Un polic¨ªa evita que tres ni?os se estrellen en un coche sin conductor
Jos¨¦, un ni?o portugu¨¦s de siete a?os, ahora ya sabe que con el coche de su pap¨¢ no se juega. Su afici¨®n a manejar los mandos del veh¨ªculo pudo costarles ayer la vida o un grave accidente a ¨¦l y a sus dos hermanos, de cinco a?os y 13 meses. Jos¨¦ Gonz¨¢lez, un polic¨ªa nacional de 40 a?os de la comisar¨ªa de Los C¨¢rmenes, en Latina, impidi¨® que el turismo, accionado por el ni?o, se estrellase en la V¨ªa Carpetana.A las 9.30, la familia Pires Gonsalves, emigrantes portugueses que se dirig¨ªan a Lisboa, aparc¨® su veh¨ªculo, un Mercedes 330 E con caravana matriculado en Dinamarca, en la V¨ªa Carpetana a la altura de la calle de Caramuel. Los progenitores salieron a coger agua en una fuente cercana. Los dos ni?os menores se quedaron en la caravana, y el mayor, dentro del veh¨ªculo.
Frenazo en seco
El peque?o Jos¨¦ vio delante suyo todos los mandos del coche y no pudo resistirse a tocarlos, como ve hacer a sus mayores. Levant¨® en parte el freno de mano y accion¨® la palanca de cambios. Paya su sorpresa, el veh¨ªculo empez¨® a deslizarse cuesta abajo en punto muerto por esta zona con una fuerte pendiente. Ca¨ªa muy r¨¢pido por la inclinaci¨®n y por el peso del remolque.
. Pero, como en las pel¨ªculas, casi en el ¨²ltimo momento, apareci¨® alguien que evit¨® el inminente desastre. Jos¨¦ Gonz¨¢lez, adscrito al grupo de informes y documentaci¨®n de la comisar¨ªa de Los C¨¢rmenes, circulaba por la V¨ªa Carpetana en direcci¨®n a la calle de la Ermita del Santo en un coche camuflado. Observ¨® que un turismo aparcado junto al carril derecho invad¨ªa el izquierdo. "Pens¨¦ que estar¨ªa vac¨ªo, fren¨¦ y corr¨ª para retirarlo de la calzada de un volantazo", explica.
Su estupor fue may¨²sculo cuando vio dentro a uno de los chiquillos. "Ya no serv¨ªa desviarlo, hab¨ªa que frenarlo para evitar que se estrellase", a?ade. "Abr¨ª la portezuela, met¨ª el pie derecho dentro y no consegu¨ª frenar. A la segunda lo logr¨¦ y el veh¨ªculo par¨® en seco", relata. El turismo hab¨ªa recorrido algo m¨¢s de cien metros sin conductor. 'Te pregunt¨¦ al chaval por sus padres, pero estaba tan asustado que no dec¨ªa nada", apostilla. Pero enseguida llegaron, gritando y perdiendo el resuello, los aterrorizados progenitores.
"Son gajes del oficio. Un d¨ªa toca asistir en un incendio; otro, ayudar en un parto callejero, y ayer hubo que parar el coche", a?ade con estoicismo este agente con 17 a?os en el cuerpo. A consecuencia de lo sucedido tuvieron que atenderle de una leve rozadura en una pierna.
La familia continu¨® su viaje y el peque?o Jos¨¦ se libr¨® de la bofetada que quer¨ªa propinarle su padre.
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