Los 'c¨®mplices' resultaron ser aduaneros

El gallego Abraham Jorge L¨®pez, de 44 a?os, contrabandista de tabaco, prepar¨® la importaci¨®n de 1.200 kilos de coca¨ªna de Colombia durante 1990. A principios de 1991, la operaci¨®n estaba en marcha. Los colombianos le entregar¨ªan la mercanc¨ªa a trav¨¦s del buque Bongo, a cuyo encuentro deber¨ªa salir otro barco para hacerse cargo del alijo en Canarias. Jorge, despu¨¦s de m¨²ltiples dificultades, contrat¨® para esta misi¨®n los servicios de unos marineros con los que s¨®lo se comunicaba por radio. ?se fue su error: sus c¨®mplices resultaron ser polic¨ªas y aduaneros. El jefe de la red y sus 14 integrantes pasar¨¢n los pr¨®ximos a?os entre rejas, tras ser condenados.La captura del Bongo supuso el mayor cargamento de droga decomisado hasta entonces en alta mar y desbarat¨® los planes ideados por Abraham Jorge L¨®pez, El Enano, nacido en Portomar¨ªn (Lugo), alba?il de profesi¨®n, en colaboraci¨®n con su esposa, Mar¨ªa de los ?ngeles Rodr¨ªguez Sindin, ama de casa. Tambi¨¦n formaban parte de la organizaci¨®n el mec¨¢nico Antonio L¨®pez Pulido, de Cabra (C¨®rdoba), y el comerciante Pedro Mart¨ªnez Requejo, de Mieres (Asturias), un hombre depresivo y alcoholizado.

La polic¨ªa se apunt¨® un importante ¨¦xito con la desarticulaci¨®n del grupo y la captura de la droga. Pero antes tuvo que invertir muchas horas en investigaciones. ?stas se iniciaron en el verano de 1989 con el seguimiento del colombiano Ram¨®n Arturo Gonz¨¢lez Aycardi, que "se mov¨ªa en ambientes relacionados con el comercio clandestino de coca¨ªna", seg¨²n la reciente sentencia de la Audiencia Nacional.

A mediados de 1990, L¨®pez Pulido, vendedor del tabaco de contrabando que le suministraban Abraham Jorge y su esposa, meti¨® en este negocio al asturiano Pedro Mart¨ªnez Requejo. Desde entonces, estas cuatro personas se reunieron frecuentemente en Avil¨¦s y Lugo. Quiz¨¢ de aqu¨ª surgi¨® la idea de importar un cargamento de coca¨ªna, v¨ªa Cura?ao, por mediaci¨®n del colombiano Gonz¨¢lez Aycardi.

Durante el ¨²ltimo trimestre de 1990, los integrantes de la organizaci¨®n mantuvieron varios contactos y entrevistas con integrantes de uno de los carteles de la droga en Colombia. As¨ª consiguieron que un tal Gervasio, "hombre importante del comercio de la coca¨ªna en Colombia, se comprometiera a enviar un barco con miles de kilos de esta droga desde Barranquilla hasta un lugar cercano a las islas Canarias, donde otra embarcaci¨®n, enviada por Abraham Jorge desde Espa?a recibir¨ªa la mercanc¨ªa", seg¨²n la sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Siro Garc¨ªa P¨¦rez.

El Bongo zarp¨® de Barranquilla el 10 de enero de 1991 llevando 35 fardos con m¨¢s de 1.100 kilos de coca¨ªna en un recipiente estanco situado dentro del tanque de agua de popa, adem¨¢s de adulterantes tales como lidoca¨ªna, cafe¨ªna, almid¨®n, ¨¢cidos grasos y bicarbonato. El buque, al mando del capit¨¢n colombiano Jos¨¦ Libardo Pati?o, fue autorizado a zarpar con destino a las Barbados para 1egalizar la nave". Pero, en lugar de ir a Barbados, puso rumbo a Espa?a.

Mientras el Bongo se dirig¨ªa a Canarias, Abraham Jorge realiz¨® en Galicia varios intentos para conseguir que alg¨²n barco saliera a su encuentro y recogiera el cargamento de coca¨ªna. Pero algunos de los contratados no llegaron a zarpar y otros regresaron a tierra sin encontrar el buque de la droga. Por fin, el narco gallego logr¨® los servicios de un barco con el que se comunicaba por radio con los indicativos Javier y Capote. Nunca pudo imaginar que el capit¨¢n del citado barco era Javier Rodr¨ªguez Fern¨¢ndez, un hombre del Servicio de Vigilancia Aduanera, organismo de Hacienda al que pertenec¨ªa el resto de la tripulaci¨®n.

Los marineros del Bongo, pese a llevar un tesoro de miles de millones en droga, se quedaron sin alimentos y empezaron a sufrir s¨ªntomas de desnutrici¨®n, que aliviaban esnifando coca¨ªna de vez en cuando. Los c¨®mplices del barco que mandaba el aduanero Javier Rodr¨ªguez decidieron echar una mano a los colombianos del Bongo: a trav¨¦s de una lancha les hicieron llegar bebidas, alimentos y tabaco. Y una hora despu¨¦s, creyendo que eran los enviados por Abraham Jorge para recoger la mercanc¨ªa, los del Bongo les entregaron los 35 fardos de coca¨ªna, cuya pureza oscilaba entre el 23,37% y el 99,31 %. En ese momento acab¨® la camarader¨ªa entre los suramericanos y los aduaneros, que procedieron a detener a los traficantes.

Abraham Jorge, tras pasar una temporada en Suiza, se estableci¨® en Lugo, donde se dedic¨® al contrabando de tabaco y a la cr¨ªa de ganado charol¨¦s en su finca de Sabarey. Se reconvirti¨® al narcotr¨¢fico -igual que hab¨ªan hecho otros viejos contrabandistas- convencido de que las ganancias ser¨ªan mayores.

El capo gallego tendr¨¢ ahora tiempo para maldecir en su celda a los polic¨ªas y aduaneros que le han llevado a la ruina. La Audiencia Nacional le ha condenado a 15 a?os de prisi¨®n, mientras que su esposa lo ha sido a nueve. El capit¨¢n Jos¨¦ Libardo Pati?o, Pedro Mart¨ªnez Requejo y Antonio L¨®pez Pulido pasar¨¢n entre rejas los pr¨®ximos ocho a?os de su vida.