Autob¨²s y seguridad
UN AUTOB?S de pasajeros perdi¨® hace un a?o la carretera en Torreblanca, volc¨® y, al aplastarse, caus¨® 46 muertos. Como siempre, el golpe del acontecimiento produjo en el acto una serie de medidas que deb¨ªan haberse cumplido desde entonces, y, como es tambi¨¦n habitual, est¨¢n sin cumplir a¨²n.Una se refer¨ªa a ciertas condiciones de la carrocer¨ªa que aumenten la sujeci¨®n entre el techo y el cuerpo del veh¨ªculo para evitar este efecto de acorde¨®n: es obligatorio para los veh¨ªculos fabricados con posterioridad al 1 de abril pasado, y lo ser¨¢ para los matriculados con posterioridad a junio del a?o pr¨®ximo, independientemente de la fecha de su fabricaci¨®n. Fuera de campo queda la flota de los autobuses matriculados con anterioridad, los m¨¢s viejos. Se denunci¨® tambi¨¦n la cuesti¨®n de la pirater¨ªa de la carretera, que tiene importancia decisiva en la seguridad: al huir de la burocracia cara y fiscal, se reh¨²yen tambi¨¦n las inspecciones t¨¦cnicas sobre los elementos esenciales para la estabilidad y manejabilidad del veh¨ªculo, incluso de las capacidades del personal que lo conduce., La posibilidad de separar Fiscalidad de seguridad, de forma que una cosa fuese la inspecci¨®n t¨¦cnica y otra la fiscal, no convence a los recaudadores.
Las investigaciones sobre pirater¨ªa suelen ser tambi¨¦n escasas: hay una enorme flota de veh¨ªculos de servicio p¨²blico que no siempre son investigados, y s¨®lo se practica una mayor vigilancia en los momentos de acumulaci¨®n en la carretera y de riesgo mayor: se dice que en estos d¨ªas de relevo de vacaciones y de puente largo en algunas comunidades se ha pasado revista en la carretera a unos 5.000 veh¨ªculos: no hay noticia de que se hayan considerado piratas a m¨¢s de cinco, aunque se hayan descubierto irregularidades burocr¨¢ticas en muchos m¨¢s. Es un porcentaje que no alienta la credibilidad.
Entre toda esta falta de aplicaci¨®n de medidas nuevas y de premura en cumplir las que existen, la de la sanci¨®n y reparaci¨®n es dolorosa. En este primer aniversario de la cat¨¢strofe, el caso se encuentra en lo que se llama fase de presentaci¨®n de las calificaciones previas de las partes personadas. Es posible que la vista oral, en el Juzgado n¨²mero 1 de Castell¨®n, no comience en lo que queda de a?o. Hay grandes intereses en juego: las responsabilidades no se detienen en la circunstancia inmediata del accidente, sino que llegan a las dif¨ªciles cuestiones de la propiedad, la forma del seguro, la autorizaci¨®n de circular y la responsabilidad de quien dio o no dio esa autorizaci¨®n; incluso el hecho de que unos momentos antes del suceso el autob¨²s fuese detenido por la polic¨ªa de tr¨¢fico y autorizado a continuar su viaje ha podido ser interpretado por alguna de las partes interesadas como una responsabilidad estatal. Todo ello tiene una importancia a la hora de encontrar y conseguir el dinero para el pago de las indemnizaciones, y siempre se busca con m¨¢s ah¨ªnco a quien tiene ese dinero que a quien tiene m¨¢s responsabilidad. La cifra determinada por el fiscal es de 576 millones de pesetas.
El retraso end¨¦mico de la justicia espa?ola en resolver temas como ¨¦ste est¨¢ produciendo los da?os acostumbrados: el desamparo de los herederos o supervivientes, la falta de ejemplaridad y, finalmente, una extensi¨®n de la duda en la verdadera culpabilidad del suceso. Por encima del castigo concreto est¨¢ la aspiraci¨®n a que la penalidad incite a la responsabilidad mayor de quienes trabajan en esos sectores y la necesidad de que las v¨ªctimas sean r¨¢pidamente compensadas. S¨®lo la corrupci¨®n moral que supone aceptar un vicio como una costumbre nos puede hacer creer que el a?o transcurrido sea a¨²n poco tiempo: es, en realidad, un fiempo enorme entre el da?o, su reparaci¨®n y el est¨ªmulo a la prevenci¨®n.
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