Alberto II de B¨¦lgica inicia su remado con un alegato por "una Europa federal, din¨¢mica y social"
El nuevo rey Alberto II de B¨¦lgica empez¨® ayer su reinado con un alegato a favor de "la construcci¨®n de una Europa federal, din¨¢mica y social", en un gesto de indudable significaci¨®n en el momento en que su pa¨ªs se encarga de la presidencia semestral del Consejo de Ministros de la CE y en que el pilar m¨¢s importante de la construcci¨®n comunitaria, el SME, se halla en situaci¨®n de pr¨¢ctica congelaci¨®n. Alberto II apel¨® al ejemplo de su hermano y de la reina Fabiola y propugn¨® el "civismo federal", acu?ado por Balduino en su ¨²ltimo discurso, como norma de comportamiento pol¨ªtico.
"Juro observar la Constituci¨®n y las leyes del pueblo belga, mantener la independencia nacional y la integridad del territorio". Con esta f¨®rmula, pronunciada ante diputados y senadores, primero en neerland¨¦s, luego en franc¨¦s y finalmente en alem¨¢n, Alberto de Sajonia-Coburgo, pr¨ªncipe de Lieja, se convirti¨® ayer en el sexto rey constitucional de los belgas.Todo en este ceremonial evocaba el car¨¢cter constitucional de la Monarqu¨ªa, que no puede apelar al derecho divino o a la llamada Constituci¨®n interna o a derechos superiores del monarca configurados por la historia para situarse por encima de la voluntad popular.
Alberto II, que ha hecho la carrera militar en la Marina, luc¨ªa por primera vez el uniforme de color caqui del Ej¨¦rcito de Tierra, correspondiente a su nuevo grado de teniente general. Prest¨® juramento y pronunci¨® el primer discurso, tambi¨¦n en las tres lenguas del pa¨ªs, con energ¨ªa y seguridad, pero todo el mundo pudo percibir su ligero cabeceo en los momentos de mayor emoci¨®n.
La reina Paola llevaba un elegante abrigo de verano color calabaza sobre un vestido amarillo p¨¢lido. Su cu?ada, Fabiola, un abrigo violeta y un vestido color hueso. No quedaba ni un rastro de luto en la familia real, tal como hab¨ªa pedido desde el primer momento la reina viuda, que quiso terminar el luto nacional el domingo. Ambas miraban a Alberto durante el juramento alternativamente con una sonrisa de comprensi¨®n y con un punto de preocupaci¨®n.
Satisfacci¨®n del Gobierno
El Gobierno, encargado de supervisar los discursos del rey, ha obtenido cumplida satisfacci¨®n a sus preocupaciones pol¨ªticas. El federalismo de uni¨®n propugnado por el primer ministro, Jean-Luc Dehaene, con el pleno apoyo de Balduino, la necesidad de abordar el pozo sin fondo del desempleo y la renovaci¨®n de la construcci¨®n europea han encontrado un lugar privilegiado en el discurso real. La ¨²ltima cuesti¨®n, la reactivaci¨®n del europe¨ªsmo desde el trono, no dejar¨¢ de desconcertar y preocupar en los medios m¨¢s reticentes frente a la CE, principalmente en el Reino Unido.Alberto II dijo que deseaba la formaci¨®n de un consenso econ¨®mico y social para salir de la crisis y resolver la tragedia del desempleo. "El ejemplo de mi hermano y de la reina Fabiola ser¨¢ una fuente de inspiraci¨®n", asegur¨®. Dio tambi¨¦n las gracias a Fabiola por todo lo que ha hecho y lo que le queda todav¨ªa por hacer por B¨¦lgica. Alberto II estaba muy emocionado al terminar la ceremonia. Volv¨ªa a cabecear e intentaba sonre¨ªr. Ya de nuevo dentro del descapotable, la reina, tambi¨¦n sonriente y melanc¨®lica, le cogi¨® la mano.
El recorrido de la comitiva real no suscit¨® tanta atenci¨®n popular como el cortejo f¨²nebre del rey Balduino. Los curiosos s¨®lo se apelotonaban en las inmediaciones del Palacio de la Naci¨®n, donde el Congreso tom¨® juramento al rey, y del Palacio Real, donde los nuevos soberanos salieron a saludar al pueblo desde el balc¨®n. La pareja real circul¨® por el centro de Bruselas en un coche descapotable, para permitir que el pueblo pudiera verles y aclamarles como quiere la tradici¨®n. El padre de Alberto y Balduino, el rey Leopoldo III, fue el ¨²ltimo rey que hizo su entrada en la ciudad a caballo, en 1934. Desde la jura de Balduino, el protocolo real ha sustituido el caballo por el descapotable, para conservar as¨ª el contacto directo entre los ciudadanos y su soberano constitucional.
El ¨²nico incidente de la jornada lo protagoniz¨® en el Parlamento un sujeto grueso, con gafas oscuras y barbas y melenas blancas. "?Viva la rep¨²blica europea!", grit¨® despu¨¦s de la jura. Se repet¨ªa as¨ª una situaci¨®n parecida a la ocurrida en 1950, en el momento del juramento de Balduino como pr¨ªncipe real. En aquel entonces fue Julien Lahaut, un diputado comunista, quien grit¨®: "?Viva la rep¨²blica!". Una semana despu¨¦s muri¨® acribillado por unos desconocidos en su domicilio.
En este caso, el autor del incidente no han sido los 18 diputados y senadores del Vlaams Blok, el partido antibelga de extrema derecha que quiere la independencia de Flandes y que boicote¨® el acto, sino Jean-Pierre Van Rossem, diputado extremista flamenco, quien grit¨® "?Viva la rep¨²blica! ?Viva Lahaut!". Rossem fue expulsado de la sala y encerrado en su despacho hasta que concluy¨® la sesi¨®n. Este extra?o multimillonario, inventor de un sistema para realizar inversiones que le ha deparado una larga estancia en la c¨¢rcel, se define como anarquista.
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