La ¨²nica excusa era estar muerto
La ¨²nica excusa v¨¢lida era estar muerto. Cualquiera que a¨²n respirara tuvo que ir a votar. En la gran traca final de Maastricht no sirvi¨® para nada tener la baja m¨¦dica. Hab¨ªa que estar ah¨ª, en la situaci¨®n m¨¢s tensa vivida en la c¨¢mara verde de Westminster desde 1979, cuando la administiraci¨®n minoritaria del laborista Jini Callaghan di¨® su ¨²ltimo traspi¨¦s.El ministro de Industria, Nfichael Heseltine, se present¨® en la C¨¢mara de los Cornunes pese a convalecer de un infarto y tener expresamente prohibida por su m¨¦dico toda actividad pol¨ªtica hasta octubre. El ministro de Educaci¨®n, John Patten, abandon¨® la cama del hospital y tiritando, con su gastroenteritis v¨ªrica a cuestas y agarrado a su mujer, emiti¨® su voto.
La diputada laborista Rachel Squire, con un tumor cerebral y sometida a radioterapia intensiva, fue cari?osamente acompa?ada por toda su familia. Otra laborista, Jo Richardson, vot¨® con un simple movimiento de cabeza: su artritis aguda no permit¨ªa mayores aspavientos. Bob Parris, tambi¨¦n laborista., se person¨® con las cicatrices de un cu¨¢druple bypass card¨ªaco a¨²n abiertas. El conservador euroesc¨¦ptico Bill Walker acudi¨® con pleures¨ªa y bronquitis aguda.
Las heroicidades personales fueron, adem¨¢s, dobles. Pensaron que el momento de la verdad era el jueves por la noche, y ah¨ª estuvieron. Pero result¨® que el drama hab¨ªa de continuar ayer por la tarde y, por segunda vez, los dolientes se arrancaron del lecho para estar en Westminster. La intensa pasi¨®n de ambas sesiones no pudo ser buena para el coraz¨®n de Heseltine o los intestinos de Patten, aunque s¨®lo comparecieran durante los minutos necesarios para entrar en el recuento.
Lo de Bill Walker, el euroesc¨¦ptico con problemas pulmonares, fue a¨²n peor: algunos diputados afines se quejaron de que los whips (l¨¢tigos, encargados de la disciplina de voto) le cogieron del brazo y le hicieron pasar casi en volandas por la puerta de los s¨ªes al gobierno, antes de que el hombre pudiera suspirar su opini¨®n.
Todos los euroesc¨¦pticos estaban quejosos y catastrofistas anoche. De Margaret Thatcher, Lady Thatcher, no se supo gran cosa porque estaba de gira en Rusia. Pero su escudero, Norman Tebbit, Lord Tebbit, habitual portavoz de la ex primera ministra, pronostic¨® una inminente "revuelta popular" contra Maastricht y la "dictadura de Bruselas". La diputada Teresa Gorman, a su lado, insinu¨® que podr¨ªa expresarse la protesta boicoteando las elecciones al Parlamento Europeo, el a?o pr¨®ximo.
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