Mondrag¨®n Corporaci¨®n crear¨¢ 7.000 puestos de trabajo en los pr¨®ximos tres a?os
El plan 1993-1996 que la Mondrag¨®n Corporaci¨®n Cooperativa aprobar¨¢ previsiblemente esta semana en su cuarto congreso prev¨¦ la creaci¨®n de cerca de 7.000 nue vos puestos de trabajo y un volumen de negocio de 850.000 millones de pesetas, casi el doble de la cifra de ventas calculadas para el presente ejercicio. El sector de distribuci¨®n, nucleado en tomo a Eroski, es claramente el grupo llamado a expandirse en este per¨ªodo, mientras que el industrial, con Fagor a la cabeza, registrar¨¢ una p¨¦rdida de 1.000 empleos durante los tres pr¨®ximos a?os.
La ponencia oficial del congreso que se celebra hoy y ma?ana, al que asistir¨¢n un total de 350 socios en representaci¨®n de 86 empresas, con m¨¢s de 25.000 trabajadores, establece unos valores aparentemente identificados con la filosof¨ªa empresa rial acu?ada por Jos¨¦ Ignacio L¨®pez de Arriort¨²a. As¨ª, la Mondrag¨®n Corporaci¨®n con sidera que la satisfacci¨®n al cliente, es "la raz¨®n de ser de la existencia de la empresa" y el equipo humano, "la fuente principal del ¨¦xito", de una corporaci¨®n comprometida, igualmente, en la mejora continua, en la exigencia de calidad y en el compromiso social con la creaci¨®n de riqueza y empleo. El congreso se produce en un momento en el que la crisis industrial ha hecho mella en el primer grupo empresarial del Pa¨ªs Vasco oblig¨¢ndole a activar todos sus mecanismos de apoyo mutuo y solidaridad interna ya reubicar en empresas cooperativas m¨¢s boyantes a parte de sus socios trabajadores. Con, todo, las cooperativas vascas, que destinan entre un 30% y un 40% de sus resultados a la caja com¨²n, no han podido repetir la eficaz respuesta de de sempleo cero que dieron a la crisis de los primeros a?os 80. El 2,5% de los socios cooperativistas se encuentra hoy sin trabajo y percibe el 80% de su salario, "anticipo", en el lenguaje cooperaltivo, de los fondos de Lagunaro, el sistema propio de Seguridad Social.
Empresas mixtas
Frente a la espectacular expansi¨®n de los sectores de distribuci¨®n y financiaci¨®n -Caja Laboral Popular- y pese a la pr¨¢ctica congelaci¨®n salarial autoimpuesta en no pocas empresas, la industria del grupo ha perdido unos mil millones de pesetas y m¨¢s de 500 puestos de trabajo y tiene ante s¨ª unas perspectivas nada halag¨¹e?as, especialmente en las divisiones de bienes de equipo. El impulso a la internacionalizaci¨®n y la b¨²squeda de una mayor dimensi¨®n empresarial, con la implantaci¨®n en nuevos mercados, la colaboraci¨®n con empresas asentadas en otros pa¨ªses y la concentraci¨®n tipo joint venture, similar a la efectuada por Fagor Electrodom¨¦sticos con Thomson, Ocean y General Domestic, figura en la ponencia oficial del congreso como alternativa ante los gigantes multinacionales.Al amparo de las posibilidades que brinda la Ley de Cooperativas aprobada recientemente por el Gobierno Vasco, la Corporaci¨®n Mondrag¨®n no descarta la participaci¨®n directa en sus empresas de capital ajeno, ni desde luego, renuncia a su proyecto de sociedad de cartera. El congreso evaluar¨¢ la transformaci¨®n interna aprobada en diciembre de 1991 con la configuraci¨®n de las agrupaciones sectoriales, sustitutorias de las comarcales.
Aquella decisi¨®n, justificada en la necesidad de hacerse con un modelo organizativo que aprovechase mejor las sinergias del grupo, supuso en su d¨ªa la autoexclusi¨®n de cuatro cooperativas, as¨ª como fusiones de empresas y numerosos cambios. Pese a la implantaci¨®n actual de la estructura sectorial, hay quienes, desde dentro de la corporaci¨®n, siguen creyendo que ese camino conduce a la eliminaci¨®n del esp¨ªritu cooperativista original. M¨¢s pasiones suscita todav¨ªa la eterna pol¨¦mica sobre la superaci¨®n de las diferencias salariales, constre?idas en su d¨ªa a la relaci¨®n m¨¢xima de uno a tres. Hoy, en el caso excepcional de los m¨¢ximos ejecutivos, cuyo salario sigue siendo en todo caso inferior en un 30% a sus hom¨®logos de las empresas no cooperativas del sector, hay socios trabajadores que ganan diez veces m¨¢s que sus compa?eros cooperativistas, aunque el abanico salarial se sit¨²a entre el 1,6 y 4.Jes¨²s Mar¨ªa Herrasti, presidente del congreso cooperativo sostiene que buena parte de la cr¨ªticas y las acusaciones de desfigurar el esp¨ªritu cooperativo, son, en realidad, reacciones de resistencia a los cambios a las dificultades que presenta una actividad empresarial progresivamente m¨¢s dura y competitiva que precisa de continuos ajustes. "Acusan el cambio de mentalidad social. Las gentes son ahora menos solidarias y m¨¢s individualistas que cuando el padre Arizmendiarrieta fund¨® las primeras cooperativas. Pero tambi¨¦n hay una demanda de participaci¨®n y todo ¨¦so del se?or trabajador es algo que est¨¢ presente en las cooperativas desde su fundaci¨®n". "Verdaderamente, el cura estaba adelantado a su tiempo", concluye.
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