El ex ministro brit¨¢nico de Hacienda acusa a Major de gobernar a la deriva

Norman Lamont se ha vengado. S¨®lo 10 d¨ªas despu¨¦s de su tormentosa salida del Gobierno, el ex canciller del Exchequer brit¨¢nico acus¨® a su antiguo amigo John Major de vivir "pendiente de las encuestas", de tomar decisiones cruciales "para ganar 36 horas de publicidad" y de gobernar a la deriva, sin ninguna estrategia pol¨ªtica. Si las cosas no cambiaban, amenaz¨®, el Gobierno no sobrevivir¨ªa. El ominoso mensaje de Lamont no pod¨ªa llegar en peor momento para el primer ministro, cada vez m¨¢s cuestionado por la opini¨®n p¨²blica y por sectores conservadores.El d¨ªa de su cese, Lamont remiti¨® a Major un desabrido fax en el que advert¨ªa de su deseo de hablar y "poner las cosas claras". Ayer lo hizo. Pidi¨® que se le concediera la palabra en un momento crucial, justo antes de un esperado debate econ¨®mico entre John Major y el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, John Smith. Ante una C¨¢mara de los Comunes repleta y expectante, Lamont se alz¨® en su remoto esca?o y desgran¨® una letan¨ªa de recriminaciones que ¨¦l prefiri¨® llamar "consejos". Conforme hablabla, a Major se le helaba en la cara una forzada sonrisa. El ex canciller afirm¨® que la recesi¨®n brit¨¢nica ten¨ªa su origen en los derroches del boom econ¨®mico de 1988 (la ¨¦poca en que John Major era secretario del Tesoro); culp¨® a Alemania de la crisis del Sistema Monetario Europeo (SME) y al propio primer ministro por la inestabilidad de la libra, por su negativa a dar autonom¨ªa al Banco de Inglaterra.

Rencor pol¨ªtico

Los p¨¢rrafos m¨¢s crueles de Lamont tuvieron poco que ver con la econom¨ªa y mucho que ver con el rencor pol¨ªtico. El gobierno de Major, dijo el ex canciller, carec¨ªa de estrategia y era incapaz de pensar a largo plazo. Las encuestas de opini¨®n, y no los proyectos pol¨ªticos, mandaban en Downing Street. Norman Lamont oscureci¨® su expresi¨®n, sombr¨ªa por naturaleza, para advertir a John Major que "si la t¨¢ctica del Gobierno no cambia, no merecer¨¢ sobrevivir, y no sobrevivir¨¢".Major, mucho m¨¢s tocado por Lamont que por Smith, expres¨® su "agradecimiento" al ex-canciller (que sonre¨ªa mal¨¦volamente en su esca?o) y procur¨® escabullirse de las acusaciones laboristas.