Espa?a pierde mas de 30.000 millones al a?o por no tratar adecuadamente el dolor f¨ªsico
4.000 m¨¦dicos se re¨²nen en Par¨ªs para reivindicar el derecho del paciente a no sufrir
Casi 4.000 m¨¦dicos, de los que 42 son espa?oles, asisten al V Congreso Mundial sobre el Dolor, que comenz¨® ayer en Par¨ªs. Los especialistas intercambiar¨¢n experiencias y tecnolog¨ªas para enfrentarse al sufrimiento f¨ªsico, algo que ha preocupado poco a una medicina occidental volcada en curar y prevenir. Un resignado sentido cristiano, que concibe este mundo como un valle de l¨¢grimas, tampoco ha ayudado a combatir el dolor, que supone para Espa?a unas p¨¦rdidas anuales por encima de los 30.000 millones de pesetas, debidas, sobre todo, al absentismo laboral.
Hay que sufrir para ganarse los cielos. El doctor Jos¨¦ Luis Madrid, presidente de la Sociedad Espa?ola del Dolor, a¨²n recuerda que, despu¨¦s de haber hecho una demostraci¨®n pr¨¢ctica de la eficacia de la anestesia en un parto, un catedr¨¢tico de obstetricia le dijo: "Todo eso est¨¢ muy bien, pero para m¨ª la mejor anestesia es un pa?uelo en la boca".Uno de los ponentes del congreso de Par¨ªs ha contado el caso de un hombre de 81 a?os que, en EE UU, opt¨® por ahorcarse. Su m¨¦dico acababa de comunicarle que, a pesar de los terribles dolores que le causaba su enfermedad incurable ' no iba a suministrarle m¨¢s calmantes porque "esos medicamentos acortar¨ªan su vida".
En la actualidad, muchos enfermos saben que el dolor se puede tratar. "En el 80% de los casos de dolor cr¨®nico maligno", explica el doctor Madrid, "el paciente no tiene por qu¨¦ sufrir dolor alguno". En su opini¨®n, "s¨®lo hay un dolor biol¨®gicamente ¨²til: el que sirve para identificar la causa del mismo".
P¨¦rdidas por absentismo
Seg¨²n este especialista, tratar el sufrimiento f¨ªsico de los enfermos no es caro, "sobre todo si se tiene en cuenta que el dolor viene a costarle a un pa¨ªs como Espa?a, por la v¨ªa del absentismo, la reeducaci¨®n, la medicaci¨®n equivocada, etc¨¦tera, unos 30.000 millones de pesetas al ano". El c¨¢lculo es aproximado; a partir de los 80.000 millones de d¨®lares que le cuesta a EE UU, pa¨ªs que aborda mucho mejor este asunto. Para el doctor Ruiz-L¨®pez, de la Cl¨ªnica del Dolor de Barcelona, esa cifra es muy superior.Los especialistas trabajan sobre tres tipos de dolores: el agudo, asociado a los procesos postoperatorios; el cr¨®nico no maligno y el cr¨®nico maligno. El agudo topa a menudo con la rutina y el miedo de ciertos m¨¦dicos, que no s¨®lo consideran normal el sufrimiento, sino que adem¨¢s temen que el adormecimiento no les permita descubrir complicaciones imprevistas.
El cr¨®nico no maligno -cefaleas, artritis, reumas...- puede "tratarse casi siempre con imaginaci¨®n y buena utilizaci¨®n de farmacolog¨ªa". El cr¨®nico maligno -c¨¢ncer, sida...- suele requerir el uso de morfina: "En Espa?a a¨²n se utiliza mucha menos morfina que en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos, lo cual significa que los pacientes sufren m¨¢s", dice Madrid. "La falta de informaci¨®n hace que la gente asocie morfina y muerte o que se preocupe por la hipot¨¦tica adicci¨®n de un enfermo deshauciado y doliente".
Si el consumo de morfina m¨¦dica es un indicador de cu¨¢nto sufren los enfermos de un pa¨ªs, tambi¨¦n lo es el trato que la Administraci¨®n dispensa al asunto. "En muchos hospitales espa?oles de la Seguridad Social existen profesionales que se ocupan del dolor, pero son iniciativas que surgen de los responsables de anestesia y reanimaci¨®n y que no tienen reconocimiento oficial", explica Madrid.
Para el presidente de la Sociedad Espa?ola del Dolor, las prioridades no pasan por extender el uso de bombas implantables, t¨¦cnicas de estimulaci¨®n transcut¨¢nea de los nervios o la congelaci¨®n de parte de los mismos. Lo que Madrid reivindica con urgencia es informar a los m¨¦dicos de c¨®mo tratar el dolor e informar a los pacientes de que tienen derecho a no sufrir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.