El cardenal Obando y el ex presidente Ortega ultiman la liberaci¨®n de los dos grupos de rehenes nicarag¨¹enses
De nuevo el cardenal Obando. De nuevo el orondo y perfumado cura salesiano, que fue l¨¢tigo de sandinistas, vuelve a tener en sus manos la soluci¨®n de uno de los momentos m¨¢s cr¨ªticos de la historia de Nicaragua. Miguel Obando y Bravo viaj¨® ayer hasta los norte?os cerros de Z¨²ngano, en Quilal¨ª, para convencer a El Chacal de que suelte a los 15 funcionarios gubernamentales que mantiene secuestrados desde el pasado jueves. El ex presidente Daniel Ortega se encargar¨¢, a su vez, de intentar que el ex comandante Donald Mendoza libere a los miembros de la oposici¨®n derechista que retiene en la sede de la Uni¨®n Nacional Opositora (UNO). Mendoza puso en libertad ayer a dos de los 23 pol¨ªticos retenidos.
Todo indicaba que podr¨ªa llegarse a una soluci¨®n de la crisis a ¨²ltima hora de ayer (madrugada de hoy en Espa?a). El comando de antiguos sandinistas (recompas) liber¨® en la tarde de ayer a dos l¨ªderes derechistas, Eliseo N¨²?ez y Ricardo Vega, "para facilitar el avance de las negociaciones". Horas m¨¢s tarde, tres periodistas a los que se hab¨ªa permitido la entrada en la sede de la UNO, se quedaron dentro como garant¨ªa".Adem¨¢s, el comando sandinista pidi¨® que Estados Unidos indemnice a Nicaragua con 17,5 millones de d¨®lares (m¨¢s de 2.000 millones de pesetas) y que no bloquee la ayuda econ¨®mica a este pa¨ªs. Esta petici¨®n, que no condicionar¨¢ la liberaci¨®n de los rehenes, choca frontalmente con un acuerdo del 29 de julio de 1993 del Senado de Estados-Unidos, que prohibe cualquier tipo de ayuda oficial a Nicaragua hasta que se verifique que ninguno de sus altos funcionarios "est¨¢ implicado en el terrorismo internacional".
A pesar del avance en las negociaciones, quedan a¨²n algunas dificultades por solventar, que tienen m¨¢s que ver con las garant¨ªas de seguridad exigidas por los secuestradores que con sus iniciales exigencias pol¨ªticas Jos¨¦ Angel Talavera, El Chacal, quiere ver a las tropas del Ej¨¦rcito popular sandinista lejos de Quilal¨ª. El cardenal Miguel Obando y Bravo trat¨® ayer de asegurarse de que los militares cumplir¨ªan con esa condici¨®n.
A¨²n no se sabe en qu¨¦ forma se va a entregar El Chacal y el resto de su comando de recontras ni cu¨¢l ser¨¢ su destino, aunque una de las posibilidades es que se es permita la salida hacia otro pa¨ªs. El Gobierno de Honduras, donde los contras llegaron a tener m¨¢s de 20.000 hombres durante la pasada guerra, ha advertido que ahora no permitir¨¢ la entrada de personas armadas.
Una vez se resuelva el secuestro de cerro Z¨²ngano, los sandinistas pondr¨¢n fin al de Managua. El mayor Mendoza, que siempre atiende las palabras de Daniel Ortega con un "d¨ªgame se?or", no debe poner mayores obst¨¢culos para liberar a sus rehenes, entre los que se encuentra el vicepresidente Virgilio Godoy y el l¨ªder parlamentario de la UNO, Alfredo C¨¦sar.
El protagonismo alcanzado por el cardenal Obando y el expresidente Ortega en la recta final de esta crisis pone en evidencia qui¨¦nes son realmente los poderes de este pa¨ªs.
?D¨®nde est¨¢ el Gobierno? D¨®nde est¨¢ la presidenta? El Gobierno, buscando un complejo mecanismo de acuerdo para intentar formar de nuevo una mayor¨ªa nacional ahora que el pa¨ªs parece abocado al enfrentamiento armado. La presidenta, incomprensiblemente haciendo las maletas para viajar hoy a M¨¦xico, si un destello de cordura no lo impide en el ¨²ltimo momento.
Violeta Chamorro no ha aparecido en esta crisis m¨¢s que para hacer un llamamiento a la naci¨®n por radio y televisi¨®n en la madrugada del s¨¢bado; para acudir a misa el domingo y para poner su firma debajo de un documento negociado por los sandinistas, la UNO y el Gobierno en el que las partes prometen hacer esfuerzos para pensar en los intereses nacionales en estos momentos.
No va a ser f¨¢cil que cumplan esas promesas. Alfredo C¨¦sar, a quien sus secuestradores pusieron en calzoncillos frente a una ventana como escudo humano, dif¨ªcilmente va a olvidar esa humillaci¨®n perpetrada por hombres cuya estrecha vinculaci¨®n a la direcci¨®n sandinista es cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de negar. Un ejemplo de esa vinculaci¨®n se produjo en la noche del lunes, cuando Daniel Ortega entr¨® en la sede de la UNO para sacar sin ninguna dificultad a la dirigente opositora Mirlam Arg¨¹ello, uno de los m¨¢s c¨¦lebres secuestrados.
Tampoco va a ser f¨¢cil convencer al vicepresidente Godoy, el m¨¢s firme de los pol¨ªticos antisandinistas, de la conveniencia de plegarse a las ¨®rdenes del ministro de la Presidencia, Antonio Lacayo.Acuerdo nacionalSeriamente preocupadas por la extrema gravedad de la situaci¨®n, en las ¨²ltimas horas se han alzado m¨²ltiples voces a favor de poner fin al enfrentamiento que ha caracterizado la vida pol¨ªtica nicarag¨¹ense en los ¨²ltimos a?os. La b¨²squeda de un acuerdo nacional se hace imperiosa, pero la polarizaci¨®n ha alcanzado niveles demasiado altos como para que pueda resolverse f¨¢cil y pac¨ªficamente.
De forma premeditada o no, la oposici¨®n derechista lleva tiempo alentando la inclinaci¨®n belicista de los ex contras. A la vez, los sandinistas se han negado a cumplir la voluntad popular que les envi¨® a la oposici¨®n y han creado una suerte de poder en la sombra, una especie de tutelaje militar del Gobierno que les permite mantener una posici¨®n de fuerza que no ganaron en las elecciones.
L¨ªos de familia
Algunos actores claves de la crisis nicarag¨¹ense: la familia Chamorro, el pol¨ªtico Alfredo C¨¦sar y el legendario peri¨®dico La Prensa. Violeta Chamorro es la presidenta del pa¨ªs. Su yerno Antonio Lacayo es el hombre fuerte del Gobierno. Su hija Cristiana es la directora de La Prensa y la esposa de Lacayo. Otro hijo de la presidenta, Pedro Joaqu¨ªn, es subdirector de La Prensa y rival de Lacayo. De manera que La Prensa escribe unos d¨ªas a favor de Lacayo y otros a favor de Alfredo C¨¦sar, que es amigo de Pedro Joaqu¨ªn. C¨¦sar pertenece a la misma fuerza pol¨ªtica que la presidenta, pero tambi¨¦n es uno de los enemigos de Lacayo. C¨¦sar est¨¢ casado con una hermana de Lacayo. Otro hijo de la presidenta, Carlos Fernando, es director de Barricada. Siempre ha tenido que publicar historias contra su madre, pero ahora, como la presidenta y los sandinistas est¨¢n en armon¨ªa, do?a Violeta obtiene mejor trato en el peri¨®dico de los sandinistas que en La Prensa cuando le toca mandar a Pedro Joaqu¨ªn, que, como saben, est¨¢ contra Lacayo. ?Est¨¢ claro?
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