Contra la amnesia
Curiosa situaci¨®n la de nuestro cine. Emparedado entre pel¨ªculas art¨ªsticamente impecables (las ¨²ltimas de V¨ªctor Erice, Pilar Mir¨®, Vicente Aranda, Bigas Luna, Julio Medem) y la carencia de una base econ¨®mica s¨®lida que garantice su continuidad, ha visto en los ¨²ltimos a?os c¨®mo sus responsables comet¨ªan la inexcusable torpeza -salvo excepciones: muy pocas- de olvidar que toda cinematograf¨ªa que se precie debe buscar en su propia realidad, en su entorno, el motor de sus ficciones. Es como si tantos a?os de subvenciones y (fallida) protecci¨®n hayan creado la figura robot del cineasta amn¨¦sico, c¨®mplice del poder, incapaz de enfocar el ojo de su c¨¢mara sobre un presente tan rico en contrastes, en desgarros y en proezas, en traiciones morales a cambio de chalets y de piscinas. Hay excepciones: la del sobrio, contenido, espl¨¦ndido filme de Mario Camus es la ¨²ltima.Sombras en una batalla cuenta el provisional presente de una antigua militante (Carmen Maura, sobre cuyo enorme talento, cada vez m¨¢s sobrio, m¨¢s sabio, reposa buena parte de la credibilidad de la pel¨ªcula), a quien el pasado se le aparece de improviso como un fantasma manchado de sangre y odio. Su vida de veterinaria rural en un remoto pueblito de Zamora saltar¨¢ por los aires, y no tendr¨¢ otro remedio que enfrentarse a aquello de lo que ha huido durante m¨¢s de una d¨¦cada. Aunque nunca se habla en el filme de los GAL, de ETA, de Amedo y Dom¨ªnguez o de Yoyes, son realmente sus vivencias las que aqu¨ª planean.
Sombras en una batalla
Direcci¨®n y gui¨®n: Mario Camus.Fotograf¨ªa: Manuel Velasco. M¨²sica: Sebasti¨¢n Marin¨¦. Producci¨®n: Carlos Ram¨®n, para Cayo Largo Films. Espa?a, 1993. Int¨¦rpretes: Carmen Maura, Joaquim de Almeida, Fernando Valverde, Sonia Mart¨ªn, Ram¨®n Langa. Estreno en Madrid: Palacio de la M¨²sica, Novedades, Aluche, Renoir (Cuatro Caminos), Parquesur
Hay que resaltar no s¨®lo la valent¨ªa c¨ªvica de Camus para abordar esos asuntos, su activo ejercicio del recuerdo contra la amnesia, a pesar de esa frase borgiana, "El olvido es la ¨²nica venganza y el ¨²nico perd¨®n", con que clausura el relato. Se trata tambi¨¦n de reconocer su habilidad para encontrar el tono justo para narrar estas peripecias, ese aire austero, contenido y grave, que concuerda tan bien con el paisaje invernal que envuelve a los personajes.
Es el de Camus en esta pel¨ªcula un cine noble y personal, hecho para que el espectador piense, se meta lentamente en la ficci¨®n, se empape con sus detalles. Una mirada que mira para que nosotros seamos capaces de integrarnos con los personajes, un oficio que encierra la sabidur¨ªa del saber contar sin ch¨¢chara visual de esa que tan com¨²nmente asoma su nariz por nuestras pantallas. Un cine a contracorriente, pues, porque lo es d¨¦la inteligencia, de la interpelaci¨®n de creador a espectador adulto; para degustar, aunque su poso deje un regusto amargo, el de nuestro inmediato pasado, el de nuestro presente todav¨ªa tinto de sangre.
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