Lesbianas: de la censura a la ¨²ltima moda
'Vanity Fair' vuelve a escandalizar en su portada con las fantas¨ªas de una cantante homosexual
Despu¨¦s de desnudar a la entonces embarazada actriz Demi Moore, la revista Vanity Fair (Feria de Vanidades) ten¨ªa colocado el list¨®n del esc¨¢ndalo muy alto. Sin embargo, este mes vuelve a irrumpir en los quioscos norteamericanos con la que quiz¨¢ es la portada m¨¢s provocadora de su historia. En ella, la supermodelo Cindy Crawford se aproxima sensualmente sobre una silla de barbero para afeitar a un personaje que lleva la cara cubierta de espuma. La persona que espera tendida no es otra que la cantante K. D. Lang, la artista lesbiana que gan¨® un grammy en la ¨²ltima edici¨®n de los premios.Sin tapujos y con cierto grado de exhibicionismo, la cantante ha decidido dar toda la publicidad posible a su fantas¨ªa sexual con la supermodelo.
Cindy Crawford, que lleva dos a?os casada con el actor Richard Gere y que disfruta de contratos millonarios con las multinacionales Pepsi y RevIon, se ha prestado al juego sin vacilar.
La cantante canadiense de 31 a?os tampoco duda en abrir sus sentimientos al entrevistador para explicar el descubrimiento de su atracci¨®n por las mujeres y su evoluci¨®n desde entonces.
Con su reportaje de Cindy y K. D jugando a la seducci¨®n, midi¨¦ndose a caricias las caderas y colocando sus perfiles al borde del beso, Vanity Fair se coloca en primera l¨ªnea de la pol¨¦mica que debate el asunto de la homosexualidad en Estados Unidos. La gran cuesti¨®n se centra ahora en saber hasta qu¨¦ punto el avance homosexual es un logro social consistente o va a acabar siendo una moda para esnobs que terminar¨¢ evapor¨¢ndose sin casi dejar rastro. La revista Newsweek dedicaba el pasado mes uno de sus n¨²meros al estilo de vida de las parejas de lesbianas, un asunto en boga en la d¨¦cada gay de los noventa. Por las mismas fechas, el New York Times analizaba los avances de las estudiantes homosexuales en las 45 universidades norteamericanas que ofrecen cursos sobre experiencias gay.
Esta explosi¨®n ha sido s¨²bita e inesperada. Hace tan s¨®lo unos meses los productores de Hollywood decid¨ªan eliminar cualquier connotaci¨®n lesbiana a las dos mujeres protagonistas de la pel¨ªcula Tomates verdes fritos, basada en una novela sobre una pareja homosexual.
Sin embargo, desde principios de a?o la tendencia se ha invertido y el lesbianismo ha captado la atenci¨®n p¨²blica. La serie de televisi¨®n Roseanne, favorita de la clase media norte americana, ha introducido a una pareja de lesbianas en la vida cotidiana del barrio.
Las actrices que interpretan estos papeles son la amiga bisexual de Madonna, Sandra Bernhard, y la rubia secretaria de Richard Channing en la serie Falcon Crest, Morgan Fairchild.
En Washington, la subsecretaria de Urbanismo, Roberta Achtenberg acaba de pasar a la historia como la primera lesbiana reconocida que supera una votaci¨®n de confirmaci¨®n del Senado norteamericano. La minor¨ªa invisible -se estima que en Estados Unidos viven entre dos y tres millones de mujeres homosexuales- comienza a salir a la superficie, en medio de un debate que abarca desde los an¨¢lisis m¨¢s sesudos hasta los toques de frivolidad.
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