Trinidad Sevillano conquista Londres con su versi¨®n de Julieta
"Uno escoge lo que quiere y puede ser", dice la bailarina espa?ola
A los tres a?os de haber abandonado Londres, Trinidad Sevillano (Soria, 1968) triunf¨® anteayer en el Royal Festival Hall. Un lleno absoluto presenci¨® emocionado, en algunos momentos hasta las l¨¢grimas, su representaci¨®n de la enamorada Julieta. La acompa?¨® a morir por amor el franc¨¦s Patrick Armand, su Romeo habitual. La versi¨®n del ballet Romeo y Julieta que ambos representaron con. el English National Ballet convenci¨® casi hasta el delirio. Para el pr¨®ximo s¨¢bado, d¨ªa de la ¨²ltima funci¨®n, ya no hay butacas. Este regreso significa para la antigua disc¨ªpula de Mar¨ªa de ?vila una consagraci¨®n internacional al inicio de su madurez art¨ªstica.
Trinidad celebr¨® al mismo tiempo su ¨¦xito internacional y su 25 cumplea?os. Ayer, horas despu¨¦s de, su triunfo, la bailarina no daba excesiva importancia a los aplausos recibidos. En el bar del Royal Festival Hall, con su mata de rizos rebeldes pugnando por escapar de un vistoso sombrero de colores, explic¨®, tranquila: "Es un regalo de cumplea?os", dice, "seg¨²n la antigua tradici¨®n francesa, si una mujer llegaba soltera a los 25 se le regalaba un sombrero".Trinidad se entusiasma hablando de ballet: "A m¨ª me gusta el teatro, todo lo que sea interpretar, desarrollar un nuevo personaje. Lo que me gusta en el fondo es la versatilidad, la diferencia y el contraste entre algo fuerte y algo d¨¦bil, entre algo pasional y algo pasivo". As¨ª es como se ve la bailarina a s¨ª misma: "Soy las dos cosas, como todos: d¨¦bil y fuerte, uno escoge lo que quiere y puede ser".
Sevillano admite la dureza de la carrera del baile. "Una siempre tiene momentos de crisis en que se siente muy confundida y parece que nada tiene sentido, que lo que se hace no sirve para nada; se piensa en dejar esto cuando precisamente se ha dado mucho y una se siente cansada, agotada. Entonces se dice ?a la mierda! Me he sentido as¨ª muchas veces".
Trinidad tiene una gran capacidad para transmitir pasi¨®n y tristezas: "S¨ª que debo tener algo especial para transmitir esos estados de ¨¢nimo. De hecho, ya cuando era peque?a sent¨ªa una especie de escalofr¨ªo cuando escuchaba una m¨²sica o me le¨ªan un verso y entonces me dec¨ªa que ten¨ªa que transmitir lo que me pasaba".
La hora espa?ola
En Espa?a no parece llegar la hora de que Trinidad Sevillano interprete ballets completos: "La verdad es que para m¨ª es muy frustrante tener que hacer siempre en Espa?a cosas cortas, por que en general no me gustan nada". Sevillano conf¨ªa en que en nuestro pa¨ªs vuelva el gusto por el ballet cl¨¢sico. "No hay tradici¨®n de ballet cl¨¢sico mientras nadie la siembre, la traiga o la cultive. No entiendo muy bien por qu¨¦ funcionan as¨ª las cosas".
Trinidad mira alrededor y lo que ve es el mundo interno del ballet: "Digamos que este ambiente me cansa, pero siempre que me cansa es culpa m¨ªa. Despu¨¦s de tantas crisis como he pasado me planteo que lo que pasa siempre sucede dentro de uno mismo". Hablando de amor, dicen que se baila mejor cuando se est¨¢ enamorado: "Depende. Prefiero sentirme totalmente libre". Trini, al menos en escena, parece haber encontrado a su media naranja en Patrick Armand: "No s¨¦ si mi media naranja, pero lo que s¨¦ es que nos compenetramos y eso es muy importante. Yo antes ya hab¨ªa tenido otros compa?eros con los que me entend¨ªa muy bien y con los que me encantaba bailar, como el belga Koen Onzia o el sueco Mats Ekook. De todas formas he tenido mucha suerte con mis parejas, pues siempre me quieren mucho, me miman".
No parece que la vida de Trinidad sea t¨®pica en aquello de que s¨®lo se dedica a bailar y bailar: "Si yo pensara s¨®lo en bailar, ahora mismo estar¨ªa en una casa de locos. La vida est¨¢ llena de otras cosas: comer, amar, bailar, la filosof¨ªa, la diversi¨®n. Todo ello forma parte de nuestra vida y necesitamos encontrar un equilibrio. Yo necesito siempre estar encontrando cosas nuevas, evolucionar, y muchas veces no es precisamente dentro del ballet donde esto se consigue".
Lo del Premio Nacional de Danza, que recibi¨® recientemente, la sorprendi¨®: "S¨ª, mucho, pero la verdad es que me pareci¨® fant¨¢stico".
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