Manual de esquizofrenia pol¨ªtica
Odios personales e intereses econ¨®rnicos hipotecan el futuro de Cantabria y dividen al centro derecha
CAMILO VALDECANTOS El presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, se enfrenta el pr¨®ximo jueves, d¨ªa 1, a una moci¨®n de censura socialista, mientras el Partido. Popular, del que fue miembro hasta mayo, le amenaza con la misma iniciativa, aunque no ha concretado la fecha. Mientras tanto gobierna con ocho diputados, todos en el Grupo Mixto y el centro-derecha c¨¢ntabro aparece instalado en la esquizofrenia tras interpretar con Hormaechea todos los papeles posibles de amante y despechado. La moci¨®n socialista parece condenada al fracaso y el futuro de la regi¨®n permanece atenazado por una deuda sofocante, en torno a los 90.000 millones de pesetas, y una esclerosis pol¨ªtica progresiva que nadie acierta a detener.
Santander inspir¨® a Gerardo Diego su Manual de espumas. Casi setenta a?os despu¨¦s podr¨ªa intentarse un manual de esquizofrenia pol¨ªtica, sin ninguna concesi¨®n a la ret¨®rica: los mismos que en 1987 a¨²pan a Juan Hormachea a la presidencia del Gobierno regional -despu¨¦s de hostigar y defenestrar a sus antecesores y correligionario s Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez y ?ngel D¨ªaz de Entresotos-, lo liquidan en 1990 con una moci¨®n de censura, tras recibir Aznar sus insultos personales; en mayo de 1991 tratan de triturarlo durante la campa?a electoral auton¨®mica y lo retratan como el campe¨®n de la "inmoralidad p¨²blica"; al cabo de dos meses lo abrazan y lo afilian al Partido Popular formando parte de la ejecutiva nacional; en mayo pasado es Hormaechea el que emprende el vuelo y resucita la Uni¨®n para el Progreso de Cantabria (UPCA) para presentarse por su cuenta a las elecciones generales; vuelven los insultos y las acusaciones, y en las ¨²ltimas semanas el apelativo de "traidor" es uno de los m¨¢s suaves que se intercambian.
Jos¨¦ Ram¨®n Saiz, jefe del gabinete de Hormaecha, confirma la situaci¨®n de caos y avanza una interpretaci¨®n del momento pol¨ªtico que atraviesa Cantabria: "Uno tiene que pensar en la existencia de intereses personalistas, o incluso econ¨®micos, cuando no hay toda la racionalidad y coherencia necesaria para hacer una aut¨¦ntica pol¨ªtica c¨¢ntabra. Hay, pienso, excesivo odio acumulado y muy poca sensibilidad en cuanto a promocionar una aut¨¦ntica idea de regi¨®n que marque pactos de gobernabilidad en favor de los intereses ciudadanos".
Odios personales y una intrincada red de intereses econ¨®micos parecen ser los dos soportes fundamentales del tinglado.
Hormaecha ha arremetido recientemente contra "maf¨ªas de funcionarios" y ha acusado a sus socios del PP de inmoralidad, achac¨¢ndoles haber nombrado a dedo a 500 funcionarios. El PP contraataca y su presidente regional, Jos¨¦ Luis Vallines, lo llama "el mayor fabulador de Cantabria" y "un p¨¦simo gestor al que nunca le casan los papeles, porque Hormaecha est¨¢ en los tribunales por un problema de papeles". Pero inmeditamente dispara una coletilla: "otra historia es que debiera estar, o no, por otras cosas".
El martes pasado Hormaecha convocaba una rueda de prensa para acusar a Vallines de "coacciones y de adquisiciones de personas". El d¨ªa 14 hab¨ªa asegurado que lo ech¨® de su despacho tras decirle que "la pol¨ªtica no admite pr¨¢cticas mafiosas" y de mantener una "permanente actitud de traici¨®n desde 1983".
Miguel ?ngel Revilla, presidente del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), asegura que "Hormaechea no se entiende, si no es a trav¨¦s de un entramado econ¨®mico, de un clan de empresarios especuladores que han hecho fabulosos negocios con recalificaciopnes de suelo u obras a precios desorbitados".
"El Gobierno de los constructores" es una expresi¨®n habitual en labios de dirigentes pol¨ªticos de Cantabria. El problema se presenta cuando se recuerda que hormaeche¨ªstas y populares han estado alternativamente juntos o enfrentados en el mismo Gobierno.
En julio pasado, Hormaecha comenta la situaci¨®n a alguno de su colaboradores y les asegura que controla la firma, "y ya no nos pueden robar", en referencia a sus socios de Gobierno.
Jaime Blanco, el l¨ªder socialista en Cantabria, afirma que "Hormaecha es un entramado de intereses que empa?a la vida pol¨ªtica y su entorno econ¨®mico est¨¢ formado fundamentalmente por algunos constructores".
Seg¨²n Blanco, "la direcci¨®n del PP no est¨¢ mezclada en esto, pero algunos diputados, s¨ª". Blanco salva personalmente a Vallines, presidente de los populares c¨¢ntabros, y llega a decir que hay recelos hacia el PP por parte de algunos sectores econ¨®micos porque no quieren que se modifique la situaci¨®n establecida en tomo a Hormaechea.
La situaci¨®n se complica porque Hormaecha y nueve altos cargos de su Gobierno -algunos militan en la UPCA y otros siguen en el PP- es¨¢n procesados por delitos de malversaci¨®n y prevaricaci¨®n. La vista oral se auncia para el mes de octubre y Hormaecha ha dicho p¨²blicamente que tiene que decidir "si el
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presidente de Cantabria se sienta en el banquillo".En privado y desde hace varios meses Hormaecha ha confiado a alguno de sus colaboradores m¨¢s cercanos que "el presidente de Cantabria no se sentar¨¢ en el banquillo".
Cuando se traslada esta opini¨®n al PSOE y al PP, la desconfianza es un¨¢nime: Vallines dice que no se puede aceptar su palabra. Jaime Blanco no se lo cree y Matilde Fern¨¢ndez, ministra en funciones de Asuntos Sociales y diputada por Cantabria, no hace distinciones entre las gentes de UPCA. y del PP y asegura que "Hormaecha est¨¢ intentando crear una estructura de partido regional y est¨¢ manteniendo contactos con sus alcaldes para asegurar que la UPCA permanece en Cantabria al margen de la soluci¨®n del proceso".
Blairico y Fern¨¢ndez piensan que seguir¨¢ en el cargo aunque le condenen, porque recurrir¨¢ al Supremo y al Constitucional. En esos tr¨¢mites, y aunque efectivamente fuese declarado culpable e inhabilitado, la sentencia no ser¨¢ firme y habr¨¢n llegado las elecciones municipales y auton¨®micas de 1995 en las que Blanco estima que la UPCA con Hormaechea puede conseguir "entre seis y diez diputados, de manera que se convierta en una fuerza importante para la gobernabilidad de Cantabria".Rebajas de hipermercado
El ¨²ltimo escal¨®n en el que Hormaecha se apoya para explicar el caos que atenaza al Gobierno c¨¢ntabro es la instalaci¨®n de un hipermercado de Pryca en Santander. Hormaechea, en rueda de prensa, ha sido categ¨®rico: "Todos los problemas pol¨ªticos de esta, regi¨®n, todos, provienen del hipermercado, de mi negativa a instalar ese hipermercado".
El presidente c¨¢ntabro ha contado tambi¨¦n ante los informadores regionales que en 1989, y en el hotel Eurobuilding de Madrid, un diputado del PP -se ha apuntado varias veces el nombre de Isabel Tocino- "me forz¨® a una reuni¨®n que yo no deseaba" y all¨ª, seg¨²n la versi¨®n de Hormachea, le dijo: "Todos los problemas se terminan otorgando una licencia al hipermercado, pero si no se otorga esa licencia los preblemas van a seguir".
El ¨²ltimo episodio de este asunto se produjo el a?o pasado, cuando Rodolfo Mart¨ªn Villa, el hombre que aparece en todos los momentos importantes de la relaci¨®n Hormaechea-PP, le llama por tel¨¦fono para advertirle que el presiente de Pryca, Juan Antonio Garc¨ªa Diez, ex vicepresidente del Gobierno con UCI) y ex ministro de Econom¨ªa, quiere hablar con ¨¦l por tel¨¦fono.
La llamada se produce y Hormaecha tiene delante a tres testigos que, l¨®gicamente, s¨®lo escuchan lo que dice el presidente de Cantabria.
Uno de los presentes no duda en calificar el tono de la conversaci¨®n de "violent¨ªsirno". Hormaechea mantiene un tono acusatorio y crispado y le espeta a Garc¨ªa D¨ªez que Pryca est¨¢ detr¨¢s del transfuguismo de algunos diputados regionales. Incluso desciende a lo m¨¢s nimio y le dice que Santander s¨®lo ha recibido de Pryca la atenci¨®n de una bandeja de alpaca que el presidente c¨¢ntabro se trajo desde el Ayuntamiento y en la que habitualmente le sirven agua en su despacho de presidente.
Amores que matan
C. V. Los intentos por descabalgar a, Juan Hormaecha de la presidencia son espasm¨®dicos pero se mantienen desde 1990, cuan-, do una moci¨®n de censura da. lugar al Gobierno de gesti¨®n. presidido por el socialista Jaime Blanco.
Las auton¨®micas de 1991 dan a la UPCA de Hormaechea 15 diputados, 16 al! PSOE, 6 al PP y 2 al PRC. Tras ese resultado se produce la integraci¨®n de Hormaecha en el PP. Jos¨¦ Luis Vallines, presidente de los populares en Cantabria, lo explica sin empacho: "Actu¨¦ como ejecutor de una orden del partido desde Madrid; fui neutral con el pacto, lo asum¨ª, lo ejecut¨¦, vot¨¦, me hice la foto y me di los abrazos que fueron necesarios".
Pero el mismo Vallines se re¨²ne el 22, de diciembre del a?o pasado con Jaime Blanco y le propone echar a Hormaechea antes de que se celebre el congreso nacional del PP. El PSOE acepta, pero nunca lleg¨® el placet de la direcci¨®n nacional de los populares.
En abril de ¨¦ste a?o Felipe Gonz¨¢lez disuelve las Cortes. Hormaecha propone que las lista del PP en Cantabria las encabece Rodolfo Mart¨ªn Villa. No se considera la idea y el PP de Cantabria propone a Vallines como n¨²mero uno de la lista. La misma tarde en que se adopta esa decisi¨®n se enteran de que Madrid ha situado a Jos¨¦ Mart¨ªnez Sieso al frente de la candidatura.
El d¨ªa 27 o 28 de abril, sobre las siete de la tarde, Joaqu¨ªn Fern¨¢ndez Sanemeterio, diputado del PP, acude al despacho de Hormaecha y lo lleva en coche hasta el domicilio de F¨¦lix de la Fuente, en la calle de P¨¦rez Gald¨®s, en Santander. All¨ª le esperan Vallines, Manuel Huerta, alcalde Santander; Roberto Bedoya, Francisco Pern¨ªa y Alberto Rodr¨ªguez, todos dirigentes del PP en Cantabria. Hormaecha asegura que le piden resucitar la UPCA y que se presente contra las lista del PP que ellos rechazan. Fern¨¢ndez Sanemeterio se convierte en director de actos electorales de la UPCA.
El 17 de junio, tras las elecciones, dimiti¨® como asesor de Hormachea, pero permanece como diputado del PP. Vallines niega la veracidad de esta versi¨®n y a?ade que "aunque se hubiera celebrado, Hormaechea se present¨® a las elecciones por propia decisi¨®n".
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