Recordando a Santiago Varela

Nadie dir¨ªa que al ver tu andar pausado, camino del trabajo, que a los pocos d¨ªas estar¨ªas en vigilancia intensiva. Quiz¨¢ tu cuerpo no soport¨® la soledad de los solitarios acompa?ados, pero en soledad, en la infinita soledad que ¨²nicamente el que lo sufre entiende.Desde la cl¨ªnica, en un intervalo dentro de tu gravedad, tuviste el recuerdo a Pilar Brabo, compa?era infatigable. Y en estos momentos, los que compartimos tus horas y tus cinco a?os de trabajo, sentimos el vac¨ªo que nos dejas en lo m¨¢s profundo del coraz¨®n. Hiciste de este despacho tu casa, y tu casa a¨²n sigue aqu¨ª, entre tus cosas. Quisi¨¦ramos decirte una vez m¨¢s "hasta ma?ana", como tantos d¨ªas al caer la noche, y s¨®lo nos queda, con la vista empa?ada, sentir unos pasos que ya no se escuchan sobre la tarima, ni tu voz profunda en el aire de esta secretar¨ªa.

Santiago Varela, compa?ero, para ti estas palabras que llegan tarde, como ocurre siempre que se habla de amistad; descansa en paz, esa paz que a diario nos inspi-

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r¨® tu sonrisa.- Personal de su secretar¨ªa particular.