Thatcher moviliza a los lores para que voten un refer¨¦ndum sobre Maastricht
Ser¨¢ una jornada de encuentros y reencuentros: decenas de arist¨®cratas ancianos, exiliados o simplemente ajenos a la pol¨ªtica acudir¨¢n hoy a la C¨¢mara de los Lores, por primera vez en alg¨²n caso, para votar sobre Maastricht. MargaretThatcher, lady Thatcher, y su facci¨®n eurorrebelde han rastreado el mundo en busca de votos para su propuesta de un refer¨¦ndum brit¨¢nico sobre la Uni¨®n Europea. Pese a todo, el Gobierno est¨¢ convencido de ganar la crucial votaci¨®n.
La b¨²squeda del lord perdido cost¨® miles de libras, procedentes de "donantes an¨®nimos", y cientos de horas de trabajo del equipo de lady Thatcher. A lord Acton, por ejemplo, le han tra¨ªdo desde Iowa, EE UU. Otros vienen desde Australia, Hong Kong, Canad¨¢ o las Filipinas, o desde remotos retiros escoceses. Ayer por la noche, a¨²n se buscaba a unos cuantos lores escurridizos.Los eurorrebeldes constataron que, entre los 400 lores que acud¨ªan a la C¨¢mara alta con cierta asiduidad, la mayor¨ªa estaba con el Gobierno. Pero hab¨ªa otros 800 miembros de derecho que, de comparecer, pod¨ªan cambiar los pron¨®sticos. El objetivo era llenar la C¨¢mara y dar la sorpresa. De pedir la C¨¢mara de los Lores un refer¨¦ndum sobre Maastricht, el Gobierno se ver¨ªa en una encrucijada constitucional y, probablemente, acabar¨ªa accediendo a la consulta.
Algunos de los convocados por lady Thatcher, como lord Harvington, s¨®lo ten¨ªan una informaci¨®n muy remota sobre Maastricht. Pese a vivir en el para¨ªso fiscal de Jersey, a s¨®lo unas millas de la costa inglesa, lord Harvington declar¨® no estar muy al corriente sobre la pol¨¦mica y pidi¨® que le explicaran en qu¨¦ consist¨ªa el tratado y por qu¨¦ lady Thatcher, conservadora, se opon¨ªa al primer ministro, John Major, tambi¨¦n conservador. El pobre lord Harvington a¨²n no hab¨ªa decidido su voto ayer por la tarde. A menos de 24 horas de la votaci¨®n, a los eurorrebeldes a¨²n les faltaban 70 votos para poder confiar en la victoria. John Major parec¨ªa estar mucho m¨¢s preocupado, sin embargo, por el voto del pr¨®ximo d¨ªa 26, en la C¨¢mara de los Comunes, sobre la inclusi¨®n del Cap¨ªtulo Social en el tratado.
De perder la votaci¨®n, Major se enfrentar¨ªa a dos opciones: o cancelar toda la ratificaci¨®n y crear un formidable problema en la Comunidad, o tragarse su orgullo y aceptar la Carta Social. En ambos casos, su permanencia en Downing Street se har¨ªa muy dif¨ªcil.
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