Estados Unidos asume el protagon¨ªsmo
Cuando las Naciones Unidas asumieron el pasado 4 de mayo el mando de la Operaci¨®n Devolver la Esperanza, todo en Somalia parec¨ªa encarrilado: la ayuda humanitaria se repart¨ªa sin grandes sobresaltos y los se?ores de la guerra firmaban un acuerdo de paz y reconstrucci¨®n de un pa¨ªs arrasado por dos a?os de guerra civil.Estados Unidos, que desde diciembre hab¨ªa desempe?ado el papel de zapador en esta aventura, dejaba sobre suelo somal¨ª a 5.000 de sus 28.000 soldados. Otros 26 pa¨ªses, con Pakist¨¢n (4.500 hombres) e Italia (2.500) a la cabeza, rellenaron su hueco. Un general turco, Cevik Bir, asum¨ªa el mando de esta nueva etapa, llamada Onusom II, destinada ahora a completar el desarme de la poblaci¨®n.
El asesinato de 24 cascos azules paquistan¨ªes el pasado 5 de junio a manos de los seguidores de Mohamed Far¨¢ Aidid hizo saltar por los aires un equilibrio que era tan s¨®lo aparente: la ONU se vio metida de lleno en la guerra y Estados Unidos asumi¨® un protagonismo formal y real que hace dudar sobre qui¨¦n est¨¢ realmente al frente de la operaci¨®n.
La acci¨®n de castigo por la muerte de los paquistan¨ªes, que se tradujo en cuatro bombardeos sobre Mogadiscio, fue llevada a cabo por aviones AC-130 esta dounidenses llegados desde Yibuti, se supone que bajo ¨®rdenes del mando de Onusom. Fue sin embargo el presidente de EE UU, Bill Clinton, quien anunci¨® al mundo "el ¨¦xito" de la operaci¨®n el pasado 18 de junio.
"Todos los movimientos de las fuerzas norteamericanas son decididos por la ONU. Contra Aidid se emplearon los AC-130 por su precisi¨®n. Pero todas las acciones son discutidas y coordinadas. Aqu¨ª nadie act¨²a por su cuenta% afirma a EL PA?S el embajador especial de la ONU en Somalia, Jonathan Howe.
El desconocimiento mostrado por los mandos de Onusom de algunas de las operaciones de b¨²squeda de armamento llevadas a cabo por los soldados estadounidenses parecen contradecir esta afirmaci¨®n. El mutismo que guarda el general Bir, frente a la locuacidad de los responsables estadounidenses, aumenta la confusi¨®n, al igual que la propia composici¨®n del mando de Onusom II: el vicecomandante de la operaci¨®n, el general Thomas Montgomery, es estadounidense, al igual que Howe. La misma nacionalidad tienen los dos portavoces oficiales y buena parte de los 400 funcionarios civiles, entre los que hay miembros del Departamento de Estado. Los miembros italianos, de hecho, han solicitado una mayor capacidad de decisi¨®n en la estructura de Onusom y no ocultan ya su desacuerdo con las medidas de fuerza empleadas de forma cada vez m¨¢s asidua.
Desde hace un mes los habitantes del sur de Mogadiscio empiezan a distinguir entre "UN" (Naciones Unidas) y "US" (Estados Unidos). En sus comunicados m¨¢s recientes, los seguidores de Aidid han anunciado una guerra santa que culminar¨¢, si Al¨¢ da su permiso, con la muerte de 1.500 norteamericanos. La consigna es la misma en todos los panfletos: movilizaci¨®n contra "el nuevo colonialismo". En la memoria hist¨®rica del pa¨ªs est¨¢ muy fresco el recuerdo de los 35 millones de d¨®lares en ayuda militar proporcionados por EE UU al r¨¦gimen del depuesto dictador Mohamed Siad Barre entre 1981 y 1989 a cambio del uso del estrat¨¦gico puerto de Berbera.
Lo que ahora busca EE UU, explica un ayudante de Aidid, es la explotaci¨®n de supuestos yacimientos petrol¨ªferos descubiertos en el subsuelo somal¨ª. "Eso son estupideces", replica Jonathan Howe, que en este caso habla como estadounidense. "No tenemos estrategias. S¨®lo el deseo de terminar con el caos".
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