Goiherri como s¨ªntoma
CONTRA LO que a veces se dice, ETA no naci¨® en ning¨²n profundo valle guipuzcoano, sino, al igual que el PNV 60 a?os antes, en las calles de Bilbao. Pero es cierto que en esos valles del interior de Guip¨²zcoa, en los que el carlismo fue la fuerza pol¨ªtica dominante hasta pr¨¢cticamente la guerra civil, el nacionalismo violento de ETA arraig¨® fuertemente en los a?os inmediatamente anteriores y posteriores a la desaparici¨®n de Franco. A fines de los setenta, seg¨²n un estudio realizado a partir de las detenciones producidas en esos a?os, la comarca guipuzcoana del Goiherri, que contaba con unos 40.000 habitantes, era el principal vivero de activistas de ETA, con una proporci¨®n de casi nueve por cada 10.000 habitantes. Una d¨¦cada despu¨¦s, la proporci¨®n era seis veces menor.Los empresarios y ayuntamientos del Goiherri han creado una fundaci¨®n cuya primera iniciativa ha sido hacer p¨²blico el compromiso de los industriales de la comarca de negarse a pagar la extorsi¨®n mafiosa exigida por los terroristas y no trasladar sus industrias a otras zonas; es decir, resistir a ETA. La iniciativa ha sido valorada como s¨ªntoma del creciente protagonismo de la sociedad civil en el enfrentamiento con el matonismo etarra.
Ese protagonismo, que se ha venido manifestando este verano en las movilizaciones contra el secuestro del ingeniero Iglesias Zamora, es evidente, pero si se ha producido, lo ha sido como consecuencia de iniciativas anteriores de los partidos e instituciones: de las fuerzas pol¨ªticas agrupadas en el Pacto de Ajuria Enea y de la eficacia de las fuerzas de seguridad, y ¨²ltimamente, sobre todo, de la Ertzaintza, en el desvelamiento y desmantelamiento de las redes de extorsi¨®n de ETA. Esa eficacia y el respaldo pol¨ªtico han creado las condiciones para superar el temor que durante a?os paraliz¨® a la sociedad vasca.
Porque el problema no es de ahora. La econom¨ªa vasca lleva 15 o 20 a?os creciendo por debajo de la media espa?ola -excepto en 1988 y 1989- y registrando un paro superior en dos o tres puntos a, esa media. En ese periodo, el porcentaje de inversi¨®n extranjera absorbida por la econom¨ªa vasca ha bajado del 11% de los primeros a?os setenta al 0,9% de 1991, a?o en que el Pa¨ªs Vasco se situ¨® inmediatamente detr¨¢s de Extremadura en la lista correspondiente. La imagen exterior del Pa¨ªs Vasco, estrechamente marcada por la presencia del terrorismo, es la primera causa de ese retroceso que ha impedido a la industria de Euskadi beneficiarse de la masiva entrada de capitales de los ¨²ltimos a?os.
Pero junto al terrorismo, y bajo su influencia, en Euskadi han proliferado otro tipo de pr¨¢cticas intimidatorias -en el terreno sindical, en los pueblos y barrios- por parte de minor¨ªas activas que se han beneficiado de la pasividad de la mayor¨ªa. Coartadas como que no hab¨ªa que romper la unidad sindical o que hab¨ªa que evitar la crispaci¨®n social han servido para cubrir con un manto de silencio eso que ahora han dicho los alcaldes y empresarios del Goiherri: d¨®nde se recauda el dinero que utiliza ETA para "financiar la compra de armas y a determinados medios de comunicaci¨®n".
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