Bananas

Ahora que ha terminado todo... Quiero decir, ahora que volvemos a empezar, pero al menos no tendremos que quedarnos a diario en casa para ver por la noche en la tele los programas pol¨ªticos. Ahora que los finos analistas se encuentran enfrascados en aventurar hip¨®tesis de Gobierno, esta gacetillera que sigui¨® a nuestros l¨ªderes durante la campa?a se pregunta qu¨¦ puede, profesionalmente, hacer. Compr¨¦ndanme: siento como un vac¨ªo.

Despojada de m¨ªtines y de debates, de duras frases descalificatorias y esl¨®ganes oportunistas, recuperada la civilizaci¨®n a golpes de realidad, me pregunto qu¨¦ puedo hacer conmigo misma, sobre todo considerando que este peri¨®dico todav¨ªa no ha sopesado la posibilidad de nombrarme corresponsal en la pobre Carolina de M¨®naco.

Quienes se han limitado a trabajar siguiendo a un solo candidato, por dura que haya resultado su labor, no tienen ni idea de lo que puede ser estar hoy con uno y ma?ana con otro, pasar de IU a HB y de Aznar a Felipe sin ni siquiera encerrarse 20 minutos, por entremedias, con un terapeuta. Que despu¨¦s de tales giras,. esta prenda haya sido capaz de votar es algo que s¨®lo podr¨ªa explicar un Paulov que se dedicara a estudiar las profundidades del alma democr¨¢tica.

En cualquier caso, el abismo est¨¢ aqu¨ª. Tiemblo al pensar en recuperar la vida normal, y estoy d¨¢ndole vueltas a la audacia de pedirle a mi director un destin¨® muy especial. Habida cuenta de que semejante trote plural tal vez me haya convertido en una especialista err¨¢tica del caos, voy a pedirle a mi director que me mande como enviada especial a casa de Mia Farrow. S¨®lo junto al hijo biol¨®gico de Woody Allen y Mia Farrow, o a los hijos adoptivos de los dos, o a los hijos adoptivos de ella sola -esa madre insaciable-, podr¨¦ volver a sentirme a gusto.