Salgado retrata la nobleza del trabajo

La nobleza del trabajo y el orgullo del trabajador es el eje central de la exposici¨®n que el fot¨®grafo brasile?o Sebastiao Salgado inaugur¨® anoche en Madrid en la Biblioteca Nacional (paseo de Recoletos, 20). A trav¨¦s de 250 fotograf¨ªas en blanco y negro realizadas en los ¨²ltimos seis a?os por 30 pa¨ªses, Salgado compone la imagen de una clase obrera antes de que la profunda transformaci¨®n social en ciernes acabe con el trabajo como forma de solidaridad y de relaci¨®n. La exposici¨®n, titulada Trabajadores, estar¨¢ abierta al p¨²blico desde hoy hasta el pr¨®ximo 22 de agosto.

Una gran parte de estas fotograf¨ªas se han dado a conocer en Espa?a a trav¨¦s de reportajes publicados en El Pa¨ªs Semanal a lo largo de los ¨²ltimos a?os. La exposici¨®n incluye una, sala en la que se muestran dichos trabajos."Para todas las cosas hay un l¨ªmite, salvo para los sue?os". ?sta es la filosofia, que subyace a lo largo del recorrido de la exposici¨®n, que ha contado con la colaboraci¨®n de Eastman Kodak y EL PA?S y cuyos comisarios son Alberto Anaut, redactor jefe de El Pa¨ªs Semanal y L¨¦lia Wanick Salgado, esposa del fot¨®grafo. Las im¨¢genes de Salgado son retratos de fin de siglo, del drama entre el mundo subdesarrollado, que ha perdido sus riquezas y la esperanza de alcanzar la igualdad, y el primer mundo, incapaz de salir de su ego¨ªsmo.

A sus 48 a?os, Salgado ha querido rendir un homenaje a ese trabajador, "orgulloso de su actividad" que empieza a desaparecer debido a la profunda transformaci¨®n social que vive el mundo. "Estamos viviendo el fin de la I Revoluci¨®n Industrial, el fin de un acto social, colectivo y solidario y nos acercamos a lo que yo llamo la II Revoluci¨®n Industrial, donde el trabajador va a realizar una labor individual y muy especializada, pendiente ¨²nicamente de una m¨¢quina. He retratado ese orgullo y esa nobleza del hombre en su puesto de trabajo".

Es el mismo rostro del trabajo el que retrata Salgado. Desde sus famosas minas de oro de Sierra Pelada, en Brasil, hasta los desguaces de barcos en Bangladesh, hasta la recogida de t¨¦ en Ruanda pasando por los mariscadores gallegos o los obreros polacos y franceses. Todos parecen tener un mismo rostro: el del trabajo. "El trabajo es la obra suprema del hombre", dice Salgado. "La motivaci¨®n de todos los trabajadores es la misma. Lo que intento demostrar es que junto a la dureza, la dificultad y la explotaci¨®n que pueda suponer el trabajo, sobre todo en el Tercer Mundo, est¨¢ su nobleza y de ah¨ª vendr¨¢ la salvaci¨®n del mundo".

Salgado ha cambiado mucho. ?C¨®mo no lo iba a hacer? "Poca gente del llamado mundo urbano e intelectual ha frecuentado el mundo que yo he visto y vivido". En todos los centros que ha fotografiado, ha estado un m¨ªnimo de cuatro semanas y un m¨¢ximo de cuatro meses. Y ha visto mucha miseria, pero tambi¨¦n mucha grandeza. Salgado se siente orgulloso de pertenecer a esa especie humana que ha sido capaz con su actividad de hacer avanzar el mundo y no duda ni un momento al afirmar: "El hilo conductor de la especie humana es el trabajador".

Este fot¨®grafo brasile?o, economista de formaci¨®n, tiene muy claro que la ¨²nica soluci¨®n para el mundo no es la capacidad de crear tecnolog¨ªa sino la de "respetarnos los unos a los otros para as¨ª amamos los unos a los otros". "La crisis que padecemos no es de producci¨®n, sino de consumo. Hoy, el mundo superdesarrollado produce s¨®lo para la parte de la humanidad que puede consumir. Y esto supone s¨®lo la quinta parte de la poblaci¨®n total del planeta. Las otras cuatro quintas partes no tienen manera de entrar en el consumo. Si no se busca soluci¨®n a esto, nos toparemos con un t¨²nel tan estrecho por el que no podremos pasar todos".

Reci¨¦n llegado de Lisboa, donde el d¨ªa anterior inaugur¨® esta misma exposici¨®n que va a ser acogida simult¨¢neamente tambi¨¦n en EE UU y Francia, Salgado sonrie t¨ªmidamente ante el piropo de un colega fot¨®grafo: "Enhorabuena por tu capacidad de sorprendernos d¨ªa tras d¨ªa".