El duque de Alba afirma que el editor es un heterodoxo y no un artista o un pol¨ªtico
Jes¨²s Aguirre evoc¨® en Laredo sus recuerdos como profesional del Ebro
"El editor no es un escritor ni un artista, aunque lo sea; no es tampoco un pol¨ªtico, aunque lo sea; si no es un productor de libros, es un heterodoxo. Mi actividad editorial durante un tiempo fue de menos heterodoxia porque ten¨ªa otras vocaciones que cumpl¨ªa profesionalmente y la actividad editorial era un escape y un enriquecimiento", dijo ayer en Laredo Jes¨²s Aguirre, duque de Alba, al pronunciar una conferencia titulada Recuerdos de un editor, evocadora de su experiencia profesional, dentro de los Cursos de Verano organizados por el Ayuntamiento.
La realizaci¨®n verdadera de un ser humano, seg¨²n Aguirre, trae consigo la frustraci¨®n de otras vocaciones. Estas frustraciones no son orilladas o apartadas del todo por el sujeto."El recuerdo se irrita por aquello que se echa de menos, por el paso del tiempo y por la frustraci¨®n, y es capaz de enfado. La memoria, no. La memoria tiene una fuente importante, que es el olvido. El instinto memorioso olvida todo aquello que descoloca el presente, el futuro y la esperanza. La memoria s¨ª tiene una relaci¨®n con la esperanza".
El duque de Alba situ¨® en Santander, donde vivi¨® largos a?os de su infancia, el descubrimiento de su gusto por el libro. "Mi actividad como editor tiene una prehistoria que es el amor por el libro como objeto y esta prehistoria es santanderina. Fue en determinados armarios donde descubr¨ª unos libros que me atra¨ªan por sus t¨ªtulos y las muy bellas portadas tipogr¨¢ficas de Proel y La isla de los ratones como me atrae la de la Revista de Occidente.
Aludi¨® Jes¨²s Aguirre a la frustraci¨®n de horizonte que se sufri¨® enel r¨¦gimen anterior. "En los ¨²ltimos a?os de aquel periodo el aburrimiento era realmente el peligro nacional con todo lo que tra¨ªa consigo de desaliento para la capacidad creadora". "Yo intent¨¦ abrir ventanas y balcones para el espa?ol que yo era. ?Qu¨¦ ¨¦ramos? ?El caballo de Troya?, ni siquiera eso, que es demasiado importante. Eramos simplemente los hombres que mantuvimos una montura, no s¨¦ si de asno o de caballo, toda ella con arneses que eran cual grapas ilustradas".
Record¨® su primer contacto con la editorial Taurus ya fundada y en marcha, a trav¨¦s de Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, y la traducci¨®n de La fraternidad cristiana, de Goethe, con que comenz¨® su trabajo. "Pancho deseaba editar peque?os manifiestos sobre temas candentes a los que siguieron obras m¨¢s grandes y ya granadas de autores importantes. Un libro sobre el suicidio fue la primera obra editada por Aguirre y escrita por Marino Barbero "que demostraba ya ser un hombre que cuando cog¨ªa un tema no lo soltaba jam¨¢s".
Evoc¨® el duque de Alba la colaboraci¨®n con Ricardo Gull¨®n en la edici¨®n de la obra de Antonio Machado dentro de la colecci¨®n El escritor y la cr¨ªtica. Evoc¨® su lucha de editor frente a la censura eclesi¨¢stica y la civil. La mejor manera de eludir a la civil era conformarse, pero con la religiosa la cuesti¨®n era m¨¢s dificil porque estaba ejercida por sacerdotes que conoc¨ªan muy bien el esquema de la confesi¨®n. La edici¨®n de La monarqu¨ªa por la que yo luch¨¦, de Gil Robles, precis¨® que no se llev¨® a cabo sin vencer innumerables dificultades hasta que el presidente de la empresa editorial, en la que ya hab¨ªa entrado el grupo Santillana, Jes¨²s de Polanco amenaz¨® con abandonar el sill¨®n y el consejo de administraci¨®n si el libro no se distribu¨ªa.
El duque de Alba termin¨® aludiendo a "los tatuajes" que Santander ha dejado en ¨¦l. "Imborrables, que trascienden de mi piel", afirm¨®.
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