Jordan lleva a Chicago a su primera victoria
CLEMSON SMITH Despu¨¦s de casi dos semanas de silencio, Michael Jordan decidi¨® abrir la boca el mi¨¦rcoles por la noche. Tambi¨¦n lo hizo, tras un boicoteo a la Prensa, para declarar que no tiene ning¨²n problema con los casinos, las apuestas y el juego. Pero su boca m¨¢s especial la abri¨® en la cancha del Phoenix Suns. Y lo ir¨®nico del caso fue que su rival en la final de la NBA qued¨® sin respuesta. Se demostr¨®, pues, que un Jordan mudo o charlat¨¢n es lo mismo, es un hombre totalmente lanzado hacia otro t¨ªtulo de Liga. El tercero consecutivo.
La obsesi¨®n de Jordan se explica de una manera sencilla. Busca la consagraci¨®n total. ¨²nicamente dos clubes, el Minneapolis Lakers (1952-1954) y el Boston Celtics (1959-1966) han conquistado tres o m¨¢s campeonatos consecutivos. De los jugadores que definen la ¨¦poca de Jordan, s¨®lo Larry Bird, con seis, y Magic Johnson con cinco, poseen un mayor n¨²mero de t¨ªtulos. Jordan sue?a con superarlos, o por lo menos igualarlos. Y no importa qui¨¦n se interponga en su camino. Bien la fuerza mal¨¦vola del New York Knicks, el d¨²o din¨¢mico de Charles Barkley y Madonna, o una prensa voraz que le ataca por su afici¨®n al juego.El primer partido de la final de la NBA se celebr¨® en dos partes totalmente distintas, pero se resume con una realidad. Las estrellas del Chicago fueron bastamente superiores a las del Phoenix. Jordan se dedic¨® en la primera mitad a engrasar la m¨¢quina de su equipo, y a¨²n as¨ª sum¨® 31 puntos. Su fiel lugarteniente, Scottie Pippen, a?adi¨® 27, mientras que el base B. J. Armstrong, el l¨ªder de triples de la NBA esta temporada, anot¨® 16. Hace tiempo que los Bulls son un monstruo de m¨²ltiples cabezas, y todav¨ªa hay quien no lo reconoce. El Chicago, con su juego defensivo sofocante, consigui¨® una diferencia de 20 puntos en el segundo tiempo. Cuando Phoenix por fin respondi¨®, gracias a su propia presi¨®n defensiva, hubo un momento donde pareci¨® que iban a dar la vuelta a la tortilla. El marcador parcial estaba en 85-88 y quedaban cinco minutos de juego. Los aficionados so?aron con la victoria, pero Chicago, con un parcial de 8-0, sentenci¨®. Los primeros tres puntos fueron de Pippen, los siguientes dos de Jordan y Armstrong remat¨® con triple.
No fue una noche para Barkley, quien fall¨® 16 de 25 lanzamientos o para el base Johnson (nueve de 13). El ¨²nico consuelo del Phoenix es que termin¨® el partido mejor que empez¨®.
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