean el desarrollo de nuestro paisaje natural. Cosas nuevas, repito una vez m¨¢s, pero que sean exactamente semejantes a las antiguas".
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