El paso de las oportunidades
No se pueden dejar pasar tantas oportunidades. Espa?a tuvo suficientes situaciones para haber dado cerrojazo al asunto, pero le fallaron unas veces las piernas, otras las manos, y al final, la cabeza. Y claro, cuando est¨¢s tantas veces a un paso del ¨¦xito y no lo das, llega en el ¨²ltimo momento Welp (el alem¨¢n m¨¢s incisivo durante todo el encuentro) y te la clava dejandote para el arrastre.El caso es que Espa?a no jug¨® mal, ni mucho menos. No estamos ante ese caso en el que el momento de la verdad no nos llega la camisa al cuerpo. Igual¨® la faceta reboteadora, los que las tienen que meter las metieron e incluso Herreros recuper¨® la punter¨ªa. El problema fue que no pudo evitar que Alemania estuviese muy cerca durante los 45 minutos. Siempre detr¨¢s, pero siempre cerca.
El equipo de Lolo Sainz (demasiado est¨¢tico a la hora de introducir modificaciones en la cancha) tuvo el encuentro ganado en el tiempo reglamentario y en la pr¨®rroga, pero falt¨® ese peque?o empuj¨®n, esa jugada que remata al adversario.
Primero fue en el tiempo reglamentario. Un triple de Herreros a falta de 1.42 significaba 6 puntos de ventaja. En el siguiente se permiti¨® un triple. Vuelve Herreros a colocar tierra por medio (cinco puntos con un minuto por jugar). Se vuelve a dejar que Jackel clave otro triple. Por ¨²ltimo, en la postrera jugada, bien desarrollada, Villacampa falla el tiro decisivo.
En la pr¨®rroga, m¨¢s oportunidades perdidas. Con 52 segundos (77-75) no se llega ni a tirar a canasta. Con 25 segundos (77-77) y bal¨®n en poder de Espa?a, va a parar a Azofra. Falta, y uno m¨¢s uno fallado. Morales atrapa un enorme rebote, y se produce el error definitivo. La pelota llega de nuevo a Azofra. L¨®gicamente, Alemania le vuelve a hacer personal. ?Por qu¨¦ no la cogi¨® Villacampa o Epi, capaces de aguantarla y ser m¨¢s certeros en los tiros libres.
Se podr¨ªa pensar que Espa?a tuvo mala suerte por partida doble. Una, por tocarle el anfitri¨®n en un partido tan importante despu¨¦s de su gran primera fase, que al final, no ha valido para nada. Dos, que su adversario eligiese un d¨ªa como ayer para jugar su mejor partido. Pero la mala suerte en el baloncesto tiene poca presencia.
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