En estado orgullosamente bruto

La llegada de esta vieja y a?orada banda inglesa reuni¨® a una audiencia de tatuajes, patillas, barbas descuidadas y cazadoras fuera de moda que esper¨® pacientemente durante m¨¢s de una hora a que se abrieran las puertas. En las filas seguidoras de Mot?rhead ni siquiera hubo protestas por la tardanza.Siempre liderada por el carism¨¢tico Lemmy, toda una instituci¨®n del rock duro brit¨¢nico, esta hist¨®rica banda cuenta con m¨¢s de quince anos de traj¨ªn a todo trapo. Mot?rhead es sin¨®nimo de agresi¨®n sonora, y su influencia es patente en la amplia legi¨®n del ruido.

En las ¨²ltimas temporadas, el grupo mantiene su centro de actividades en Los Angeles, decisi¨®n que enfureci¨® a la hinchada inglesa. El pasado a?o se public¨® March or die, segunda entrega para una multinacional, y la poca repercusi¨®n que recogi¨® les ha dejado fuera de la compa?¨ªa. La gira europea del pasado oto?o tuvo que suspenderse ante la escasa demanda de entradas, pero el regreso primaveral ha sido bienvenido.

La garganta grave y ahogada de Lemmy apunt¨® hacia el inolvidable micro que mira hacia abajo y dio comienzo una sesi¨®n de rock en estado orgullosamente bruto. Parec¨ªa un tanto cansado este sempiterno y entra?able macarra, pero la fiel guardia le hizo entrar en materia.

Finalmente dedic¨® el impactante Killed by death a la corajuda afici¨®n. En sendos regresos, el grupo apabull¨® con cl¨¢sicos de su fornido repertorio como Overkill y Ace of spades, am¨¦n de la recreaci¨®n de Catch stratch fever, a?eja pieza del tambi¨¦n incombustible Ted Nugent. Este Mot?rhead del 93 incluye solos de los cuatro componentes, qui¨¦n sabe si por la necesidad de tomarse un respiro. Pero, altibajos al margen, su vieja maquinaria seguir¨¢ contando con un p¨²blico agradecido que sabe reconocer una honesta trayectoria.