'Sanfermining'
Raffing, puenting, hidrospeed, parapente... Son los deportes de riesgo, Puestos de moda por los ejecutivos j¨®venes y agresivos, para liberar el estr¨¦s. "Nada como emociones fuertes despu¨¦s de una intensa semana de reuniones", dicen. Entonces van y se tiran desde un puente colgados de una cuerda, o descienden un r¨ªo en balsa, y ahora hasta les da por jugar a las guerras, cualquier cosa con tal de creer que han sobrevivido a un serio peligro.Todo mentira. Estas organizaciones trabajan con red, porque un accidente les arruinar¨ªa el negocio. Las emociones fuertes est¨¢n descafeinadas. Si los ejecutivos quieren de verdad soltar adrenalina, lo tienen mucho m¨¢s f¨¢cil: en. Pamplona, notar c¨®mo se hiela el coraz¨®n es gratis.
El encierro es una terapia agresiva perfecta, porque va creciendo en intensidad del cero hasta quiz¨¢ el infinito, con la garant¨ªa de que no llegar¨¢ a provocar el infarto. Al menos nunca se ha dado, y es que, cuando el toro aprieta, el coraz¨®n no est¨¢ para esas moderneces. Pasado el punto de m¨¢xima emoci¨®n, todo acaba de golpe, siguiendo la estrategia del mejor de los tratamientos de choque. El organismo ha liberado por completo la carga negativa acumulada y entran unas ganas tremendas de volver al trabajo.
La sesi¨®n dura menos de 45 minutos. Comienza en la calle de la Estafeta, a las 7.20. Llegan los guardias y dicen que a correr. Instantes de duda. Los chavaletes y los borrachuzos van saliendo; los mozos se quedan. Las palpitaciones aumentan ya a m¨¢s de cien. A las 7.30, los guardias van echando para atr¨¢s a los corredores, hasta situarlos en la plaza Consistorial. Los corrales donde aguardan los toros est¨¢n a 300 metros; la plaza, a m¨¢s de 500. El coraz¨®n registra 120 pulsaciones. No cabe un alma m¨¢s. Ir hacia adelante es imposible, la polic¨ªa no permite superar el cord¨®n; hacia atr¨¢s, tampoco, tal es la multitud de mozos. De ah¨ª no puede escapar ya nadie.
A las 7.50 la tensi¨®n se diluye algo saludando a las c¨¢maras de televisi¨®n, que empiezan a efectuar barridos sobre los corredores. Pero es s¨®lo un falso llano en la alta monta?a. Enseguida vuelve el coraz¨®n a querer salirse; esta vez por la garganta. ?Qu¨¦ se Piensa? Que uno ha comprado papeletas para la ruleta rusa. Se sabe, con absoluta seguridad, que todos los d¨ªas los toros voltean corredores, que todos los a?os cornean a algunos -el a?o pasado, 15- y que de vez en cuando matan -a 12 desde 1924- No ser¨¢ cuesti¨®n de saber, sino tambi¨¦n de suerte. "El toro mueve la cabeza como si fuera un l¨¢tigo, por eso no pude escaparme", comenta Ferm¨ªn San Mart¨ªn, el jugador de balonmano y experto corredor que el mi¨¦rcoles fue corneado.
El bombo empieza a girar a las ocho en punto. Las pulsaciones aumentan a 180. Ah¨ª llegan los toros. Hay que echarse a un lado. Va a ser como tirarse al vac¨ªo desconociendo si hay red. Uno cierra los ojos y cuando los abre ve pasar la muerte de largo. Uno ha sobrevivido, y esta vez de verdad.
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