Guy Sorman analiza en su ¨²ltimo libro los problemas de droga e inmigraci¨®n
Guy Sorman, escritor y economista franc¨¦s nacido en 1944, public¨® en 1991 Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo, un ensayo en el que defend¨ªa, desde una perspectiva liberal al modo europeo, la irrupci¨®n de nuevos pensadores adecuados a un mundo complejo. Sorman, que lleg¨® ayer a Barcelona, acaba de publicar Esperando a los b¨¢rbaros (Seix Barral). Se trata de una investigaci¨®n sobre dos de los mayores problemas de este final de siglo: inmigraci¨®n y drogadicci¨®n."Si eleg¨ª el tema de la inmigraci¨®n y de la droga fue, en primer lugar, porque desde una perspectiva liberal son dos temas dificiles", dice Sorman. "Si se aplica el pensamiento liberal, hay que autorizarlos, pero si se hace puede tener consecuencias desastrosas. En segundo lugar, me interesan ambos porque muestran los l¨ªmites de la modernidad".
Sorman investig¨® durante dos a?os en distintos pa¨ªses la complejidad del mundo del inmigrante y del drogadicto, a la b¨²squeda de soluciones liberales. "Ha sido una investigaci¨®n dif¨ªcil y complicada", se?ala, "porque he tenido que cubrir muchos pa¨ªses. No he podido trabajar con documentaci¨®n porque no la hay".
Comodidad
Sorman opina que los pol¨ªticos o intelectuales prefieren adoptar una actitud acomodaticia en estos temas. "Para ellos es m¨¢s f¨¢cil inventar la categor¨ªa abstracta y construir un discurso te¨®rico", considera Sorman. "La droga es el mal, dicen, y yo represento el bien. O el emigrante es el mal. O al rev¨¦s. Y a partir de aqu¨ª pueden hablar de los beneficios del multiculturalismo o de los peligros de una sociedad cerrada. En cualquier caso, tanto la prohibici¨®n como la legalizaci¨®n de la droga son discursos muy abstractos que no tienen relaci¨®n con la sociedad".Respecto a ejemplos concretos, Sorman considera que las recientes actitudes xen¨®fobas demostradas en Alemania contra los turcos no son atribuibles ¨²nicamente a la sociedad alemana. "La xenofobia es normal", comenta. "Tengo amigos en Par¨ªs que van a las manifestaciones con pancartas de Abajo el racismo; est¨¢ muy bien, pero creo que no sirven de nada. Hay, que aceptar que podemos tener vecinos racistas, pero lo que tenemos que hacer es aprender a vivir en este mundo todos juntos. No se trata de suprimir el mal, sino de aprender a convivir con ¨¦l".
Cuando se le plantea c¨®mo hacer frente a la droga, Sorman es taxativo. "No se puede parar", dice. "En todas las sociedades ha existido la droga; lo que pasa ahora es que estamos ante una modernizaci¨®n de la misma. En cualquier caso, no valen actitudes globales. Lo que se ha de comprender es que no se puede suprimir. Lo que debe hacerse, con programas de ayuda m¨¦dica, es limitar el mal que los drogadictos se infligen a s¨ª mismos y a la sociedad".
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