La mirada del tiempo
Es tan maravillosa como la so?¨¢bamos en las butacas del cine de los s¨¢bados. Sus gestos, su entonaci¨®n, sus movimientos constituyen lecciones de estilo. Su voz tiene aquella cualidad humeante de los garitos donde cantan blues las damas marcadas por un pasado interesante. Es una voz todav¨ªa m¨¢s ronca que aquella que provoc¨® un magn¨ªfico ensayo del cr¨ªtico Parker Tyler a ra¨ªz del estreno de Tener y no tener. Es la voz de una leyenda, aunque ella se resiste a ser tratada como tal ("para ser una leyenda hay que estar muerta, y yo estoy bien viva"). Es, tambi¨¦n, La Mirada, merecido apodo que le puso la Warner a partir de su primera aparicion cinematogr¨¢fica.
Terenci. S¨¦ que detesta su nombre art¨ªstico. ?Me permite, pues, llamarla Betty?
Bacall. Puede llamarme como quiera y preguntarme lo que quiera. Mi pasado est¨¢ a su disposici¨®n.
T. En alg¨²n lugar ha dicho que no le gustaba revivirlo. ?Es que le duele o le aburre?
B. No me aburre, pero pienso que hay que mirar hacia adelante y, sobre todo, vivir el presente. Adem¨¢s, detesto las comparaciones. Durante mis a?os de Hollywood, siendo la se?ora Bogart, viv¨ªa en una gran mansi¨®n con mayordomo; ahora vivo en un apartamento de Nueva York pero sigo siendo Lauren Bacall, y s¨¦ que aquel tipo de vida no puede volver. Es como pensar que antes era m¨¢s atractiva que ahora. Hay que olvidarlo. Pero una gran parte deI pasado tuvo momentos maravillosos, que me han hecho como soy.
T. Cuando tanto se ha escrito sobre su relaci¨®n con Bogart, ?c¨®mo fue realmente? Usted ten¨ªa 19 a?os y ¨¦l 44 cuando se conocieron.
B. Fue una relaci¨®n sorprendente. Yo era muy avanzada para mi edad. Nunca fui el prototipo de la colegiala, nunca pude sentirme, realmente joven. Tuve que ganarme la vida desde muy pronto, aprend¨ª a hacerme independiente. Pod¨ªa considerarme muy preparada para comprender a un hombre excepcional como Boggie. ?Ten¨ªa tanta experiencia y yo tanto que aprender! Fue un maestro maravilloso. Por supuesto, no pod¨ªa ense?arme c¨®mo llevar un hogar, pero me guiaba continuamente, me ense?aba a comportarme, a sortear todos los peligros de la jungla de Hollywood. Y debo decir que nunca hizo el papel de padre, a pesar de nuestra incre¨ªble diferencia de edad.
Dijo Bette Davis: "Hasta que conoci¨® a Betty Bacall, Boggie se pon¨ªa muy nervioso al rodar escenas de amor. Al llegar ella, influido por ella, se solt¨® y estuvo grande. Betty estaba a la altura de su insolencia. Lleg¨® a su vida en el momento apropiado...".
T. Tiene usted fama de ser una mujer muy fuerte...
B. Fui fuerte porque Boggie lo era. Tuve que ponerme a su altura. Joven o no, ten¨ªa que aceptar las cosas como eran. Pero cuando las cosas est¨¢n ocurriendo no las razonas. Esto viene despu¨¦s. La vida te va fortaleciendo a medida que asumes sus dictados.
T. Algunos escritores aseguran que era usted una esposa muy dedicada y que su vida dom¨¦stica la alej¨® de la pantalla.
B. Mi vida conyugal era lo primero. Boggie hab¨ªa estado casado con tres actrices y pod¨ªa decirme: "Si quieres tener una carrera en el cine, tenla por tu cuenta, pero yo no puedo volver a pasar el mismo calvario...". (Risas) Seguramente ten¨ªa raz¨®n; por si acaso, nunca acept¨¦ trabajos que me alejasen de su lado durante mucho tiempo...
T. ?Lo lamenta ahora?
B. No, pero en ocasiones me sent¨ª muy frustrada. Mucha gente decidi¨® que yo era la se?ora Bogart y que, por tanto, ya no me interesaba seguir en el cine. As¨ª pues, no me lo ofrec¨ªan. ?Sabe una cosa? A lo largo de mi vida la gente ha decidido por m¨ª en muchas ocasiones. No me explico c¨®mo pudo ocurrir, pero ocurri¨®.
T. En lugar de ocuparse de su carrera se fue a la selva con el equipo de La reina de ?frica y se pas¨® todo el tiempo cocinando para los dem¨¢s...
B. ?Algo ten¨ªa que hacer mientras Bogart, Katie (Hepburn) y John (Huston) rodaban sus endiabladas escenas en aquella barquichuela! Bromas aparte, fue un viaje maravilloso. Y, adem¨¢s, ya hab¨ªa cocinado para todo un equipo durante el rodaje en M¨¦xico de El tesoro de Sierra Madre...
A Bacall le lleg¨® la fama de manera vertiginosa. En su primera pel¨ªcula, Tener y no tener, innov¨® el prototipo de la vampiresa, aportando una nueva dimensi¨®n al erotismo del cine negro y al de los a?os cuarenta. Howard Hawks le dijo a Bogart: "He encontrado a una muchacha que puede derrotarte. Es tan c¨ªnica como t¨² o m¨¢s". A Marlene Dietrich: "Betty Bacall puede ser tu sucesora". Marlene contest¨®: "No te equivoques, ella es mucho m¨¢s c¨¢lida".
T. Dejando aparte sus pel¨ªculas con Bogart, ?se sinti¨® usted desaprovechada en su etapa de Hollywood...? Quiero decir en t¨ªtulos como El rey del tabaco, EI trompetista...
B. Me sent¨ª muy frustrada. Trabajando para un gran estudio como Warner Brothers ten¨ªas que supeditarte a la dictadura del gran jefe Jack Warner: no pod¨ªas desviarte un mil¨ªmetro. Yo no ten¨ªa a nadie que luchase por m¨ª, pues Boggie no quer¨ªa de ning¨²n modo interferirse en mi carrera. Ca¨ªan en mis manos guiones muy malos y yo me mor¨ªa de ganas de trabajar, pero no quer¨ªa hacer basura.
T. En seis a?os fue castigada con seis suspensiones. ?Qu¨¦ significaba una suspensi¨®n?
B. Te mandaba un gui¨®n. Si te negabas a hacerlo, el abogado del estudio te mandaba una carta o un telegrama ordenando que te presentases en el rodaje en el d¨ªa acordado. Si no te presentabas, te suspend¨ªan de sueldo y el departamento de prensa, encargado de la promoci¨®n de las estrellas, te boicoteaba durante el tiempo que durase la suspensi¨®n.
T. Usted lleg¨® al extremo de comprar su propio contrato para sentirse libre.
B. Esto fue vergonzoso. ?Jack Warner me oblig¨® a pagar para dejarme ir de aquella casa y, seis meses despu¨¦s, dejaba irse gratis a qui¨¦n quisiera! La verdad es que me puse muy furiosa. Mucho.
Marilyn
En los a?os cuarenta, Bacall hab¨ªa hecho historia creando un nuevo tipo de vampiresa. Despu¨¦s de una larga ausencia, firm¨® un contrato de tres pel¨ªculas para la Fox. Reapareci¨® en 1954 en C¨®mo casarse con un millonario. Se hab¨ªa convertido en una maravillosa comediante ligera, una sofisticada mujer de mundo, ingeniosa en sus comentarios, maliciosa.
T. ?C¨®mo se sinti¨® regresando con un papel tan distinto?
B. En aquellos tiempos s¨®lo hac¨ªamos lo que nos permit¨ªan hacer, as¨ª que pas¨¦ mi juventud tentando a mis parejas en lugar de divertir al p¨²blico. De todas maneras, en la ¨¦poca de la Warner ya me comparaban con Mae West a causa de mi sentido del humor. Siempre ha formado una gran parte de mi personalidad. No podr¨ªa vivir sin el sentido del humor.
T. En C¨®mo casarse... aparec¨ªa entre Marilyn Monroe y Betty Grable. Con tres primeras damas en una sola pel¨ªcula, ?no se plantearon problemas?
B. Si acaso, alguno derivado de la aplicaci¨®n del cinemascope. Era la segunda pel¨ªcula en este sistema, y el director, Negulesco, andaba loco intentando que los actores llen¨¢semos aquella enorme pantalla...
T. Yo me refer¨ªa a problemas con sus compa?eras...
B. En este sentido no hubo un solo incidente.
T. ?Ni siquiera con los famosos retrasos de Marilyn?
B. Marilyn siempre llegaba tarde, pero no lo hac¨ªa con mala intenci¨®n, sino por aquellas ansiedades, aquellos miedos ante el trabajo... Era muy insegura. Y nadie pod¨ªa solucionarlo, nadie. Nos exasperaba que hiciese esperar a todo un equipo, pero al llegar nos desarmaba porque la not¨¢bamos tan indefensa, tan sola...
T. ?Usted ya se dio cuenta en 1955?
B. Por supuesto. Estaba claro que era una pobre chica muy desamparada.
T. Otra comedia, Mi desconfiada esposa (Designing woman), lleg¨® en un momento muy amargo de su vida. Bogart se estaba muriendo...
B. Yo adoro esta pel¨ªcula. Estaba pensada para Grace Kelly, pero ella se cas¨® con su pr¨ªncipe, as¨ª que Minnelli pens¨® en m¨ª. La enfermedad de Boggie me hab¨ªa dejado destrozada, y ¨¦l mismo me aconsejaba que deb¨ªa trabajar. Adem¨¢s, al tratarse de una comedia, consegu¨ª evadirme de la tragedia que me esperaba al volver a casa. Le contaba a Boggie an¨¦cdotas sobre el rodaje, mi personaje, mi vestuario, y esto tambi¨¦n le ayudaba a ¨¦l.
T. En 1947 usted luchaba contra Jack Warner, pero al mismo tiempo ten¨ªa a un enemigo todav¨ªa peor, el senador McCarthy...
B. Est¨¢ usted hablando de la caza de brujas. Aquel periodo fue espantoso. En Hollywood nos advert¨ªan constantemente que no deb¨ªamos tener demasiadas opiniones, que era mejor permanecer con la boca callada, pero nunca pensamos que pudiesen llegar tan lejos. Fue una ¨¦poca muy dram¨¢tica: Los del Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas empezaron a ver comunistas hasta debajo de las camas. Incluso cayeron personas que eran liberales. Esto bastaba para ser denunciado y pasar a la lista negra. Muchas vidas fueron destruidas. Bogart y yo intervinimos en la marcha sobre Washington, junto a Danny Kaye y otros compa?eros progresistas. No pod¨ªamos permanecer impasibles ante tantas injusticias.
T. Tuvo que esperar 20 a?os para hacer teatro, pero por fin lo consigui¨® con Adi¨®s Charlie y Flor de Cactus... ?Cu¨¢l es la diferencia entre esa Lauren Bacall y la de Tener no tener...?
B. Los a?os, que no es poco, pero sobre todo la fuerza de la experiencia. Hab¨ªa tenido tiempo para aprender mucho sobre actuaci¨®n y sobre m¨ª misma como persona. Hollywood me ten¨ªa olvidada. Entonces me aferr¨¦ a la oportunidad del teatro. Pens¨¦: "Total, ?qu¨¦ pueden hacerte? No van a matarte porque salga mal... Lo m¨¢ximo que puede ocurrir es que hagas el rid¨ªculo". (R¨ªe).
T. M¨¢s adelante tuvo otro enorme ¨¦xito personal interpretando Applause, versi¨®n musical de Eva al desnudo. Hizo el papel de Mago Channing, que era el de Bette Davis en aquella pel¨ªcula...
B. Constituy¨® un ¨¦xito enorme, y adem¨¢s me dieron el Tony. ?Sabe que fue el primer premio que obten¨ªa en mi vida? Nunca se les ocurri¨® darme alguno por mis pel¨ªculas. Por esto me emocion¨® tanto tenerlo. Por esto me siento tan orgullosa de ¨¦l.
T. Usted escribi¨® en sus memorias: "Este musical es una segunda oportunidad, como si mi vida empezase de nuevo...".
B. Nunca hab¨ªa so?ado con cantar y bailar, y esto era imortante, pero todav¨ªa lo fue m¨¢s que me aceptasen como actriz teatral. Ya no era la precoz vampiresa de Hollywood, la esposa de Bogart o la protegida de Howard Hawks, sino alguien que consegu¨ªa un lugar por derecho propio. Adem¨¢s, me recompensaba por 13 a?os de mala suerte: los que siguieron a la muerte de Bogart. Fueron horribles.
T. ?Qu¨¦ ocurre al pasar el tiempo?
B. Bueno, el tiempo ya ha pasado, ?no es as¨ª? Siempre supe que nada pod¨ªa detenerlo, pero, ?cielos!, no pod¨ªa imaginar que pasase tan endemoniadamente deprisa.
MA?ANA Kirk Douglas El oto?o del gladiador
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