Inversi¨®n
El Gobierno ofrece a los trabajadores abaratar el dinero para compensar los vapuleos del ajuste econ¨®mico. ?Y por qu¨¦ no al rev¨¦s? Ya va siendo usual que el Gobierno imponga un determinado postulado econ¨®mico, cuando posiblemente dar¨ªa mejor resultado su inverso. He aqu¨ª un caso: los empresarios aducen que no pueden soportar las cargas impositivas y despiden empleados. Pero entonces el Estado les ha de pagar un subsidio de paro, que sale de las cargas impositivas. De donde cabe deducir que si las cargas impositivas fueran menores, las empresas no tendr¨ªan motivos para despedir empleados, ni el Estado necesidad de gravarlas con tantos impuestos para subsidiar parados.En pura l¨®gica deber¨ªa ser lo mismo, mas no debe de ser lo mismo cuando no se hace. Son misterios de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno que la raz¨®n no entiende, y de ah¨ª que la clase trabajadora lo tenga bajo sospecha. La sabidur¨ªa popular suele someter los conceptos a la prueba de la inversi¨®n, que consiste en decirlos dos veces, una al derecho y otra al rev¨¦s. Paradigmas de esta regla fueron un famoso fado, que cantaba: "Una casa portuguesa es con sertesa ... / ... es con sertesa una casa portuguesa", y los vendedores de almohadillas de Las Ventas, quienes voceaban as¨ª su mercanc¨ªa: "?Oigaaa, almohadiya pa' la piedra, cabayero! ... / ... ?Cabayero, pa' la piedra almohadiya, oigaaa!". La estricta analog¨ªa de la proposici¨®n y su inverso serenaba las conciencias y daba aqu¨ª paz, despu¨¦s gloria.
Claro que la inversi¨®n no siempre es inocente y algunos la utilizan para ocultar sus intenciones arteras. Mas el pueblo sabio les sale al paso, y va y dice: "No es lo mismo las obras del maestro Chap¨ª, que la inversa del maestro de obras". Exquisito retru¨¦cano de amplio espectro con el cual reafirma su voluntad de no aceptar congelaciones salariales a cambio de nada, ni permitir que se la den con queso. ?Pasa algo?
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