Ligera mejor¨ªa

Con m¨¢s de un 50% de barceloneses en el concurso, y casi la totalidad de finalistas, la danza catalana mostr¨® una vez m¨¢s su supremac¨ªa. No han sido excepcionales, pero ganaron. Otros no pasaron a la final, como Juan Aparicio con Una navaja en la garganta de Mar, donde hab¨ªa poca danza pero s¨ª excelente dramaturgia y el desparpajo que tanto falta en la timorata nueva danza espa?ola, que a fuerza de querer ser original a toda costa sigue navegando sin rumbo.Muy interesantes El secreto de In¨¦s de Celestino Fern¨¢ndez, un asturiano que reside en Par¨ªs y trabaja seriamente, as¨ª como el cuarteto R¨¦ves perdus de los madrile?os Emilio Urbina y Rafael Pardillo, con los mejores vestuario y puesta en escena de todo el evento. Tampoco ellos tuvieron laureles, pero hay que acatar las decisiones del jurado, que tuvo largas deliberaciones.

De los vencedores destacan Amalia Cabezas y Susana Castro, excelentes en busca de profundizar el sentido del baile con un movimiento sobrio y concentrado. La pieza de Bebeto,. Cidra, muy ligada y con sentido espacial, no culmina en obra coreogr¨¢fica, se queda en ejercicios bien hilvanados, mientras Carlos Ovares posee un cierto lirismo personal y su paso a dos quiere ser circular sin conseguirlo.

Vulgares sin embargo las piezas de Carmelo Fern¨¢ndez y Chevi Muraday, que recibieron becas para Carolina del Norte y Londres, respectivamente. As¨ª las cosas hay que preguntarse si el certamen tiene raz¨®n de seguir existiendo en su formato actual.