El futbol argentino se resiste a admitir sociedades an¨®nimas

Unos 400 socios del Deportivo Espa?ol acabaron con el comienzo de la revoluci¨®n del f¨²tbol argentino antes de que se invirtiera un solo peso en la operaci¨®n que, supuestamente, cambiar¨ªa la historia. La asamblea, con mayor¨ªa de gallegos, vot¨® en contra e insult¨® y acus¨® de "fascista" al presidente del club, Francisco R¨ªos Seoane, quien ya hab¨ªa pactado con un empresario la venta de la plantilla completa, de sus colores y de sus derechos de afiliaci¨®n a la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino (AFA) para que un equipo con otro nombre ocupara el lugar del Deportivo en la Liga.El acuerdo entre Francisco R¨ªos Seoane, en nombre del Deportivo Espa?ol y el empresario Francisco Macri, pr¨ªncipe heredero del poderoso grupo empresarial Sevel de Argentina, dedicado a la fabricaci¨®n y venta de autom¨®viles como principal actividad, fue el primero que se realiz¨® despu¨¦s de un a?o de debates sobre la grave crisis del f¨²tbol argentino. Seg¨²n el precontrato firmado por las partes, Macri iba a invertir una suma calculada entre 10 y 15 millones de d¨®lares para comprar la plantilla completa del Espa?ol y su afiliaci¨®n a la AFA. Con esos jugadores y sus derechos, Macri fundar¨ªa una organizaci¨®n, de nombre Mar del Plata F¨²tbol Club, que se instalar¨ªa en la ciudad del mismo nombre.

Una vez hecho el anuncio p¨²blico, s¨®lo le quedaba a R¨ªos Seoane cumplir el tr¨¢mite de convencer a la asamblea de socios. Los clubes argentinos son actualmente "sociedades civiles sin fines de lucro" y la directiva debe someter a la asamblea todas las decisiones que supongan una modificaci¨®n sustancial del patrimonio. La AFA modific¨® sus estatutos para aceptar sociedades an¨®nimas entre sus afiliadas y todo parec¨ªa conducir a un final feliz, acorde con la pol¨ªtica econ¨®mica impuesta en el pa¨ªs.

En este modesto caso, en el que s¨®lo parec¨ªa estar en juego el sentimiento por un color rojo y unos cuantos jugadores, los socios primero dijeron rotundamente no y luego acusaron al presidente R¨ªos Seoane de actuar como un "dictador". El no de "los gallegos", como se les llama en Argentina, no impidi¨® que continuaran las conversaciones entre los dirigentes de algunos clubes pequeflos y representantes de grupos inversores.

Los dirigentes de los clubes m¨¢s importantes, encabezados por los del River y el Boca, coinciden en que "algo hay que hacer", pero se oponen a entregar la administraci¨®n del f¨²tbol a empresas privadas.