La polic¨ªa tard¨® cinco d¨ªas en informar a la Guardia Civil de atentados previstos por ETA

Las recientes cumbres antiterroristas tras la ofensiva de ETA en la costa mediterr¨¢nea, y particularmente en Barcelona, han evidenciado una seria descoordinaci¨®n entre mandos de la polic¨ªa y Guardia Civil, sobre todo en Catalu?a. Mandos del instituto armado destinados en Barcelona se han quejado de que sus hom¨®logos de la polic¨ªa tardaron m¨¢s de cinco d¨ªas en entregarles un listado de fechas de futuros atentados intervenido en la caravana abandonada a finales de julio por ETA en Castelldefels (Barcelona), donde tambi¨¦n se hallaron planos de la v¨ªa f¨¦rrea Madrid-Valencia. Ese retraso impidi¨® el despliegue a tiempo de la Guardia Civil a lo largo de la l¨ªnea f¨¦rrea para prevenir tales acciones e intentar localizar a los terroristas.

Estas divergencias entre mandos locales de polic¨ªa y Guardia Civil en Catalu?a ha sido uno de los elementos que hicieron imprescindible la reuni¨®n celebrada el pasado mi¨¦rcoles en Madrid. El encuentro estuvo presidido por el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, y a ¨¦l asistieron los m¨¢ximos responsables de la polic¨ªa, Carlos Conde Duque, y de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, adem¨¢s del delegado del Gobierno en Catalu?a, Miquel Solans, los mandos locales y los responsables de los servicios de informaci¨®n en esa comunidad.La reuni¨®n, seg¨²n personas que han tenido conocimiento de su contenido, se desarroll¨® en un tono ¨¢spero y hubo un goteo de acusaciones de ocultarse mutuamente informaci¨®n entre mandos de la polic¨ªa y la Guardia Civil con destino en Catalu?a.

Oficiales de la Guardia Civil presentes en la reuni¨®n pusieron de manifiesto que el listado de atentados intervenido el pasado 26 de julio por la polic¨ªa en una furgoneta abandonada en Castelldefels por el comando autor del rosario de atentados en la costa valenciana y murciana les fue entregado con posterioridad al d¨ªa 31 del mismo mes, es decir, cinco d¨ªas m¨¢s tarde.

Mandos del instituto armado se quejaron incluso de que los responsables policiales ni siquiera atend¨ªan a sus llamadas telef¨®nicas cuando les solicitaron datos sobre esta operaci¨®n.

En la furgoneta no s¨®lo se hall¨® un listado de atentados en el que se relacionaban fechas con la cifra de acciones terroristas previstas. Tambi¨¦n hab¨ªa mapas de la l¨ªnea f¨¦rrea entre Madrid y Valencia.

Aunque las dos bombas que estallaron el 31 de julio en la citada l¨ªnea del ferrocarril entre las estaciones de Almansa y (Albacete) y El Encinar (Alicante) hab¨ªan sido colocadas presumiblemente antes de que los etarras abandonaran su caravana de Castelldefels, la Guardia Civil nunca tuvo opci¨®n a realizar un despliegue preventivo para intentar capturar al comando o, al menos, desactivar los artefactos antes de que estallaran. Ambas opciones resultaron imposibilitadas, dado que los mandos de la Guardia Civil en Catalu?a recibieron la informaci¨®n con posterioridad.

En este cruce de acusaciones, mandos antiterroristas de la polic¨ªa replicaron que tampoco la Guardia Civil les inform¨® a ellos de la cantidad de amosal intervenida el pasado 9 de junio en Basauri, dato que, seg¨²n aseguraron, obtuvieron de las fuerzas de seguridad francesas.

En la reuni¨®n se lleg¨® a plantear la necesidad de que los mandos policiales de Catalu?a fuesen destituidos si incumpl¨ªan las ¨®rdenes de la Secretar¨ªa de Estado para la Seguridad de prestarse una mutua colaboraci¨®n.