Cautela palestina e israel¨ª sobre el hist¨®rico pacto

Los palestinos y los israel¨ªes, enfrentados durante medio siglo en uno de los m¨¢s irresolubles conflictos del mundo, negociaban ayer en Washington una declaraci¨®n de principios que permitir¨¢ a la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) administrar desde ahora una parte de los territorios ocupados por Israel en 1967 como paso previo hacia su completo control de una entidad nacional palestina -por primera vez en la historia-, aunque reciba finalmente el nombre que reciba. Los protagonistas de estas conversaciones quisieron, sin embargo, alertar sobre las dificultades que ser¨¢ necesario todav¨ªa superar para convertir en realidad un compromiso que equivale en la regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en Europa.

"Todo est¨¢ ya listo y pendiente ¨²nicamente de la aprobaci¨®n de nuestro Comit¨¦ Ejecutivo", dijo ayer en la capital norteamericana el portavoz palestino Nabil Shaath al anunciar oficialmente la consecuci¨®n del acuerdo. "Tenemos un compromiso", explic¨®, "que deber¨ªa hacer felices a ambas partes y que va m¨¢s all¨¢ de un cl¨¢sico acuerdo provisional. Es un compromiso que abarca todos los aspectos y establece una agenda para el acuerdo final", a?adi¨® el representante de la OLP.El acuerdo de principio fue aprobado el lunes por el Gobierno israel¨ª, pero todav¨ªa tiene que ser votado por el principal ¨®rgano de direcci¨®n de la OLP, donde su l¨ªder, Yasir Arafat, hace frente a una fuerte oposici¨®n.

El delegado israel¨ª en las negociaciones, Itamar Rabinovich, fue mucho m¨¢s prudente que Nabil Shaath en su valoraci¨®n de la situaci¨®n actual, y advirti¨® que los aspectos concretos del acuerdo "a¨²n tardar¨¢n en cristalizar".

El acuerdo previo negociado por palestinos e israel¨ªes en sus recientes conversaciones secretas en Noruega prev¨¦ una administraci¨®n inmediata de la OLP sobre Gaza y la ciudad de Jeric¨®, as¨ª como la autonom¨ªa limitada del resto de Cisjordania y la continuaci¨®n de negociaciones en el plazo de dos a?os para que todos los llamados territorios ocupados queden bajo una autonom¨ªa controlada por los palestinos en un futuro pr¨®ximo.

Carta palestina

Ese acuerdo incluye, seg¨²n los datos que han ido revelando ambos lados, el reconocimiento formal por Israel de la OLP -a la que hasta ahora se calificaba de grupo terrorista-, la eventual disoluci¨®n de esta organizaci¨®n para convertirse en Gobierno de los territorios devueltos y la eliminaci¨®n del art¨ªculo de la Carta palestina (Constituci¨®n) que aboga por la desaparici¨®n del Estado de Israel. La discusi¨®n sobre Jerusal¨¦n parece quedar aplazada. En resumen, un conjunto de decisiones que cualquiera hubiera considerado un sue?o inalcanzable hace tan s¨®lo una semana.

Seg¨²n el acuerdo, en los dos meses siguientes a la entrada en vigor del mismo se llegar¨¢ a un pacto sobre la retirada militar israel¨ª de Gaza y Jeric¨®, que deber¨¢ completarse en cuatro meses. Tambi¨¦n se prev¨¦ una fuerza o una presencia internacional temporal.

La portavoz de la delegaci¨®n palestina en las negociaciones de Washington, Hanan Ashraui -una pieza fundamental de este proceso negociador-, se mostr¨® muy cauta y afirm¨® que no conviene lanzar las campanas al vuelo hasta que todo no est¨¦ oficialmente firmado y empiece a ponerse en pr¨¢ctica. "Es cierto que estamos ante un verdadero cambio hist¨®rico, pero no conviene darlo por hecho hasta que no tengamos todo atado", declar¨® Ashraui al empezar las conversaciones de ayer.

EE UU, patrocinador e impulsor de estas negociaciones desde que el proceso se puso en marcha en Madrid en octubre de 1991, tiene ahora que conseguir que los principios acordados se conviertan en hechos.

Si el acuerdo fuera aprobado con el contenido que se le presume, se espera una solemne ceremonia de firma del mismo en Washington a la que acudir¨ªan Sim¨®n Peres, primer ministro israel¨ª, y alg¨²n alto representante de la OLP, probablemente Yasir Arafat, en presencia del secretario de Estado de EE UU, Warren Christopher.

La posici¨®n norteamericana es clave para reforzar la posici¨®n pol¨ªtica del Gobierno israel¨ª frente a los extremistas enemigos del acuerdo. Al fin y al cabo, la ayuda estadounidense es una parte sustancial del sost¨¦n econ¨®mico israel¨ª.

Adem¨¢s, la Administraci¨®n estadounidense tendr¨¢ que hacer valer tambi¨¦n su influencia sobre las ricas monarqu¨ªas ¨¢rabes del Golfo para que contribuyan pol¨ªtica y econ¨®micamente a la estabilidad de la nueva entidad palestina en proceso de creaci¨®n.

Seg¨²n las informaciones de la prensa norteamericana, Estados Unidos se mantuvo todo el tiempo al margen de las conversaciones secretas de Noruega. S¨®lo cuando el acuerdo estaba a punto, el ministro de Exteriores israel¨ª, Sim¨®n Peres, viaj¨® hasta California el viernes pasado para pedir al secretario de Estado, Warren Christopher, el empuj¨®n definitivo.