Finaliza con cortas sentencias el "nuevo Nuremberg" contra jefes de la ex RDA
El juicio contra la c¨²pula del poder de la desaparecida Alemania comunista, que lleg¨® incluso a ser calificado de un segundo N¨²remberg, compar¨¢ndolo con el que sufrieron los jerarcas nazis tras el final de la II Guerra Mundial, ha acabado, tras diez meses de sesiones, con leves condenas contra tres personajes de segunda fila. Acusados de haber dado la orden de disparar contra quienes intentaban escapar del Estado que dirig¨ªan, el que fuera ministro de Defensa, Heinz Kessler, fue condenado a seis a?os de c¨¢rcel; su secretario Fritz Streletz a cinco y medio, y el miembro del Consejo de Defensa, Hans Albrecht a cuatro a?os y seis meses.Los aut¨¦nticos protagonistas -el secretario general del Partido comunista (SED) Erich Honecker; el ministro de Seguridad del Estado y jefe de la polic¨ªa pol¨ªtica (Stasi) Erich Mielke, y el primer ministro Willy Stoph- no se hallaban ayer en la sala ni figuraban en la sentencia. Honecker, que padece c¨¢ncer de h¨ªgado fue autorizado a abandonar Alemania el pasado mes de enero por considerar que no le quedaban m¨¢s de seis meses de vida. Precisamente ayer, se someti¨® a un reconocimiento m¨¦dico en un hospital de Santiago de Chile que dur¨® unas pocas horas. Mielke languidece en el hospital de la prisi¨®n de Moabit y Stoph reposa tranquilamente en su casa. Ambos fueron excluidos del caso por razones de salud.
El fiscal hab¨ªa pedido doce, diez y ocho a?os, respectivamente, para los tres condenados; la defensa, la absoluci¨®n. Kessler y Streletz fueron condenados por instigaci¨®n al asesinato y Albrecht por complicidad. Tras escuchar el fallo, los abogados de Kessler y Albrecht anunciaron que recurrir¨¢n, mientras los de Streletz y la fiscal¨ªa a¨²n no se han pronunciado sobre un posible recurso.
Los tres, sin embargo, quedaron ayer en libertad provisional Y, en cualquier caso, Streletz no ingresar¨¢ en prisi¨®n por su estado de salud.
Seg¨²n los motivos de la sentencia, sin la decisi¨®n del Consejo Nacional de Defensa, de la que todos ellos eran miembros, "los soldados de fronteras no habr¨ªan disparado".
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