Doctores suecos logran frenar el Alzheimer bombeando un f¨¢rmaco al cerebro
Un equipo de investigadores del hospital de Molndal, en la ciudad sueca de Gotemburgo, han presentado resultados alentadores en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Seg¨²n el profesor Lars Svennerholm, del departamento de Psiquiatr¨ªa y Neuroqu¨ªmica de la Universidad de Gotemburgo, en los cinco primeros tratamientos se logr¨® detener el desarrollo de la enfermedad en uno de los pacientes y la mejor¨ªa de otro. Una experiencia similar se lleva a cabo en el hospital Karolinska, de Estocolmo.El m¨¦todo consiste en una operaci¨®n por la cual se introducen dos finos cat¨¦teres en el cerebro, por los que circula un tubo conductor conectado a una bomba que ha sido colocada en el vientre. La bomba es dirigida y programada por computadora desde el exterior, y desde ella se bombea cada d¨ªa a trav¨¦s del peque?o tubo conductor, directamente al interior del cerebro, una sustancia denominada gangliosid (Gmgm1). Este producto tiene la propiedad de regenerar las sinapsis (conexiones) de las c¨¦lulas nerviosas que est¨¢n da?adas a causa de la enfermedad de Alzheimer. La bomba se carga una vez al mes y est¨¢ accionada por una bater¨ªa con una duraci¨®n aproximada de cinco a?os.
El cirujano que la coloc¨®, Lars Erik Augustinsson, dice que la operaci¨®n es relativamente simple y la compara en cuanto a dificultades al implante de un marcapasos. Hasta ahora viene utilizando una t¨¦cnica para introducir sustancias regeneradoras de las c¨¦lulas del cerebro, pero no directamente, lo que hac¨ªa necesario vencer la barrera sangu¨ªnea para poder llegar al interior.
Todos los pacientes tratados, cinco en Gotemburgo y diez en Estocolmo, son relativamente j¨®venes y fueron afectados por la enfermedad en edades comprendidas entre los 40 y 55 a?os. Por esta raz¨®n se consideran ?lzheimer puros, es decir, que sus trastornos provienen exclusivamente del deterioro de ciertas c¨¦lulas nerviosas.
Roy Persson, el primero de los pacientes tratados en Gotemburgo, compareci¨® ante las c¨¢maras de televisi¨®n. Se trata de un maestro de escuela que cuando no hab¨ªa cumplido a¨²n 55 a?os empez¨® a tener s¨ªntomas de la enfermedad. Fueron sus alumnos, "con su capacidad de observaci¨®n y honestidad que les caracteriza, los que me hicieron notar los errores y descuidos en que yo incurr¨ªa sin darme cuenta en mi trabajo", dijo. Ese paciente presenta ahora una apariencia totalmente normal y los m¨¦dicos afirman que es una persona distinta a la que era hace un a?o, cuando comenz¨® el tratamiento.
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