La firma del pacto social en Italia facilita el retorno de la lira al SME, seg¨²n su primer ministro
El pacto social alcanzado en Italia el pasado s¨¢bado entre empresarios y sindicatos, por el que los salarios pasar¨¢n a ser una variable dependiente de la inflaci¨®n programada allana el camino para la vuelta de la lira al Sistema Monetario Europeo (SME), que abandon¨® el pasado septiembre junto a la libra esterlina en plena tormenta monetaria. As¨ª lo afirm¨® ayer el primer ministro, Carlo Azeglio Ciampi. Ayer mismo, el Banco de Italia baj¨® el precio del dinero: del 10% al 9%, el nivel de 1976 y cuatro puntos menos que hace un a?o. Las autoridades consideraron la bajada como una consecuencia del pacto. El banco central portugu¨¦s tambi¨¦n redujo su tipo de intervenci¨®n, que qued¨® en el 10,25%, con un recorte del 0,25 puntos.
El acuerdo social en Italia ha sido alabado tanto por estas dos partes como por el Gobierno. Pero unos y otros difieren en la valoraci¨®n del mismo. Empresarios y sindicatos coinciden en mostrarse mucho m¨¢s prudentes, e incluso esc¨¦pticos, que el Gobierno, autor del texto en el que se basa el acuerdo."Se trata de un acuerdo sin precedentes, que incrementa la credibilidad de este pa¨ªs, y que nos coloca en condiciones de ventaja frente a los dem¨¢s pa¨ªses europeos", dijo el presidente del Gobierno y ex presidente del Banco de Italia, Carlo Ciampi. Para la vuelta al SME, que no se anunciar¨ªa antes de septiembre, Ciampi pide modificaciones importantes en este organismo.
Aunque, posteriormente, neg¨® que el viernes pasado diera un ultim¨¢tum a las partes para que en 24 horas concluyeran un acuerdo o rompieran las negociaciones -"yo habr¨ªa seguido intermediando hasta que se alcanzara el compromiso", dijo-, Ciampi ten¨ªa un inter¨¦s objetivo en que el pacto se cerrara con tiempo suficiente como para poder presentarlo en la cumbre que el Grupo de los Siete (los pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo) inicia ma?ana en Tokio.
El primer ministro italiano sugiri¨®, de inmediato, que el pacto facilitar¨ªa una nueva reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s, uno de los mecanismos b¨¢sicos en los que el Gobierno conf¨ªa para resolver el problema de la abrumadora deuda p¨²blica. Poco despu¨¦s de hacer el pron¨®stico el Banco de Italia redujo el precio del dinero en un punto.
La bolsa italiana no reflej¨® ayer, sin embargo, este optimismo, lo que los analistas atribu¨ªan a un reflejo de la tendencia descendente que prevaleci¨® en los mercados de valores internacionales, as¨ª como a factores t¨¦cnicos derivados del ciclo anual de las contrataciones.
Cautela de Romiti
Cesare Romiti, consejero delegado de Fiat, tampoco comparte el optimismo de Ciampi, lo mismo que el ministro de Trabajo, el socialista Gino Giugni, quien opin¨®: "Es un milagro que en un pa¨ªs donde las relaciones pol¨ªticas parecen pulverizadas se llegue a obtener una fuerte recomposici¨®n de las relaciones sociales".
"Me parece que hay una excesiva glorificaci¨®n, tras haber dramatizado tambi¨¦n los problemas en exceso", dijo Romiti. "No quiero decir que el acuerdo no sea importante", a?adi¨®, "pero he le¨ªdo el adjetivo 'hist¨®rico', que es un t¨¦rmino que conviene utilizar con gran prudencia. El acuerdo se basa en un conjunto de reglas, y crear reglas siempre est¨¢ bien. Pero son reglas que no incluyen sanciones, en caso de que no sean aplicadas. Por ello, todo se deja al comportamiento de las partes".
Esa incertidumbre sobre la aplicaci¨®n del nuevo sistema explica el escepticismo de empresarios y sindicatos, que coinciden en que lo logrado es bastante menos que un pacto social. Tambi¨¦n ha influido sobre el desinter¨¦s de la gran mayor¨ªa de los integrantes del mercado de trabajo por unas negociaciones sin consecuencias salariales inmediatas. A ese desinter¨¦s alude Romiti cuando afirma que la importancia del acuerdo hab¨ªa sido previamente dramatizada en exceso.
El presidente de la patronal italiana Confindustria, Luigi Abete, dijo que acept¨® el acuerdo con la raz¨®n, en lugar de actuar por intuici¨®n, como hace generalmente. Bruno Trentin, secretario general de la CGIL, se?al¨® que no es un acuerdo ¨®ptimo, pero s¨ª el mejor posible.
Para los sindicatos, el primer problema, previo a la firma del acuerdo, el 22 de julio, es como presentar a las bases este pacto, que prev¨¦ la negociaci¨®n semestral y tripartita de la inflaci¨®n, y el crecimiento por debajo de ¨¦sta de los salarios, que se negociar¨¢n a nivel nacional cada dos a?os. S¨®lo se podr¨¢n negociar incrementos por encima de ese nivel en las grandes empresas con beneficios. Se introduce, adem¨¢s, el empleo interino.
El sindicato socialista, UIL, quiere someter el pacto a refer¨¦ndum. Pero esa idea no es compartida ni por el sindicato democristiano, CISL, ni por la CGIL, especialmente dividida en torno a lo acordado.
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