Thatcher reabre en los Lores su guerra contra Maastricht y Major
La ex primera ministra brit¨¢nica Margaret Thatcher, lady Thatcher, empu?¨® ayer el estandarte de la rebeli¨®n contra el Tratado de Maastricht y el primer ministro, John Major. La divisi¨®n del Partido Conservador y los problemas de Major se desplazaron a la C¨¢mara de los Lores, donde, hasta finales de julio, se librar¨¢ la segunda parte de la interminable batalla de Maastricht. El nuevo tramo del proceso de ratificaci¨®n har¨¢ m¨¢s evidentes que nunca las disensiones que el tratado suscita entre los tories, en un momento en que el jefe del Gobierno bate todas las marcas hist¨®ricas de impopularidad.
Lady Thatcher se encarg¨® de abrir el debate, vestida de azul (el color que ella identifica con sus momentos m¨¢s combativos) y provista de abundantes notas. Su argumento central fue que el tratado para la Uni¨®n Europea conduc¨ªa inexorablemente, seg¨²n ella, a un superestado federal y a la p¨¦rdida completa de la soberan¨ªa nacional brit¨¢nica. "Ning¨²n pa¨ªs ser¨¢ tan perjudicado por este tratado como el nuestro" afirm¨®. "Nuestro futuro y nuestras instituciones est¨¢n en peligro de muerte" proclam¨®, ante una C¨¢mara que registraba un lleno hist¨®rico."El tratado de Maastricht ha sido impuesto a los ciudadanos europeos. Cuando un pa¨ªs ha dicho no, se le ha coaccionado hasta forzarle a ceder", dijo, en referencia a Dinamarca, durante su exposici¨®n de la "absoluta necesidad" de que los brit¨¢nicos pudieran pronunciarse en un refer¨¦ndum. Lady Thatcher inst¨® a los lores a "poner fin a la dictadura de los bur¨®cratas de Bruselas" y a decir "basta, de una vez". "Creo que no queremos ir m¨¢s all¨¢ en este tren (comunitario)", prosigui¨®. Negarle la oportunidad de un refer¨¦ndum a los brit¨¢nicos ser¨ªa "un desgraciado error", concluy¨®.
La consecuencia ¨²ltima de Maastricht hab¨ªa de ser, seg¨²n Lady Thatcher, una enorme frustraci¨®n popular en todos los pa¨ªses comunitarios. La estrategia thatcherista durante la segunda lectura de la ley en los Lores apuntar¨¢ a presionar al gobierno para que convoque in extremis un refer¨¦ndum sobre el tratado.
El objetivo de dicho refer¨¦ndum no ser¨ªa tanto rechazar Maastricht como derribar a John Major, que ha vinculado su carrera al acuerdo para la uni¨®n europea, aprobado ya por todos los pa¨ªses comunitarios menos el Reino Unido y, por razones t¨¦cnicas, Alemania.
La segunda batalla
La segunda batalla de Maastricht desgastar¨¢ a¨²n m¨¢s la maltrecha imagen de Major, pero deber¨ªa acabar en victoria para el Gobierno. El sector leal de los tories y la c¨²pula de la oposici¨®n laborista han llegado a un acuerdo para votar conjuntamente a favor del tratado y contra un refer¨¦ndum, en caso de que llegara a plantearse una votaci¨®n en la C¨¢mara alta. En Downing Street se percib¨ªa ayer, sin embargo, cierto desasosiego.
Se tem¨ªa a dos factores imponderables: uno, la capacidad de convicci¨®n de la oratoria de Lady Thatcher (menos inflamada ayer que en sus mejores momentos ante los Comunes) en una C¨¢mara sin disciplina de voto; el otro, la posibilidad de que el sector euroesc¨¦ptico de los laboristas fuera inesperadamente fuerte entre los lores.
Hace ya tiempo que Maastricht se ha convertido en el elemento crucial de la pol¨ªtica dom¨¦stica del Reino Unido. No tanto por su importancia para el futuro del pa¨ªs, como por el hecho de ser el arma preferida de los amotinados contra John Major.
En torno a la oposici¨®n al tratado se form¨® el grupo parlamentario Fresh Start (Nuevo Comienzo), que agrupa a 28 diputados tories y tiene, como objetivo ¨²ltimo y cada vez m¨¢s declarado, el acoso y derribo de John Major.
En torno a Maastricht se ha reabierto la vieja divisi¨®n del partido ante la cuesti¨®n europea, y los rebeldes aprovechar¨¢n hasta el ¨²ltimo momento las oportunidades de atacar a Major que el proceso de ratificaci¨®n les ofrece.
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