Muere en Madrid la actriz Lola Gaos, 'voz rota' de la resistencia antifranquesta
Desde hace cinco a?os, una operaci¨®n de laringe la manten¨ªa casi sumida en el silencio
La actriz valenciana Lola Gaos, hermana del fil¨®sofo Jos¨¦ y de los poetas Alejandro y Vicente Gaos, muri¨® a consecuencia de un c¨¢ncer intestinal el pasado domingo en Madrid, donde viv¨ªa desde 1943. Naci¨® en 1921: ten¨ªa 72 a?os. Fue enterrada ayer, rodeada por la intimidad de sus hijas y sus amigos, en el cementerio de la Almudena. Permanec¨ªa desde hace a?os casi sumida en el silencio, tras sufrir en 1988 una intervenci¨®n quir¨²rgica que le da?¨® las cuerdas vocales. Su palabra ronca, profunda y desgarrada convirti¨® a la actriz en la voz rota de la lucha contra el franquismo. Actu¨® en muchos filmes resistenciales frente a la dictadura e hizo de su trabajo una forma permanente de lucha por la libertad.
Dolores Gaos Gonz¨¢lez-Pola naci¨® en Valencia en 1921 y creci¨® en una familia que le hizo respirar desde ni?a la cultura y el arte. Su hermano Jos¨¦ era un eminente fil¨®sofo y sus otros dos hermanos, poetas. Lola tuvo vocaci¨®n inicial por la medicina, que la guerra civil trunc¨® e hizo desviar su futuro hacia la pasi¨®n por el teatro. Fue esto lo que le oblig¨® a fijar su residencia en el Madrid de la posguerra, en 1943.Su ascenso en el escalaf¨®n del meritoriaje del teatro y el cine fue lento en aquellos duros a?os, en los que incluso su propio apellido le era profesionalmente adverso, pues el nombre Gaos era entonces muy notorio a causa de la fama que su hermano Jos¨¦, exiliado republicano en M¨¦xico, ten¨ªa en el angosto mundo intelectual de aquella Espa?a.
Su primera aparici¨®n en la pantalla ocurri¨® en la pel¨ªcula -que protagoniz¨® en 1949 el escritor Camilo Jos¨¦ Cela- El s¨®tano. Pero su verdadero comienzo tuvo lugar en 1941, en Esa pareja feliz, primera obra, dirigida conjuntamente por Luis Garc¨ªa Berlanga y Juan Antonio Bardem. Desde entonces, el nombre de Lola Gaos est¨¢ asociado a muchos personajes de pel¨ªculas y espect¨¢culos teatrales con riesgo pol¨ªtico y de lucha por la libertad.
Fue parte de la banda de mendigos de Viridiana (1961), una de las obras maestras de Luis Bu?uel, con el que trabaj¨® tambi¨¦n en Tristana en 1969. Y protagoniz¨®, junto a su paisano Ovidi Montllor, la c¨¦lebre Furtivos, que dirigi¨® en el a?o 1975 Jos¨¦ Luis Borau y que fue una de las pel¨ªculas claves de la transici¨®n del franquismo a la democracia, pues, aunque realizada antes de la muerte del dictador, prefigur¨® parte del cine posterior.
Entre su primera pel¨ªcula y Gran Sol, dirigida en 1988 por Ferr¨¢n Llagostera, ¨²ltima en que intervino, Lola Gaos actu¨® en medio centenar de filmes, casi siempre interpretando personajes medulares aunque fuesen secundarios. Son casi siempre personajes de mujer dura, incluso violenta y de gran desgarro en la composici¨®n, sobre todo a causa de las peculiaridades de su voz ronca, que le hizo susurrar, cuando ya estaba diezmada, en 1989: "Mi voz me ayud¨® en el mismo sentido que mi f¨ªsico. Siempre tuve voz muy grave, muy especial, e imagino que eso contribuy¨® a que me dieran personajes de m¨¢s edad que la m¨ªa, dram¨¢ticos y raros". En teatro son memorables sus creaciones en los montajes de Espectros de Strindberg, La casa de Bernarda Alba de Lorca y Woyzech de Georg Buchner.
El impulso de lucha permanente por la libertad, que llev¨® a Lola Gaos a ser parte de algunos de los momentos m¨¢s libres y combativos del cine y el teatro espa?oles bajo la opresi¨®n franquista, le condujo tambi¨¦n a las luchas pol¨ªticas de ideas y aceras, en testimonios orales y escritos o incluso en actos de agitaci¨®n en plena calle. Dijo la actriz: "No he militado en ning¨²n partido pol¨ªtico, pero he colaborado con todos los movimientos de izquierda".
Y a?adi¨®: "He ganado dinero para criar a mis hijas, pero no me queda nada y vivo el final de mi vida gracias a su ayuda". La ¨²ltima lucha de esta infatigable mujer fue contra el desamparo en que quedan los actores cuando la voz, la memoria y la presencia les fallan, dej¨¢ndoles inermes e ignorados por el Estado. Incluso cuando le dejaron casi muda en una operaci¨®n de laringe, nadie pudo callar su, ya parte de la leyenda, voz rota.
Babelia
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