Los faraones ya no duermen tranquilos
La violencia integrista amenaza a las pir¨¢mides
Los pobres faraones han sufrido graves indignidades. Sus reales tumbas, cavadas en las abruptas paredes del Valle de los Reyes, fueron saqueadas hace 3.000 a?os por individuos indeseables; sus restos mornificados han sido exhumados y expuestos en p¨²blico, y ahora, los militantes isl¨¢micos han organizado una campa?a para destruir las pir¨¢mides, con sus avenidas de esfinges y finos obeliscos, s¨ªmbolos de omnipotencia y riqueza durante 27 siglos."La esfinge y la pir¨¢mide son estatuas", dice Sheik Yehya, un mul¨¢ militante, "como todo el resto de los monumentos fara¨®nicos. El Profeta, la paz est¨¦ con ¨¦l, destruy¨® las estatuas, y nosotros debemos hacer lo mismo".
Los militantes isl¨¢micos, que llevan a cabo una violenta campa?a para apoderarse del poder en Egipto, rechazan todo lo que consideran una deshonra para su religi¨®n. Si pudieran, prohibir¨ªan la danza del vientre, con sus bailarinas que se retuercen y contorsionan hasta la madrugada ante la mirada ebria de los clientes, as¨ª como el sistema educativo seglar que existe en el pa¨ªs.
Las representaciones art¨ªsticas de la figura humana, prohibidas en el islam, tambi¨¦n deben ser destruidas y quemadas, as¨ª como los libros, pel¨ªculas y poemas que no glorifiquen al profeta Mahoma y sus ense?anzas. Y, puesto que la civilizaci¨®n que surgi¨® y desapareci¨® antes de la llegada del islam, en el siglo VII, se considera despreciable e id¨®latra, tambi¨¦n debe ser borrada de la memoria humana.
"Los integristas quieren romper todos los lazos culturales e intelectuales con todo pasado que no sea isl¨¢rnico", dice el juez Said el Ashmaui, un intelectual cr¨ªtico con el fundamentalismo isl¨¢mico, que vive rodeado de guardaespaldas a causa de las amenazas de muerte que ha recibido de los militantes musulmanes. "Quieren borrar el legado de nuestros progenitores fara¨®nicos, helen¨ªsticos y cristianos".
El ataque a los monumentos del antiguo Egipto ya ha empezado. Los militantes isl¨¢micos han puesto bombas en los templos fara¨®nicos y en una de las tres grandes pir¨¢mides de Giza.
En los ¨²ltimos 18 meses de violencia, han disparado contra autobuses de turistas y barcos de crucero por el Nilo con rifles autom¨¢ticos, en una campa?a que busca ahuyentar a los turistas extranjeros que, seg¨²n los militantes, extienden la corrupci¨®n y el vicio por el pa¨ªs.
Tres visitantes extranjeros han muerto, unos 24 han resultado heridos y la industria tur¨ªstica, que proporcionaba al pa¨ªs unos 2.200 millones de d¨®lares anuales, ha sido aniquilada. La p¨¦rdida de estos ingresos ha agravado la recesi¨®n econ¨®mica en Egipto y ha, dejado sin empleo a miles de personas.
Los ataques teol¨®gicos a la cultura fara¨®nica siempre han estado presentes en el islam militante, incluso durante la Edad Media. Seg¨²n una de las numerosas leyendas que rodean a la esfinge, en el a?o 900, Saylm al Dahr, un l¨ªder isl¨¢mico, le reban¨® la nariz con una pala.
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