Una plantilla organizada contra el chantaje etarra
Los trabajadores de lkusi se movilizan para recordar constantemente a la sociedad el secuestro de Julio Iglesias Zamora
Hoy hace 49 d¨ªas que Julio Iglesias Zamora no recorre los pasillos inmaculadamente limpios de la f¨¢brica de Ikusi. El ingeniero donostiarra lleva casi dos meses y medio en manos de ETA, los mismos que sus 337 compa?eros en esa empresa, que sienten como suya, llevan moviliz¨¢ndose para exigir su inmediata puesta en libertad, en una muestra casi in¨¦dita de rechazo c¨ªvico a la extorsi¨®n terrorista.La plantilla, lejos de bajar el ritmo de labor, lo ha reforzado. En las horas de trabajo, nadie para. "Es lo que le gustar¨ªa a Julio, un trabajador incansable, exigente y comprensivo", dicen sus empleados y amigos. Cuando concluye su horario laboral, los trabajadores de lkusi inician su segunda tarea: extender su mensaje, organizados en cinco grupos para exigir a ETA la liberaci¨®n de su compa?ero.
"Nuestro objetivo es recordar constantemente a la sociedad que Julio est¨¢ privado de libertad", se?ala Juan Otegi, ingeniero de ocho de la ma?ana a cinco de la tarde y luego responsable del grupo que confecciona y difunde los lazos azules. "Hemos repartido unos 110.000 lazos", dice Otegi, que conoce a la perfecci¨®n esas cintas de 10 cent¨ªmetros que forman la A de Askatu [Libertad]. "Cada lazo pesa 0,44 gramos. Los pesamos, de cien en cien y se los damos a los amigos y siempre que salimos a la calle a pedir la libertad de Julio".
Cada empleado de Ikusi ha contribuido con 2.000 pesetas para ayudar a financiar la campa?a de rechazo al secuestro. "Tambi¨¦n hay gente de la izquierda abertzale en la f¨¢brica, pero aqu¨ª todos estamos de acuerdo en movilizarnos y seguir trabajando", se?ala Juan Cruz, que trabaja en el laboratorio de investigaci¨®n y desarrollo. "En la calle, una gran mayor¨ªa nos apoya, pero tambi¨¦n hay quien descaradamente nos dice que si tenemos lazos verdes [la r¨¦plica de la izquierda abertzale radical] o que por qu¨¦ no trabajamos m¨¢s para pagar el rescate", comenta Otegi. "Pero a ETA le est¨¢ saliendo el tiro por la culata", agrega. "A la empresa vienen constantemente particulares ofreci¨¦ndonos su apoyo e incluso dinero", apunta Cruz.
Una figura encadenada
Todos los jueves, el barrio donostiarra de Amara, donde vive Julio Iglesias con su esposa y sus tres hijos, se llena de ciudadanos con lazos azules prendidos. Los trabajadores de lkusi encabezan la manifestaci¨®n que recorre las calles desde el domicilio de Julio Iglesias hasta la c¨¦ntrica plaza de Guip¨²zcoa. Junto con los actos habituales de protesta -manifestaciones y paros de 10 minutos todos los lunes delante de la empresa-, los empleados han llevado su exigencia de libertad para Julio a la inauguraci¨®n del estadio de Anoeta, a la Cl¨¢sica ciclista San Sebasti¨¢n-San Sebasti¨¢n y a las regatas de Zarautz, entre otros actos. "El momento m¨¢s emocionante se produjo en Anoeta, en el partido de la Real Sociedad contra el Real Madrid", manifiesta Jos¨¦ Mar¨ªa Bidegain, miembro del comit¨¦ de empresa. "Hicimos una figura encadenada representando a Julio y la colocamos con un candado con las siglas ETA en su asiento habitual en el estadio. Un gran lazo azul marcaba qui¨¦n faltaba entre nosotros".Entre los trabajadores de Ikusi se aprecia una rabia no contenida que impulsa sus movilizaciones. "El secuestro de Julio es una agresi¨®n directa a todo nuestro esfuerzo constructivo de muchos a?os", dice Charo, de 34 a?os, que trabaja desde hace 17 en la f¨¢brica.
A pesar del constante crecimiento de lkusi, en la empresa sigue el ambiente de peque?o taller familiar con el que empez¨® hace m¨¢s de 30 a?os ?ngel Iglesias, due?o de la firma y t¨ªo del secuestrado. "Tanto ?ngel como Julio est¨¢n con los trabajadores cuando ¨¦stos tienen alg¨²n problema sea del tipo que sea y eso se nota", indica Jos¨¦ Antonio Ega?a, miembro de la direcci¨®n y responsable del grupo que redacta los comunicados.
Todos los empleados coinciden en su definici¨®n de Julio Iglesias Zamora: "Es un currela, un trabajador nato", dice ??igo, quien entr¨® en el departamento de dise?o hace ocho meses. Junto a ¨¦l, su padre, de 65 a?os, que empez¨® en la empresa "hace 30 a?os, cuando ?ngel Iglesias ten¨ªa un taller de electricidad en Errondo", corrobora: "El puesto de Julio en la empresa no tiene nada que ver con su apellido. Es el jefe porque se lo ha ganado, a base de trabajar sin parar y desde abajo, hasta llegar donde est¨¢".
La voz de los trabajadores comenz¨® a o¨ªrse nada m¨¢s perder noticias de Iglesias y cuando a¨²n no estaba confirmado que estuviese en manos de ETA. "Todos sab¨ªamos cuando nos enteramos de que no lleg¨® a casa el 6 de julio que hab¨ªa pasado algo grave", afirma Jos¨¦ Antonio Ega?a, otro veterano de la firma.
El comit¨¦ de empresa se puso a trabajar de inmediato y difundi¨® el 7 de julio un comunicado rotundo exigiendo la inmediata puesta en libertad de su compa?ero. Desde entonces, se han sucedido las notas de los trabajadores dirigidas a ETA y las acciones de protesta. "Liberad a Julio inmediatamente. Nosotros seguiremos luchando hasta liberarle, porque no hemos nacido para vivir esclavos bajo las amenazas de nadie", grit¨® un trabajador de lkusi el pasado 5 de agosto al t¨¦rmino de la habitual manifestaci¨®n. El ¨²ltimo comunicado reclama a ETA que hable con ellos. "Sabemos que no nos van a contestar, pero tampoco vamos a parar hasta que Julio vuelva a estar entre nosotros", resume Ega?a.
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