Ante la ambici¨®n, presi¨®n y orden
El marcador reflej¨® la superioridad del Real Madrid sobre el Barcelona en el campo. Los azulgrana, es cierto, jam¨¢s se rindieron y, adem¨¢s, la suerte les dio la espalda porque Koeman no suele fallar desde el punto de penalti como sucedi¨® ayer. Elogiable fue tambi¨¦n el f¨²tbol de Stoichkov, especialmente durante la primera mitad. Todas sus acciones generaron peligro: carg¨® de amonestaciones a toda la l¨ªnea de zagueros madridistas -forz¨® incluso la expulsi¨®n de Rocha- y protagoniz¨® un eslalon que Buyo neutraliz¨® con una acci¨®n soberbia. Pero tambi¨¦n es verdad que el Madrid ciment¨® su victoria en un primer tiempo digno de elogio -sobre todo por la aplicaci¨®n de la presi¨®n que realiz¨® a partir de la l¨ªnea de medios-, y supo defenderla despu¨¦s con un f¨²tbol muy ordenado.Floro fue valiente desde la salida. Apost¨® por una alineaci¨®n consecuente con sus ideas. Situ¨® a Luis Enrique como lateral izquierdo para buscar una continuidad de carril -el asturiano particip¨® decisivamente en el segundo gol- parecido al flanco derecho, donde opera Michel, mientras Hierro y Milla no apuraron tanto sus salidas y fijaron m¨¢s su posici¨®n defensiva. La ¨²ltima carta fue Alfonso. El fino delantero madridista estuvo muy receptivo en ataque y, adem¨¢s, cerr¨® el paso a Koeman, neg¨¢ndole al Barcelona la salida de bal¨®n m¨¢s peligrosa.
La presi¨®n de Alfonso sobre el libre holand¨¦s se extend¨ªa a la l¨ªnea de medios. Los cuatro centrocampistas madridistas levantaron una red a lo ancho del campo en la que el Barcelona qued¨® atrapado. Los azulgrana se precipitaron, perdieron el cuero con reiteraci¨®n y facilitaron los contraataques madridistas.
La expulsi¨®n de Rocha supuso un repliegue de l¨ªneas: Hierro baj¨® al eje de la defensa mientras Alfonso se ubicaba en la medular. El Madrid, con un menos, perdi¨® salida, pero exhibi¨® un orden t¨¢ctico trascendente. La disciplina con la que actu¨® arroj¨® una lectura inequ¨ªvoca: el equipo de Floro estuvo siempre mejor colocado que su rival y ofreci¨® un buen f¨²tbol control, presidido por las triangulaciones y los apoyos continuos. El juego de ayudas fue tal que dominaron hasta en los fuera de banda, en los que siempre sorprendieron al Barcelona.
La entereza madridista provoc¨® el nerviosismo azulgrana. Cruyff hab¨ªa optado por un equipo tremendamente ofensivo, como apostando decididamente por la Copa -m¨¢s a tiro que la Liga- y, de rebote, con la supuesta victoria, dar un golpe psicol¨®gico al Madrid con vistas al partido de Tenerife. El Madrid estuvo sereno y actu¨® tanto con concentraci¨®n como con rapidez. Fue un bloque gran¨ªtico ante los desajustes que se percib¨ªan en el juego posicional barcelonista.
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