Clinton anuncia una reforma radical de la Administraci¨®n

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, present¨® ayer un revolucionario plan de reforma de la Administraci¨®n federal, bautizado con el nombre de Reinventando el Gobierno, que pretende reducir las trabas burocr¨¢ticas, hacer m¨¢s eficaz y m¨¢s barata la gesti¨®n administrativa y recuperar la confianza de los ciudadanos en los funcionarios p¨²blicos. El ambicioso proyecto supone lareducci¨®n de m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares del gasto p¨²blico (13,5 billones de pesetas) y la eliminaci¨®n de 250.000 puestos de trabajo (el 12% del total) en la Administraci¨®n en cinco a?os.

"Recomendamos simplificar el presupuesto, el personal y las reglas de funcionamiento, mejorando los servicios para los ciudadanos e incrementando la calidad de la actuaci¨®n del Gobierno en todo, desde el correo hasta la formaci¨®n profesional", explic¨® el vicepresidente, Al Gore, autor del plan. Gore a?adi¨® que este programa, que puede ser uno de los m¨¢s populares de su gesti¨®n, ser¨¢ tambi¨¦n un modelo de modernizaci¨®n del sistema de Gobierno de un pa¨ªs democr¨¢tico. "Ser¨¢ como pasar", dijo el vicepresidente, "de la era de la pluma a la de la alta tecnolog¨ªa de computaci¨®n". Con este plan, el presidente estadounidense trata tambi¨¦n de compensar las subidas de impuestos y de dar satisfacci¨®n a una opini¨®n p¨²blica que continuamente se queja de la excesiva carga del gasto p¨²blico sobre la econom¨ªa del pa¨ªs.Bill Clinton dijo, al anunciar esta iniciativa, que su objetivo final es conseguir que el Gobierno se convierta en verdadero modelo de comportamiento para el resto de los ciudadanos: "Es muy dificil pedir esfuerzos a la poblaci¨®n cuando el contribuyente no cree ser tratado como un buen cliente por su propio Gobierno".

Lo que la Administraci¨®n de Clinton pretende, de hecho, es crear una nueva cultura de Gobierno que haga que ¨¦ste funcione como una empresa privada, con eficacia y responsabilidad sobre su gasto.

El jefe de la oposici¨®n republicana, Bob Dole, declar¨® que el plan anunciado por Clinton es el cambio m¨¢s importante introducido en la vida pol¨ªtica estadounidense en varias d¨¦cadas. Aunque los republicanos no est¨¢n en contra de esta iniciativa, algunos congresistas han advertido que, a corto plazo, las medidas tomadas provocar¨¢n un incremento del desempleo.

La Casa Blanca cree que la reducci¨®n de las plantillas de la Administraci¨®n servir¨¢ para poner m¨¢s dinero en otras iniciativas y, a la larga, para favorecer la creaci¨®n de puestos de trabajo. De aplicarse el plan, la plantilla federal ser¨¢ inferior a los dos millones de empleados, cota que fue superada en 1967.

Menos jefes

Aunque el plan ha sido dirigido desde el principio de esta Administraci¨®n por Al Gore, algunos observadores ven por detr¨¢s la mano del asesor presidencial David Gergen, quien ya trabaj¨® en un proyecto similar durante su participaci¨®n en el Gobierno de Ronald Reagan. El programa incluye m¨¢s de 800 regulaciones, algunas de las cuales exigir¨¢n aprobaci¨®n parlamentaria.

Adem¨¢s de los despidos de funcionarios, la parte m¨¢s pol¨¦mica del plan, ¨¦ste incluye medidas tan dr¨¢sticas como las siguientes:

- Eliminaci¨®n de la mitad de las normativas de todas las oficinas del Gobierno federal.

- Elaboraci¨®n de presupuestos bianuales en lugar de anuales.

- Cierre de oficinas p¨²blicas, especialmente de los ministerios m¨¢s burocratizados.

- Muchos de los despedidos ser¨¢n funcionarios de nivel medio y alto. El promedio de jefes por trabajador se reducir¨¢ del 1 por cada 7 actual al 1 por cada 15.

- Se permitir¨¢ a las compa?¨ªas privadas competir con el Gobierno en algunos servicios p¨²blicos, como en la gesti¨®n de edificios del Estado y la impresi¨®n de sellos y otros documentos p¨²blicos. Aunque el plazo de ejecuci¨®n del programa ser¨¢ de cinco a?os, el propio Gore ha reconocido que algunas medidas pueden tardar de ocho o diez a?os en aplicarse.