Un enfoque revelador
Todo sigue all¨ª: esos perfectos Nexus 6, creados hace tan poco que son a¨²n inexpertos en la expresi¨®n de los sentimientos. Est¨¢ Roy, bella m¨¢quina de matar -y de preguntar-, hombre-no hombre que ha intuido la salvaje belleza del mundo, como escribiera Rafael Argullol. Est¨¢ mujer-nomujer, igualmente bella y desconcertada, que descubre que sus recuerdos no son suyos. Est¨¢ ese rudo polic¨ªa que, bien mirado, lo ¨²nico que hace es matar salvajemente a dos replicantes hembra. Sigue la lluvia, que cae eternamente, y la superpoblaci¨®n de una ciudad de pesadilla. Los Angeles, 2019, y ese mundo angustioso en que se habla en japon¨¦s y cuyos habitantes comparten su espacio con animales prefabricados. Y siguen ah¨ª las cosas m¨¢s insignificantes: hasta el cartel que anuncia, en castellano, la actuaci¨®n de Mazacote y Su Orquesta frente a los apartamentos Bradbury.Y, sin embargo, Blade Runner: the final cut no es el Blade Runner que conoc¨ªamos. La nueva versi¨®n, hay que subrayarlo desde ahora, es a¨²n mejor que la primera. Es la confirmaci¨®n, tantas veces expresada, de que los productores, aunque sean los due?os reales de un filme cualquiera, art¨ªsticamente casi nunca tienen raz¨®n. Y aunque el filme se venda ahora como un "montaje del director", buscando potenciar el elemento autoral, la etiqueta no importa demasiado: importa que al final la ficci¨®n se comporte satisfactoriamente respecto a las propias pautas que el relato hab¨ªa sentado. Cosa que no se pod¨ªa decir del original.
Blade Runner
El montaje del director (Blade Runner, the final cut).Direcci¨®n: Ridley Scott. Gui¨®n: Jampton Francher y David Peoples, seg¨²n la novela de Philip K. Dick ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? Fotograf¨ªa: Jordan Cronenweth. M¨²sica: Vangelis. Dise?o visual: Syd Mead. Producci¨®n: Michael Deely para Warner, EE UU. Estreno en Madrid: cine Palafox (V. O).
Tres son las modificaciones operadas sobre un filme que, tambi¨¦n hay que decirlo, dura virtualmente lo mismo que, la primera versi¨®n y no, como pretend¨ªa una leyenda interesada y ampliamente difundida, 40 minutos m¨¢s. Una, la eliminaci¨®n de la voz en off de Decker, igualmente una imposici¨®n de producci¨®n. Dos, la eliminaci¨®n ya comentada de la secuencia de clausura. Tres, la inclusi¨®n de un breve plano, un sue?o fugaz de Decker mientras teclea cansinamente el piano, en el que aparece un unicornio. El efecto que se logra con estos tres factores es sorprendente y da por resultado casi otra pel¨ªcula.
Materia ficcional abierta
Por una parte, al eliminar la voz en off, el filme se libera del hilo conductor que lo acercaba a las pautas m¨¢s manidas del cine negro: ahora, sin ese cors¨¦, la lectura de su densa materia ficcional es m¨¢s abierta. Por la otra, el edulcorado, soso final impuesto a la fuerza por la primera versi¨®n no s¨®lo estaba de m¨¢s, sino que. desvirtuaba de ra¨ªz el propio desarrollo del relato, la l¨®gica mortal que le daba coherencia y sentido. As¨ª, el ¨²nico momento en que el espectador ve ahora un fragmento de cielo azul es cuando Roy suelta a la paloma y ¨¦sta vuela hacia las alturas, s¨ªmbolo de libertad antes ahogado por el falso estallido de color del final postizo y supuestamente liberador.Y en tercer lugar, la presencia del unicornio, medieval emblema de la pureza, pero tambi¨¦n de lo inasible, de lo no domesticable, aporta un elemento de predestinaci¨®n que ayuda no s¨®lo a explicar el ¨²ltimo plano, aquel en el cual Decker y Rachel, en fuga hacia ninguna parte, descubren una de esas figuritas que el runner Gaff va dejando en los lugares en que ha estado y que, justamente, es un unicornio. Tambi¨¦n ayuda a reforzar la idea de la inaprensibilidad de la existencia, que se combina con la voz de Gaff, que fuera del encuadre recuerda que ella no vivir¨¢. Todo esto ayuda a borrar, por fortuna, ciertos restos rutinarios de la pel¨ªcula que afeaban -ya fue dicho hasta la saciedad en ocasi¨®n del estreno- un filme verdaderamente importante, uno de esos productos que de cuando en cuando nacen para iluminar un momento hist¨®rico. Una de esas raras pel¨ªculas marcadas por el genio.
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