Nuevas salas para un incierto destino

En unas salas adaptadas por el arquitecto Roberto Luna, que demuestran para el caso la bondad del aserto de que "el remodelador que remodele, buen remodelador ser¨¢", el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa (MNCARS) presenta sendas selecciones de sus fondos sobre V¨¢zquez D¨ªaz y Picasso grabador, inici¨¢ndo con ello, seg¨²n se anuncia, una pol¨ªtica de exhibici¨®n de sus existencias art¨ªsticas que normalmente yacen en el almac¨¦n o forman parte de dep¨®sitos en otras instituciones.Nada habr¨ªa que objetar, en principio, a esta iniciativa si noquedasen muchos puntos oscuros en relaci¨®n a la colecci¨®n permanente, al almacenaje de los fondos heredados del Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo (MEAC), a la redistribuci¨®n de lo que finalmente debe corresponder a los museos nacionales y hasta la distinci¨®n entre colecci¨®n y exposici¨®n.

Sin aclararse debidamente estos t¨¦rminos, es razonable temer que esta inopinada revisi¨®n de existencias sea bien una puntual y aleatoria decisi¨®n, bien una ingeniosa salida para mantener el tipo en ¨¦poca de rebajas, bien ambas cosas a la vez. Estos temores nada tienen que ver, por otra parte, con el valor en s¨ª de lo expuesto, aun que sorprende, por ejemplo, la elecci¨®n de V¨¢zquez D¨ªaz que tuvo una doble retrospectiva en Madrid al celebrarse, en 1982, el centenario de su nacimiento, mientras que en el caso de Picasso s¨ª se ha tenido empero el buen criterio de no mostrar ahora los grabados de la Suite Vollard, predominan do las obras de la ¨²ltima etapa del genial artista. En definitiva: que no se entiende lo que hay tras este prop¨®sito y que, por tanto, que crea, una vez m¨¢s, no pocos recelos acerca de la identidad y destino del MNCARS ,