Colaterales

Los muertos iraqu¨ªes perpetrados por los viriles misilazos del hombre que -seg¨²n declar¨® ampliamente en su momento la modelo que se acost¨® con ¨¦l- la tiene peque?ita -son los m¨¢s peligrosos: si su pene no est¨¢ a la altura de su falo se ponen muy farrucos con el armamento punta- se han convertido en efectos colaterales. Me gusta. Al fin, una forma sensata de definir a los que siempre est¨¢n donde no deben y reciben en la cabeza chupinazos que iban dirigidos a objetivos concretos. Son colaterales, por ejemplo, los bosnios. A esa maldita condici¨®n, no a las ambiciones de sus vecinos ni a la ineptitud cobarde de la comunidad intemacional, le deben hallarse en trance de extinci¨®n.Me gusta, repito. Nada de v¨ªctimas civiles -aunque, si se transmutan en v¨ªctimas ' algo habr¨¢n hecho-, ni de elementos ¨¦tnicamente aseados. Se aceptan colateralmente por el efecto de lo fundamental, y eso, a todas luces, es asunto suyo. La t¨ªpica tozudez de gente que se empe?a en vivir y hasta en reproducirse.

F¨ªjense bien: la de efectos colaterales que deben de estar dejando los ex pacificadores de la ONU a su paso por Somalia, habida cuenta de la precisi¨®n de que suelen ser capaces a la hora de distinguir un objetivo principal de uno colateral. En este caso, adem¨¢s, todos son negros.

Hay quienes, sin saberlo, llevan d¨¦cadas sufriendo de colateralitis cr¨®nica: los palestinos, por ejemplo. Si ser¨¢ as¨ª que, cuando ellos matan israel¨ªes, los asesinan, mientras que, cuando son asesinados por sus vecinos, caen muertos (v¨¦ase cualquier peri¨®dico) por su propio impulso. Fueron colaterales avant la lettre, qu¨¦ t¨ªos.

Ahora lo comprendo todo.- Juanchu Rodr¨ªguez fue un efecto colateral. Si llego a saberlo cuando traje de vuelta su cad¨¢ver, despu¨¦s de lo de Panam¨¢, no me habr¨ªa alterado tanto.